Capítulo XX

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Capítulo XX
Luchando por el lobo: Round one.
-Parte I-
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—Stiles contestame —se escuchó el gruñido furioso, —preocupado— del beta Derek Hale por toda la cocina haciendo eco con el silencio perteneciente del loft.

Tres días habían pasado desde la "crisis emocional"* que había tenido el humano de la manada McCall, sin embargo y por criterio de Stiles su Ley del Hielo es lo válido, pues Stiles hierve en celos al haber aspirado el olor margarita en su pareja.

Sin duda alguna Stiles tenía justificación para actuar de la manera en que le diera la reverenda gana.

—Stiles —Derek por su lado estaba en un dilema de los buenos.
Por una parte estaba orgulloso de lo celoso que es su humano por él, pero por otra parte sólo quería ser abrazado por ese estúpido humano para que mientras le hiciera "piojito" y así demostrar que sin importar nada de la unión, ellos se pertenecían. En efecto Derek tiene miedo a que todo se deba a la Luna y solo a ella—. Stiles, con un demonio hazme caso—. En vez de tener lo que quería obtener, su celular sonó rompiendo el tenso silencio de la habitación.

Stiles volteó sus ojos de manera critica al seguir escuchando el sonido de la canción clásica en el teléfono de Derek, el moreno miró el nombre del contacto y maldijo con voz alta sin darse cuenta.

El causante de su desgracia le llama con insistencia.

Al caso ese repugnante alfa no entendía las mil indirectas por parte de él como también de la manada para que dejara de fastidiar, al parecer y para la mala leche del beta era un rotundo no.

Está a punto de colgar, sin embargo; Stiles le arrebata el teléfono a su pareja dándole en contestar para saber quién cojones era Bruto tal vez era aquella persona que le llama constantemente a su pareja en la madrugada y por ende a él no lo deja dormir en paz, »qué no sabían que él tenía que dormir por dos« bufando como un perro rabioso; Stiles atiende la llamada de la manera más civilizada.

Al fin me contestas, ya me iba a poner celoso de que me estuvieras engañando, ya sabes ese cuerpo sólo es mío —la voz en la otra línea telefónica dejó mudó a Stiles y por su puesto también a Derek.

No era una mujer con grandes dotes de la naturaleza, tampoco era alguna de las amantes antiguas del beta, esas que por extraña manera siempre lo quisieron asesinar de diferentes formas tanto implícita como implícitamente.

No, éste ser que llama a Derek como suyo es nada más ni menos que un hombre, un fuerte y varonil hombre (sabe eso por el potencial de la voz). Sus ojos se empañan al igual que sus palmas de las mano.

Un sudor frío lo recorre enteramente, algo en su vientre bajo se paraliza, teme que sea su hijo; pero sabe que se tiene que controlar por ese ser viviente en su interior, no obstante su cuerpo no reacciona, pues siente un dolor jamás explicado.

Él creyó que Derek no lo podía amar por ser hombre, pero la verdad es que no lo quiere por ser el mismo, por ser Stiles Stilinski; una desgracia constante que no lo deja ser él mismo, que no lo deja convivir con su amante, que no lo deja ser feliz con ese hombre que lo proclama como suyo, no de él sino del otro hombre.

273 Días Soportándolo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora