Llegando tarde

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No soy la persona más interesante del mundo, pero yo al igual que todos tengo una historia que contar, la cronica de un suceso que lo cambio todo, mi historia no es asi de impactante pero es significativa. Esta es mi historia: Era un lunes como cualquier otro; desperté me arreglé para la escuela, fui a clases, volví a casa, hice mis deberes, no paso nada fuera de lo común, fue un lunes como cualquier otro porque esta historia comenzó un martes. El tercer martes del tercer grado; todos estaban encantados con la idea de volver a ver a todos, volver a hacer desastre en el salón, volver a ser un grupo. Y todo estaba marchando como debía, a excepción de la enorme falta que nos hacían algunos compañeros, se que a estas alturas (siendo alumnos de secundaria) ya deberíamos simplemente resignarnos a los cambios tan drásticos como estos, al hecho de que Lola nuestra amiga, Lola la loca del salón, Lola la increíble, se había mudado lejos como los otros que faltaban, pero el apego emocional es inevitable, no se podía evitar sentir esa nostalgia en el aire. Iba caminando a la escuela pensaba en todo este rollo de los compañeros volviendo a ser un grupo y todo eso, revise mi reloj y no creía lo tarde que estaba llegando, empecé a correr y en eso...

-Mar Valencia, ¿que tal el fin de semana? -dijo Miriam, una chica de la escuela que ni siquiera era de mi salón, pero me caía bien.
-bien. -fue una respuesta muy seca, estoy consiente de eso, pero por la forma en la que me estaba retrasando estaba segura de que iba a romper un record. Al final lo que hice fue despedirme y gritarle de lejos: "Estoy llegando tarde, te veo luego", y ella contesto gritando: "Ok. Bye."

Me dirigí a mi salón, y la mirada represora de la maestra me dio una gran sensación de culpa.
-¡Valencia, llegas tarde! -La profesora me gritó tan alto que estoy segura de que se escucho hasta el final del pasillo.
-¿Puedo pasar?
-Pase. Muestreme su tarea.

Empecé a sacar cosas de mi mochila de mezclilla azul y le mostré mi cuaderno.

-Excelente. Señorita, espero que este incidente no se vuelva a repetir.

Asentí. Me senté en mi lugar preferido. Ahí había decidido sentarme porque estaba junto a mis amigos, ellos son las únicas personas en la escuela que están igual de locas que yo. La clase comenzó, Castiel (mi mejor amigo) y yo teníamos mucho de que hablar, así que susurramos esperando que nadie lo notará.

-Oye, Cas.
-¿Qué?
-Adivina. -Me divertía darle largas antes de contarle noticias.
-¿Ganaste un premio?
-No.
-¿Te quitaron el castigo? -Mis padres me habían castigado hace dos semanas por llegar tarde.
-No.

-¿Me das una pista?
-No.
-Mar.
-Esta bien, superé mi récord de battles of the empire II. -battles of the empire es nuestro videojuego favorito. -Puntuación de 26448 y estrella de victoria.
-¿Enserio?
-Si, estaba disparando perfecto cuando...

Estaba relatando mi asombrosa batalla cuando llegó la segunda persona más detestable sobre la tierra, el chico que me hacía enojar tan seguido que según Castiel ya había gritado su nombre enojada o reclamándole algo más o menos unas 4 millones de veces este año: Benjamín.
-Hola Marina.
-Soy Mar. -El hecho de llevar ese nombre había sido una bendición y una tortura toda mi vida. Era como si llamarme Mar fuera una licencia para apodos como la acapulco, la mar caribe, la inundada, etc.
-Ok aguada. Sólo venía a saludar a la parejita del salón.
Castiel y yo solo somos BFFS, pero desde que me junto con él el shippeo ha estado imparable. Esto gracias a Benjamín y sus ganas constantes de arruinarme la vida.

Castiel y yo: No somos novios.
Benjamín: Ok. Se me olvidaba que ustedes son amigos con derechos. Ya todos saben que si se están todo el tiempo juntos y se van juntos a la hora de salida es por "algo".

