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i'm small...

🥀

El ambiente entre ambos era demasiado tenso.

Eddie no se atrevía a decir palabra alguna, y Richie no sabía cómo terminar con aquél aire incómodo que comenzaba a asfixiarlo. No fue capaz de soltar un chiste o un improperio, ni fue capaz de tomarle la mano a su novio.

Quiso decirle algo, regañarlo o decirle que lo olvidara, besarlo al menos. Pero no lo hizo; sólo siguió caminando, con Eddie detrás suyo intentando de hallar una forma de entablar una conversación.

Cuando por fin terminaron su caminata, Eddie se dio cuenta de que Richie lo había llevado hasta su hogar, donde seguramente su madre lo esperaba con un sermón.

Quiso decirle que lo sentía, pedirle una disculpa o una explicación, abrazarlo por lo menos. Pero no lo hizo; no lo miró siquiera y en silencio entró a su casa. Al cruzar la entrada, no volteó a ver si su novio lo esperaba, o si ya se había ido.

Sorpresivamente, su madre seguía durmiendo. Era la primera vez que dormía durante tanto tiempo, así que pensó dos cosas: o su madre tenía el sueño muy pesado, o estaba muerta. Creyendo lo peor y dándole paso automático a su paranoia, el pequeño corrió hasta donde su madre reposaba, revisando sus signos vitales y comprobando que, efectivamente, Sonia Kaspbrak seguía con vida, pero más dormida que un oso en etapa de hibernación.

Aliviado, el chico cubrió mejor a su madre con una manta, apagó el televisor que su madre veía antes de dormir, y luego tomó rumbo hasta su habitación.

Al abrir la puerta, el corazón le dio un brinco causado por el susto de ver a alguien más sentado en el borde de su cama. Claro que el susto no le duró ni cinco segundos, pues pronto reconoció que el intruso era en realidad su novio.

—Hola —saludó Richie al notarlo parado junto al marco de la puerta.

—Me asustaste —dijo a cambio, y estuvo a punto de preguntar cómo había entrado hasta que notó que la ventana estaba abierta.

—Deberías ponerle seguro a tu puerta—recomendó—. Cualquiera podría entrar.

—¿Y cómo entrarás sorpresivamente a mi cuarto la próxima vez? —se cruzó de brazos y alzó una ceja de forma inquisidora.

—Sabes que voy a tomar eso como una invitación para entrar sin permiso a tu cuarto cada vez que quiera, ¿cierto?

—Sí, Richie, lo sé.

Luego de eso, volvió a reinar el silencio en el cuarto. Eddie cerró la puerta tras de sí, y de paso le puso seguro para que su madre no entrara si en dado caso llegaba a despertarse. A Sonia no le haría gracia ver a su hijito a tan altas horas de la noche en compañía de ese diablo de Tozier.

Te dije que nunca fueras a mi casa —murmuró el azabache.

Y aunque el castaño buscó y rebuscó, no encontró ni una pizca de coraje en el tono de su voz. Lo del chico había sido más bien un lamento, un reproche que era más para él que para Eddie, y luego se tiró boca arriba sobre el colchón, cubriéndose el rostro con un brazo.

El más bajo se acercó junto a su novio, para recostarse a su lado un momento; retiró el brazo de su rostro para poder acariciarle las mejillas inundadas de pecas, y también de lágrimas.

𝐁𝐑𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐄 ; reddie ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora