Capítulo 4

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- Mierda- gruñí mientras tiraba los pañales, sí, yo, cambiándole los pañales a una mocosa. Jodida mierda. ¿Como se cambia a alguien sin querer tocarlo?

- ¡Rose!- Rose entro fulminándome con la mirada, lo cual hizo que perdiera aun más la paciencia.

- ¿Podrías cambiarle el pañal? Graciaas- La corte sin ánimos de nada, y directamente fui a mi despacho. 

Mary... mi querida Mary... se parece tanto a ti...

Siempre me saltabas con cosas tipo, ¿Que pasa si tenemos un hijo? ¿Nos querrías a los dos?

Jodida mierda debería haberlo sabido, y deberías haber sabido que el único corazón que tenía era para ti...

10 años atrás 

- ¡Aleksei!, por tu madre, ¡hazlo!- no, no podía, era una persona inocente...

- Pe..ero.. ¡papa!- me agarro fuerte de la cara al punto de marcarme sus manos...

- T.e..h.e..d.i.c.ho..q.u.e..l.o... ¡HAGAS!- agarro mi mano la cual tenia el arma y le disparo.

Me quede en silencio.. perdido en algún miserable punto, cuando escuche la ervilla del cinturón... no por favor, otra vez ¡NO!

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- ¡Aleksei!, ¡despierta!- Mierda, una pesadilla.

- ¿Que? ¿Que pasa? ¿Por que llora esa mocosa?-

- Cógela- ¿¡Que?! Esto es una broma.

- Mira.. Rose, no estoy bien y...-

- Hazlo, o les cuento a todos la anécdota de cuando metiste la c...

- Vale, vale. Cállate y dámela..-

Pf, esto es más complicado de lo que parece.

- Mira, agárrala por ahí, así, muy bien. Ves como no era tan difícil.-

Yo, yo... No escuchaba nada de lo que decía Rose. Me quede hipnotizado mirándola. Juro que es el ángel más precioso que ocupo lugar... Escuche que cuando coges por primera vez a tu niño/a es la sensación mas bonita de todas. Pero hablando claro, creo que no se compara. De seguida la niña dejo de llorar, pero se mantenía inexpresiva, mirándome...

Me quede embobado, esa naricita tan refinada, las mejillas grandes y rojas, esos ojos grandes y grisáceos... esa boca tan pequeñita que dan ganas de escuchar una risa de ella.. y no olvidar esas pecas que decoran su cara..

Sin evitarlo comencé ha hacerle cosquillas y juro por todo que es la risa más bonita que escuche en mi vida. Sin evitarlo, sonreí y le di un beso en la mejilla, ampliando esa risa. Limpie las lagrimas que le quedaron en su bonito rostro... Y sin evitarlo, mire hacia Rose, sabiendo que esta mocosa, haría de mi vida el caos más bonito...

Tenia que salir ya de allí.

La niña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora