proyecto semestral

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Por mas que lo desee en ese momento la clase de historia transcurrió más rápido que nunca. Pero antes de irse la maestra Karla se dispuso a poner tarea (creo que esta claro que ese día  no precisamente fue el mejor día de mi vida).
—Van a hacer un ensayo de 4 páginas sobre el tema tres. Y  es momento de asignar equipos para el proyecto que es la mitad de la calificación.

  Momento de tensión.

—¿podemos elegir a nuestros compañeros de equipo? —Cuestiono Lucia, una chica de mi salón.
—No. —respondió con una expresion seria. Momento de decir las asignaciones. Malene Valle y Katia Torre, Castiel Rodriguez y Kiara Montemayor,
—Mier... Coles. —susurró Castiel. Kiara es algo así como la enemiga de Castiel desde que ella se molestó por que él no aceptó pasarle la tarea-.
—Hanna Alfaro y Gabriel Pérez, —prosiguió la profesora. Katherine Fernandez y Damian Sierra, Mar Valencia y Alexander Vallejos, —El resto de las asignaciones ni siquiera las oí, fue un momento que no alcanzo a comprender, no sabría describir lo que sentí pero de alguna forma esto complico aún más la situación en la que estaba.
—Tengan buen fin de semana, espero sus proyectos terminados. —se despidio miss Karla.
—¿Es enserio? -se quejó Castiel- Es decir, de las veinte personas que hay aquí tengo que hacer proyecto con esa niña.
—Yo no creo que lo haya dicho de broma. —dije tratando de animarlo
—Para ti es facil, gracias al proyecto semestral tienes una cita con Roman. -levanto y bajo varias veces las cejas para vacilarme un poco.
—No es una cita.
—Cierto, pero Mar Valencia Castejón hará lo posible para que sea una cita. —En ese momento sentí como me estaba ruburizando, mientras Castiel subía las cejas de nuevo y señalando con los ojos a Alex..

  Me levanté de mi silla y Castiel susurró "¿a dónde vas? Le respondí con el mismo volumen de voz: Con Alex a platicar del proyecto. Luego él hizo una cara que me permitió saber que estaba pensando en ese momento: " Ok, ve a planear la cita".

  Caminé por el aula de clase hasta el mesa-banco de Alex. Me miró a los ojos y no pude evitar pensar en ese color tan especial: un tono especial de café que con luz directa parece un tono oscuro miel.
—Hola. —salude.
—Hola.
—Venia a hablarte sobre el proyecto y eso.
—Ok, pensaba que podríamos hacerlo en tu casa mañana, ¿no hay problema con eso, verdad?
—No.
—Genial, te veo allá. Oye, ya me tengo que ir porque no sé si recuerdes, pero ya es hora de salida. —sin darme cuenta le estaba estorbando el paso.

  Fui por mi mochila con una tremenda expresión de vergüenza y Castiel lo notó de inmediato.

—¿Qué tal salió? -interrogó Castiel, y puso una cara pícara-.
—No te emociones, solo acordamos hacer el proyecto en mi casa.

—Ok.

—¿Y a ti que tal te fue? -entre cerré los ojos haciendo cara de mala, él rodó los ojos.

—¡¿Así de mal te fue?! -la curiosidad en momentos inadecuados es un aspecto puramente casteliano, pero en algunas ocasiones pueden invertirse los papeles.

—Sí, detesto este proyecto.

—Piensalo de esta forma: mientras no tengan ganas de asesinase el uno al otro todo estará bien.

  Salimos del salón, y al llegar al patio vi a Alex saludandome de lejos, le devolví el saludo, ambos sonreímos, desde ese momento no pude dejar de sonreír, o eso creí, pues en el momento que llegue a casa, esa extraña sensación de felicidad se fue por completo, pues tan sólo viendo la escena que estaba del otro lado del umbral de la puerta pude observar como mi buen día se iba a la basura.

—¡Hola! —pronunciaron a coro mamá, Íngrid, Olivia... y Roxana, bueno digamos que estaba estaba ahí.

—Hola mamá. —dije poniendo mi mejor sonrisa fingida.

—Hija,. ¿No estás feliz? —creo que es obvio que no soy buena fingiendo.

—No, no es nada, sólo que debo hacer un proyecto de equipo un poco complicado. —fue lo mejor que se me ocurrió, técnicamente no estaba mintiendo, pero no podía decirle que lo que arruinaba la existencia era la presencia de Rox en esta casa, le rompería el corazón.

—¿Qué día vas a hacer ese trabajo? Yo te puedo ayudar. —exclamo cortante Olivia. Es siete meses  mayor que yo y siempre se ofrece a ayudarme con cosas de la escuela.

—Mañana vendrá mi compañero, y gracias por ofrecerte, pero estamos bien.

Ayude a Olivia a instalarse en mi cuarto. Me puse a escuchar música, luego mi mamá irrumpió en mi habitación y me dijo que debía lavar los trastes, enjuagaba y guardaba los platos de la comida y me llegó un mensaje de Alex:

Mar, mira por tu ventana.

  Me sentí de lo más extrañada, pero hice caso y vi a Alex afuera esperandome, con Castiel.

De inmediato escribí:

Creí que haríamos el proyecto mañana.

Respondió:

Claro, el proyecto sigue agendado para mañana, pero el otro día  le conté a Castiel que planeaba ir con unos amigos al arcade que esta a dos cuadras de la escuela. Pensaba invitarte a ti también, pero te fuiste rápido ese día, supongo que tenías prisa.

¿Qué opinas del cambio de planes?

Ok, solo que la única falla de tu plan es que al sorprenderme con algo así, no iba a estar arreglada para ir con ustedes. Bajo en 5 minutos.

Ok.

Me arregle lo más rápido que pude, me vestí con unos jeans ajustados y oscuros, una camiseta de manga corta color blanco que tenía escrito “Algunos infinitos son más grandes que otros infinitos”, una frase de mi libro favorito, la mando a hacer mi tía para mi. También usé ese día mis tenis plateados con negro. Estaba a punto de salir cuando recordé que no llevaba abrigo. Salía por el pasillo (ya con una chamarra de cuero falso por si hacia frío), y ví a mamá en la puerta poniendo una cara de pocos amigos.

—Mar, ¿a dónde vas?

—Mamá, ¿puedo salir con unos amigos? —por la expresión en su rostro creí que estaría castigada hasta la universidad. —Esta bien, puedes ir, sólo no regreses tarde.

—Ok, bye. Ohh, cierto, diles a las chicas que salí.
—Claro, amor. Cuidate

No se me ocurrió un mejor nombre para este capítulo, dejen sugerencias comentando esta parte.

[Esta Historia Está Pausada]Where stories live. Discover now