Portadores Del Etér |Fragmentos Del Pasado|

Prologo

No importaba lo que hicieran. No importaba los intentos pacifistas. No importaba cuántas balas o proyectiles usaran. No lograrían detener la guerra o la revolución que gritaba por liberad en todo momento. Conforme el tiempo pasaba, la voz de la revolución se gastaba y perdía fuerza. La situación en “Zen” era deplorable. Varios grupos revolucionarios se levantaron para derrocar al gobierno y a cualquier fuerza que estuviera de su parte. Ningún grupo peleaba por los mismos ideales. Cada uno tenía ideas diferentes de lo que deseaba hacer con el poder.
Un hallazgo torció totalmente el rumbo de la guerra que se dirigía a la caída del gobierno. En la excavación “D-377” en vez de encontrar oro, diamantes o jades, encontraron algo que le daría la fuerza al gobierno de extinguir a todos los grupos revolucionarios. Su hallazgo fue una gran tumba de algún ser antiguo, sumergido en un profundo pozo repleto de un líquido que nombraron como “éter”, estaba encadenado el cadáver. Luego de extraerlo notaron con asombro cómo el cuerpo estaba en perfecto estado aunque llevara demasiados años muerto. Al hacerle estudios se dieron cuenta que el éter era capaz de modificar el código genético de los seres vivos, en especial a los humanos, pues esta les otorgaba habilidades que parecían sacadas de alguna mente retorcida. Al hacer experimentos con los soldados, muchos de estos no soportaron el éter y terminaron consumidos por el mismo. Los que lograron sobrevivir fueron pocos, pero su fuerza, velocidad e inteligencia fueron superiores. Eran capaces de levantar objetos solo con imaginarlo, teletransportarse a voluntad y hacer todo lo imaginable. Todo aquel que los enfrentaba perdía la vida en el encuentro. El gobierno ahora tenía la ventaja de superioridad.
Entre tanto caos y destrucción, un joven se armó de furia y decidió tomar por la fuerza el puesto de un revolucionario que en secreto trabajaba junto al gobierno opresor. Acompañado por uno de los muchos grupos rebeldes de aquel tiempo, lograron unirlos a todos y dar un golpe tan fuerte que penetraron las instalaciones principales donde se manejada el éter. Los muertos se contaban por miles; las calles se tornaron carmesí y las esperanzas morían. En un último intento, el joven arremetió contra el traidor logrando derrotarlo en combate cuerpo a cuerpo aunque el traidor portara éter en su sangre. El duelo acabó con la decapitación del traidor y la muerte de todos los grupos revolucionarios. El joven había ganado la batalla, pero había perdido la guerra. Salió tambaleante solo para ver a todos los que alguna vez fueron sus amigos, reducidos a comida para los cuervos. En su amargura cayó de rodillas al suelo y rompió en llanto. El gobierno al perder todos sus “portadores del éter” se aprovechó de la debilidad del joven para capturarlo sin problemas.
El joven tuvo un destino similar a la muerte. Todos los días era atado a una camilla y expuesto a experimentaciones con el éter. Cada hora que pasaba era un sufrimiento. El éter al ser inyectado en su cuerpo le causaba dolores casi insoportables para una persona normal. Pero el joven tenía la determinación de algún día vengarse. Eso era lo único que lo mantenía vivo.
Cuando el éter se acopló a su portador este resultó ser superior a los soldados que pasaron por el mismo proceso, su poder fue tan alarmante que el gobierno decidió que lo mejor será contenerlo. Muchas veces lo intentaron, pero no pudieron retenerlo hasta que un día usaron su última y definitiva opción: criogenizar al joven.
Él no opuso resistencia. Lo único que pidió fue que antes de que lo congelaran pudiera comer comida normal y no la basura que le daban todos los días. Aceptaron su petición para luego de darle un último gusto encerrarlo en esa prisión de hielo donde estaría encerrado hasta que fuera necesario. Se había convertido en un arma. La última carta que usarían si la guerra amenazaba con destruirlos otra vez.