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Hoy ha sido un día de mierda, cómo todos los días, en realidad. Fuí al centro comercial, a disfrutar mi nueva tarjeta de platino, y me encuentro con mi "ex". Lo odio, y no sólo por el hecho de que me utilizó como banco de dinero, mientras me engañaba con quizás cuántos pedazos de carne que se hacen llamar mujeres. Sino por el hecho de que me restregó en la cara de que yo no lo "satisfacía" lo suficiente, y que era mi culpa por haber confiado en él.

La cosa es que me lo topé y estaba con una de las mujeres con las cuáles se acuesta. Él me miró y se rió en mi cara, diciéndome que me he quedado sola y por eso voy de nuevo a sus pies, cómo la "perra" que soy. No me quedé quieta y le pegué un cachetadón que se escuchó hasta Taiwan. Me fuí con la poca dignidad que tenía, después de haber confiado en un hombre así.

- Juro que nunca más vuelvo a creer en el amor.– Dije mientras tiraba todo lo que se me atravesaba.– Es una mierda.– Me tiré a mi cama.– Mierda y pura mierda.– Grité de frustración, tapándome con la almohada para que no me escucharan. Lo último que necesitaba eran metiches. Lloré, porque para mi desgracia, lo amo.

Él me fue infiel siempre, a lo largo de nuestra relación...Sabía desde el principio de que habían más chicas. Pero cuándo lo ví, en mi cama, con un chico, eso hizo que estallara. ¡Un chico!, ¿Tan mala soy en el sexo?. ¿Tan estúpida e insignificante soy para él?. Pues sí, lo soy.

No entiendo cómo fuí tan estúpida para aguantar su infidelidad por cuatro años...¡Cuatro años!. ¿Cómo no creó ningún tipo de cariño hacia mí?. Soy una tonta...

Dos años después.

La mayor parte del tiempo la he pasado en mi cuarto. No me gusta interactuar mucho con la gente. De hecho, ni siquiera con mi familia. Me he pasado todo el día en mi cuarto. Pero me sacaron porque mi padre nos ha llamado para darnos una noticia.

- ¿Que crees que quiera, Jendeuk?.– Me preguntó Jisoo, mi hermana.

- No lo sé. Quizás descubrió tu homosexualidad.– Bromeé. Miré su rostro y se había quedado pálida.– Estoy bromeando, chiken.

- No es gracioso, Jen. Si me descubren, seré a tí a quién me llevaré al infierno primero.– Me miró seriamente.

- Tranquila, pollo. Escuché que contrataron a una nueva empleada, pero no sé nada más que eso.– Le informé, para que no se preocupara.

- ¿Será?.– Preguntó. Me encogí de hombros.

Llegamos hacia la sala de "conferencia familiar". Mis padres son demasiado organizados con cada cosa, hasta con la familia.

- Hijas.– Dijo nuestro padre. Miré a Taehyung, que ya estaba sentado en su lugar. Ambas tomamos asiento junto a él.

- ¿Para qué nos necesita, padre?.– Dijo Jisoo.

- He contratado a una joven, para que corte el césped. Necesito que me mantengan al tanto de ella. Se hospedará en nuestra casa y necesito que la traten con el respeto que merece. ¿Está claro?.– Todos asentimos.– Vendrá mañana en la tarde. No le causen muchos problemas, y dejen que haga su trabajo.– Si decir más, se levantó y salió de la sala.

- Eso ha sido raro. ¿Para qué tanto respeto por una jardinera?.– Preguntó Jisoo.

- Debe tener algo, quizás.– Opinó V. Yo sólo me encogí de hombros para salir igualmente de la sala.

Me dirigí a mi habitación. Me importa un carajo la jardinera. Sea quién sea, no tendré mucho contacto con ella.

Me dormí rápidamente, ya que me cansaba de sólo flojear.

Al día siguiente me desperté de buen humor, muy extraño para ser yo. Me puse ropa y salí a buscar comida para llevarla a mi cuarto.

- Jendeuk.– Me llamó Jisoo.

- ¿Qué pasa?.– Dije agarrando un pedazo de pastel que había en el refrigerador.

- ¿Ya haz visto a la jardinera?.– Dijo susurrando.

- No, y no me interesa.– Tomé un tenedor y me fuí a mi cuarto. Lo último que escuché de Jisoo fue "aguafiestas".

Me comí mi pedazo de pastel. Me arrepiento de haber traído sólo ésto.

- Ahora tendré que bajar a buscar comida de nuevo.– Dije para luego bufar y levantarme. Llegué a la cocina y tomé una bolsa de papas. Me iba a ir de nuevo, pero escuché una máquina de cortar pasto. Mi curiosidad fue más grande, y cómo Jisoo me miraba, subí a mi habitación. Por suerte, la ventana da justo al patio trasero. Me asomé y ví a una chica. Ella estaba de espaldas. Se vestía con un top deportivo, que tapaba su pecho, un pantalón holgado, una camisa amarrada a la cintura y un jockey tirado hacia atrás.

- No parece jardinera.– Dije mientras me llevaba un puñado de papitas a la boca. Su cuerpo era muy delgado

La chica se dió vuelta hacia mí. Me dí un facepalm internamente por haber dejado caer mis papitas al ver su marcado abdomen. Su rostro parecía tallado por los mismos dioses. Una chica muy bella, sin duda.

Sin querer, me quedé, aproximadamente, veinte minutos viéndola. No pude más, ya que había terminado su trabajo y se adentró a la casa.

- Que raro.– No lo dije por ella, lo dije por mí. Que dediqué veinte minutos de mi preciado tiempo, a sólo adorar su figura con los ojos. Si yo estoy así, Jisoo debe estar con derrame nasal. Me preocupé por ella al pensar en eso.– Iré a verla.

Salí de mi habitación. La chica sexy se encontraba enfrente mío, me miraba con sorpresa, y yo a ella. Al parecer iba a abrir la puerta de la habitación de enfrente a la mía.

- Hola.– Saludó con una sonrisa.– Me llamo Lalisa Manoban. Soy la nueva jardinera. Un gusto.– Estiró su mano. Yo quería sonreír por su ternura, pero como siempre, no hago caso a mi corazón.

- Hola. Soy Jennie Kim.– Dije a secas. Lalisa, al ver que yo no estrechaba su mano su mano, la bajó, decepcionada. Me retiré rápidamente antes de seguir en esa incómoda conversación, si es que se le puede llamar así.

- Chiken~.– Me acerqué a Jisoo.– Ya la ví.

- Es un bombón.– Rió.– Pero no es mi tipo.– Eso me sorprendió.

- Creí que todas las mujeres eran tu tipo.– Le comenté.

- ¿Por quién me tomas?.– Dijo mientras alzaba una ceja. Típico de los Kim.– Tengo un tipo, Jen. Y te lo aseguro, que ella no lo es.– Dijo. Obviamente le ofendió mi comentario.

- Vamos, Jisoo. No te pongas así. Sólo me sorprendió que alguien cómo ella...Tan linda y...Sexy...– Recordé su marcado abdomen.– No te atraiga.

- ¿A ver, Jen?.– Sonrió con picardía.– ¿Ya haz elegido un bando?.

- ¡No, Jisoo!. Contigo no se puede hablar.– Dije frustrada, me dí vuelta para irme. Ahí estaba ella...Me miraba con sorpresa. Escuchaba la risa de Jisoo detrás mío. Lalisa ha escuchado todo...

Volver a amar.-JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora