La niña

Capítulo 3

Al abrir la puerta de casa me encontré con la estúpida niña, Rose y Marck.

Lo que me faltaba.

- Rose, que te dije...- gruñí.

- Tío, lee la puta carta. Me llevo a la niña, piensatelo joder. La tendré lo que haga falta en casa. Pero no pienso dejar que dejes a la niña con quien sea.- dijo Marck antes de irse con la niña en brazos.

- Toma... - dijo Rose.

Agarre la carta con desagrado, y la comencé a abrir lentamente. La letra era refinada y clara, sin manchas ni tachones. Estaba impecable.

Hola, Aleksei.

Se que nunca te dije de la existencia de Alina. Pero también se que no te hubieras hecho cargo. No se si te acordaras de mi, pero soy Mary Petrov, la estúpida chica que estaba enamorada de ti.

La segunda vez que lo hicimos... paso. Tenía  unas ganas tremendas ganas de morirme. Con 16 años y embarazada de un mafioso, no es la mejor combinación.
Mis padres se enteraron y al instante nos mudamos.

Si tienes a Alina es porque ya no estoy en este mundo. Cuando me embarace de Alina me dijeron que era o la cura para sobrevivir y no tener al bebé, o morirme a los meses y que ella estuviera bien.

Claramente decidí  a Alina, después de el embarazo comenzaron todos los problemas. Tomarme 10 pastillas al día para no sufrir y sentir dolor. Yo.. no podía vivir así, a si que me dije: " Cuando Alina cumpla los 6 meses... me voy."

He si... seguramente ya me habré suicidado. Y por favor no te sientas mal. Prefiero morir por mí misma y acordarme de mi hija que otra cosa.

Y no pienses que quería irme por ella  La ame cuando vi su cara, la ame cuando vi su sonrisa, la ame cuando me dijeron que la iba a tener a pesar de las circunstancias.

Te suplico algo Aleksei, cuida de mi hija. Se que no tuviste la mejor infancia, y que si no la quieres es por eso. Pero haz lo que a mi me encantaría haber hecho. Verla crecer.

Y no quiero que te sientas obligado pero, mírala a los ojos. Y di que no es tu hija.

No puedes negar lo inevitable.

Att: Mary Petrov

Mary Petrov... No. Me. Jodas.

Era esa chica; de ojos grises azulados, de sonrisa encantadora, de carácter indomable. 

Es la chica de la cual me enamore.

Joder.

***

Sinceramente, no se que pensar. Ella me necesitaba... ellas me necesitaban... y yo aquí, como gilipollas follándome a la primera de cuarto para olvidarla. En el fondo, no le guardo rencor, mi vida no es fácil. Hubiera puesto en peligro a mi hija y a mi novia. Y eso nunca me lo perdonaría.

Vi a Marck dándole la mocosa a una señora. Y ahí fue cuando me di cuenta de algo. Mary si me la dio a mi es por algo, aparte de ser su padre, sabe que tengo los suficientes recursos para mantenerla, solo... que me falta la paciencia.

Mis piernas se movieron por si solas hasta llegar a por la mocosa. Sin decir ni una puta palabra se la quite de las manos a la vieja esa y me fui. Tan tranquilo, y solo por el hecho por tenerla en brazos.

A lo lejos escuche a Marck pidiéndole perdón. La cual me importo poco. Tenia a la mocosa y con eso me bastaba, simplemente lo hacia por ella. No le tengo un mínimo cariño a la niña. Solo por ella...

Al abrir la puerta de casa me encontré con la estúpida niña, Rose y Marck.

Lo que me faltaba.

- Rose, que te dije...- gruñí.

- Tío, lee la puta carta. Me llevo a la niña, piensatelo joder. La tendré lo que haga falta en casa. Pero no pienso dejar que dejes a la niña con quien sea.- dijo Marck antes de irse con la niña en brazos.

- Toma... - dijo Rose.

Agarre la carta con desagrado, y la comencé a abrir lentamente. La letra era refinada y clara, sin manchas ni tachones. Estaba impecable.

Hola, Aleksei.

Se que nunca te dije de la existencia de Alina. Pero también se que no te hubieras hecho cargo. No se si te acordaras de mi, pero soy Mary Petrov, la estúpida chica que estaba enamorada de ti.

La segunda vez que lo hicimos... paso. Tenía  unas ganas tremendas ganas de morirme. Con 16 años y embarazada de un mafioso, no es la mejor combinación.
Mis padres se enteraron y al instante nos mudamos.

Si tienes a Alina es porque ya no estoy en este mundo. Cuando me embarace de Alina me dijeron que era o la cura para sobrevivir y no tener al bebé, o morirme a los meses y que ella estuviera bien.

Claramente decidí  a Alina, después de el embarazo comenzaron todos los problemas. Tomarme 10 pastillas al día para no sufrir y sentir dolor. Yo.. no podía vivir así, a si que me dije: " Cuando Alina cumpla los 6 meses... me voy."

He si... seguramente ya me habré suicidado. Y por favor no te sientas mal. Prefiero morir por mí misma y acordarme de mi hija que otra cosa.

Y no pienses que quería irme por ella  La ame cuando vi su cara, la ame cuando vi su sonrisa, la ame cuando me dijeron que la iba a tener a pesar de las circunstancias.

Te suplico algo Aleksei, cuida de mi hija. Se que no tuviste la mejor infancia, y que si no la quieres es por eso. Pero haz lo que a mi me encantaría haber hecho. Verla crecer.

Y no quiero que te sientas obligado pero, mírala a los ojos. Y di que no es tu hija.

No puedes negar lo inevitable.

Att: Mary Petrov

Mary Petrov... No. Me. Jodas.

Era esa chica; de ojos grises azulados, de sonrisa encantadora, de carácter indomable. 

Es la chica de la cual me enamore.

Joder.

***

Sinceramente, no se que pensar. Ella me necesitaba... ellas me necesitaban... y yo aquí, como gilipollas follándome a la primera de cuarto para olvidarla. En el fondo, no le guardo rencor, mi vida no es fácil. Hubiera puesto en peligro a mi hija y a mi novia. Y eso nunca me lo perdonaría.

Vi a Marck dándole la mocosa a una señora. Y ahí fue cuando me di cuenta de algo. Mary si me la dio a mi es por algo, aparte de ser su padre, sabe que tengo los suficientes recursos para mantenerla, solo... que me falta la paciencia.

Mis piernas se movieron por si solas hasta llegar a por la mocosa. Sin decir ni una puta palabra se la quite de las manos a la vieja esa y me fui. Tan tranquilo, y solo por el hecho por tenerla en brazos.

A lo lejos escuche a Marck pidiéndole perdón. La cual me importo poco. Tenia a la mocosa y con eso me bastaba, simplemente lo hacia por ella. No le tengo un mínimo cariño a la niña. Solo por ella...