Ese "algo" debería de ser nuestro problema, a él le debería de valer lo que nosotros hacíamos. No hacíamos nada malo, de hecho no hacíamos mucho, sólo hablabamos, y la mayoría de lo que decíamos eran cosas graciosas y sin sentido. Benjamín siguió fastidiando el resto de la clase de formas sutiles como hacer la cosa de mirar hacia donde estamos nosotros, hacer un corazón con las manos y levantar las cejas como diciendo: iiiiiiiiiii, los novios, ya los vi, tórtolos, y otro montón de traducciones igual de cargadas y tan Benjamín. Unas Benjaminadas.

Al terminar las clases estaba a punto de irme cuando el profesor Daniel me dijo que era mi turno de hacer el aseo. Castiel ya estaba a un paso de salir del salón, en eso lo detiene el profe y le informa que también es su turno. Mientras estaba barriendo no pude evitar hacer mi cara de "traigo pedo con todo mundo", obviamente no era así, pero era lo que todos entendían. Termine de hacer el aseo, iba a llevar las cosas al cuarto de limpieza en el primer piso, pero Castiel se ofreció a llevarlas por mi, acepte, no porque no pudiera cargar las cosas sino porque a el le gustaba ser probablemente el único chico que sigue mostrando gestos de caballerosidad en la secundaria. En palabras de él "La caballerosidad es algo que no muere en mi". Se que sus intenciones eran buenas, pero dada la situación de shippeo constante, yo lo veía mas como darle motivos a los reporteros de espectáculos que tenemos por compañeros de clase para seguir fastidiando. Después de ir por mi mochila para ya por fin irme a mi casa el profesor dijo que fuera a la planta baja, a dirección, y le trajera unos cuadernos que había calificado ayer y no pudo entregar hoy. Por suerte no envió a Castiel también a ir por los cuadernos (habría cargado todo por mi). Bajaba las escaleras y vi a Alex. Román Alexander además de ser el tipo con el nombre más rimbombante en toda la escuela era el chico por el que siempre sentí algo. No sabría decir si era enamoramiento, o un simple flechazo, o el amor de mi vida, pero siempre he sentido algo con todas las letras, silabas y todo eso. No tengo mucho que decir al respecto. Fui por los cuadernos y empecé a trasladarlos al segundo piso de 7 en 7. Si, obviamente iba a tardar una eternidad, pero Alex seguía junto a las escaleras en el piso de abajo, y no quería tener mil cuadernos encima y acabar haciendo la cursilada de chocar con él, tirar todas mis cosas. En los chick flicks y las telenovelas eso significa algo así como "ellos están destinados a estar juntos", "son el uno para el otro", " se casaran, tendrán 4 hijos: Rosita, Carlos, Amanda y Diego", "vivirán felices por siempre", pero en la preciosa realidad no pasa de un momento extremadamente incómodo. La tontada que termine haciendo fue caerme 5 escalones antes de donde acaban las escaleras. No fue a propósito, resbale con un charco de agua. Me levanté sola y Alex ya se había ido, levante todos los cuadernos y por suerte ya era el último montón de cuadernos que faltaba de llevar al salón. Al llegar al salón le comente al maestro que había un cuaderno que no estaba forrado y no tenía nombre (no fue por ser metiche, fue porque me había pedido que le contara si algún cuaderno no estaba presentable y no tenía nombre). Puso el cuaderno sobre el escritorio y empezó a hojear las primeras páginas y al ver lo que tenia escrito nos sorprendimos los tres (Castiel seguía en el salón, a él el profesor le había dicho que acomodara unos libros en el librero del salón). El cuaderno tenía apuntes de química de 2012

-¿Qué? -fue lo único que pudo decir el profesor a causa de la impresión. -Después encontraremos al dueño de este cuaderno. Por hoy guarden sus cosas y vayan a casa.

N/A
Hola cupcakes, actualizaré cada semana 2 capítulos.
OC? OC.
MaraOnLine se retira.
<3

[Esta Historia Está Pausada]Where stories live. Discover now