Volver a amar.-Jenlisa

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Pov Lisa.

Nosé si escuché bien o realmente la señorita Jennie dijo que soy sexy. Ella me mira cómo si fuera un fantasma.

- Buenas tardes, señoritas.– Hice una reverencia, por educación.– ¿Serían tan amables de indicarme dónde está el baño?.– La señorita Jisoo se reía de su hermana.

- Claro...Yo te ayudo.– Dijo la señorita Jennie, saliendo de su trance.

- ¿A bañarse?.– Bromeó la señorita Jisoo.

- ¡Estúpida!.– La regañó la señorita Jennie.– Ven, sígueme.– Me dijo. Yo sonreí y la seguí. Al final, el baño estaba en la habitación de al lado a la mía.– Es aquí.

- Muchas gracias, señorita Jennie.– Hice otra reverencia.

- Adiós.– Se retiró. Eso ha estado raro. Ella es muy fría...Debió haber sufrido mucho quizás. No es de mi incumbencia.

Entré al baño y me desvestí. Escuché un ruido, pero no le hice mayor caso. Ya desnuda, me metí a la ducha. Sí que lo necesitaba, después de haber trabajado y sudado.

- L-La--.– Carraspeó.– Lalisa.– Dijo firme. Era la señorita Jennie.

- ¿Si?.– Dije abriendo la cortina de la ducha. No me importaba si yo estaba desnuda, ambas somos chicas. Ella al verme, se sonrojó y miró hacia otro lado.

- Aquí tienes toallas.– Las dejó en un mueble y se retiró. Sonreí porque se veía demasiado tierna. No entiendo porqué se avergüenza. Ella es muy linda...

- Gracias...– Dije en bajo. No servía de nada decirlo en voz alta, porque ya se había ido.

Luego de la ducha, me tapé con la toalla, y cómo no había traído ropa, fuí a mi habitación. Busqué en el ropero, y sólo había otra ropa, que definitivamente no es la mía. ¡Esa ropa valía más que mi departamento!.

- Lalisa.– Otra vez la señorita Jennie. Me separé rápidamente del ropero.– Te venía a avisar que esa es tu ropa.– Apuntó al clóset.– Mi padre te ha regalado todo lo que hay en éste cuarto.

- ¿E-es enserio?. Eso es...genial.– Sonreí.

- Bien, puedes vestirte.– Me miró de arriba a abajo.– Y llámame Jennie. No me gustan las formalidades entre personas de mi misma edad.– Ahora si se ha enfadado.

- Sí, Jennie.– Hice una reverencia. Nuevamente me miró de arriba a abajo y se retiró. ¿Tan fea soy?.

Decidí no pensar mucho en esas cosas. Aunque por una extraña razón, me siento triste de al pensar en que Jennie me encuentre...Fea.

Me vestí, combinando algunas prendas. Me miré al espejo y me veía bien. Espero que Jennie piense que soy linda...¿Pero por qué?...Para sentirme bien conmigo misma de seguro.

- Lalisa.– Ahora la señorita Jisoo hizo presencia. Nadie toca antes de entrar.– Wow...Te ves muy se-- Linda.– Dijo. Aunque no es cómo si me importara mucho ese alago.– Jennie dijo que quería hablar contigo. Es mejor que no la hagas esperar.– Dijo, me miró de arriba a abajo y se mordió el labio. Me guiñó el ojo y se retiró. Ella tiene una personalidad muy coqueta.

Me apresuré a ir dónde Jennie, pero la señorita Jisoo no me dijo dónde era.

- Lalisa.– Dijo Jennie desde el living.

- Jennie...¿Para qué me necesitas?.– Me miró de arriba a abajo. ¿Es que
todas las Kim's hacen eso?.

- Quiero conocer qué tipo de empleado ha contratado mi padre.– Dijo y señaló un sofá. Me dirigí rápidamente hacia él y me senté.– Dime tu nombre, apellido, edad, estudios, profesión, etc.

- Me llamo Lalisa Manoban, tengo 20 años. Actualmente voy en segundo año de universidad, y mi profesión es Ingeniera en Psicología. Aparte de cortar el pasto.– Reí nerviosa. Pero ella estaba seria.

- ¿Para qué necesitas el trabajo?.– ¡Wow!, ésto es como una entrevista.

- Necesito pagar mis estudios, y mi departamento.

- ¿Para qué necesitas un departamento?. Ahora alojas aquí.

- Mi mejor amiga vive ahí.– Sonreí al pensar en Rosie.– Y si llegan a despedirme, tengo un lugar al cuál llegar.

- ¿Porqué te despediríamos?.– La he cagado. Ahora no tendrá confianza.

- No lo sé. Nunca se sabe.– Me encogí de hombros.

- Bien...¿Tienes pareja o algo parecido?.– ¿Y eso qué tiene que ver?.

- No...– Respondí.

- ¿Porqué te incomóda hablar de ésto?.– Ella es muy observadora.

- No encuentro que sea bueno hablar de ésto. Hay muchas personas a quién no les agrada mi...Orientación.

- ¿Eres homosexual?.– Preguntó. No tiene ni una pizca de vergüenza.

- Si...– Pude escuchar un ruido y al mirar estaba la señorita Jisoo detrás de Jennie. Se veía contenta.

- ¿Cómo es eso?.– Dijo la señorita Jisoo.

- Jisoo, no molestes.– La regañó Jennie.

- Sólo es una pregunta. Igual que tu entrevista, a la cuál le haces a todos los empleados. ¿Cierto?.– Le sonrió. Jennie se puso nerviosa y miró hacia mí.– Bien...¿Es cierto lo que escuché, Lalisa?.

- Sí, señorita Jisoo.– Ella vino corriendo y me abrazó.

- ¡Bienvenida a la familia!.– Besó mi mejilla. No entendí porqué lo dijo.– Llámame Jisoo, Liss.

- Jisoo, ya déjala.– Al parecer Jennie se ha enfadado.

- Vamos, Jendeuk. ¿No es una ternurita?.– Apretó mis mejillas.– ¡Mírala!.– Sonrió. Miré a Jennie y ella sólo tenía un leve sonrojo en sus mejillas. Jennie es muy linda...

Sentí un cosquilleo en el estómago al pensar en eso. Conozco éste sentimiento.

- Ya puedes irte, Lalisa.– Volvió a ser dura.

- Si desean, pueden llamarme Lisa.– Me rasqué la nuca, avergonzada. No sé porqué me avergüenza.

- ¡¿La viste, JenJen?!.– Exclamó Jisoo.– ¡Es una ternura!.

- Si.– Contestó Jennie. La miré inmediatamente, pero ella se veía seria. Aunque ahora sé que piensa que soy una ternura. Una sonrisa se formó en mi rostro sin poder evitarlo, y mis mejillas comenzaron a arder.– Ya puedes irte, Lisa.– Repitió. Asentí y fuí hasta mi habitación.

- ¡Dios!.– Me tiré a la cama y comencé a patalear como niña enamorada.– Ella es tan dulce. Me gusta...– Luego pensé en que conocía a Jennie desde hoy, y me sentí cómo una enamoradiza. ¿Amor a primera vista?.– ¡Es la primera vez que me pasa!.– Sonreí, porque siempre deseé que me pasara esto.

Ya era tarde, así que decidí acostarme. Pensé en Jennie...Y me dormí sonriendo. ¡Me gusta Jennie!. Mañana haré lo posible para que se fije en mí. Aunque se ve que será un poco difícil, pero si es necesario, haré lo imposible para enamorarla.