❝7 ringz❞ › bangtan sonyeondan. ✔️

jimin; your pussy.

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Nada que no pudiera controlar, era algo singular. Cuando llegó a su casa, hizo todo lo que tenía que hacer. Y al siguiente día, lo único que hizo fue suspirar a cada momento que deslizaba sus pies.

Le era imposible no mirar hacia todos lados, un poco confundida del porqué no los encontraba al tan solo llegar. Sin embargo, su mirada se clavó en las dos figuras masculinas que pasaban como si nada, hablaban como si nada, y le dedicaban una mirada de reojo. TaeHyung sonreía, tan manipulador, y luego, JungKook le palmeaba el hombro, sus ojos tan lindos la veían desde lejos, tan juguetón que la irritaba.

Se acarició el culo dándose cuenta que el dolor todavía no se iba por completo, de por sí no había pasado ni dos días, estaba que era devorada pedacitos por pedacitos. Los ignoró cuando paso a su lado, hoy no tenía clases privadas por lo que era mejor evitar a TaeHyung. Sentía sus miradas clavadas en la espalda o tal vez en el culo, quien sabe. Estaba demasiado enojada para prestarles atención.

Tampoco era como si negará el hecho de que sintió tanto placer al hacerlo que se masturbo cuando llegó a casa, no podía evitar hacerlo, TaeHyung la poseyó tan bien que hasta soñó con ello. Sin embargo, el hecho de que al siguiente día tenía que pasar con el otro hijo de puta que conocía con claridad la dejaba adolorida.

¿Todos los días, cada día, su pobre sexo sufría las consecuencias y ella las aceptaba? Es por dinero. Se dijo a sí misma, su subconsciente le reclamaba sus caprichos y el egoísmo cargado, pero ella no se dio tiempo de culparse. Lo disfrutaba ¿y qué? La vida sigue.

Eso es muy fácil cuando no sabes que harán los demás.

Saludo a las compañeras de la siguiente clase, se la paso todo el día repasando lo que tenía que responder. Los exámenes estaban cada vez más cerca, y hoy, sería una prueba simple. Pensó en tal vez pedirle ayuda a la Moonbyul, la tenía al lado y casi no hablaba con nadie.

—Moon—llamó con cuidado, Lisa tenía en cuenta que la apatía era normal en el lugar, a sabiendas que la reputación era una mierda, las actitudes tampoco podía ayudar—, ¿tienes lo de química?

—Sí—asintió ella, tomando un cuaderno con marcas rojas y se lo lanzó sin cuidado. Lisa por dentro quiso insultarla hasta la punta—, devuélvemelo después, lolita.

No se molestó en contestarle, el mal humor se la estaba llevando y para no causar problemas se quedó callada. Como siempre lo hacía, era una costumbre de todas formas. Mientras menos contestas, menos problemas le das a tu vida.

Lisa tenía demasiadas cosas en la cabeza, se propuso a estudiar y la frustración la gano en tan solo una hora, la clase iba a comenzar y ella todavía no descifraba la pregunta tan confusa. Sus compañeras pasaron, riéndose sin disimular en verla tan decaída con la prueba, y ella les dedico una mirada cargada de indiferencia, sin embargo, la rabia que tenía por dentro era latente.

La profesora llegó con las mejores caras, pidiendo que por favor se pongan cómodas para empezar. Lisa paso el cuaderno a su compañera con cuidado, memorizando mientras que escribía en la pizarra.

—Bueno, ¿ya todos listos? Empezamos...

Sin embargo, la puerta se deslizo y el corazón de Lisa casi se le sale la garganta.

—Lo siento por llegar tan tarde...—su voz melosa y juguetona se escuchó en todo el lugar.

Sus compañeras suspiran, los varones simplemente exclaman llenos de celos. Entró con una sonrisa en sus labios carnosos, sus ojos tan dulces que mostraban tanta suavidad se centraron en todo, el tono de preocupación y en cómo se veía como el estudiante más educado de toda la maldita escuela la dejo sin habla.