Capítulo {1}

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 "Si no tenes ganas 

Pues no hagas nada

No trates de complicarla

Mis rimas son flama"

   Estaba escribiendo en mi pequeño anotador, el que me habían regalado en mi cumpleaños. Siempre lo llevaba en mi bolsillo y si salía algún lado y se  me ocurrían rimas las anotaba ahí sin ningún problema. Antes solía escribirlas en la app de notas de mi celular, pero un día me robaron el celular y perdí la mayoría de mis rimas y canciones. Claro, quien robaría una libreta de bolsillo, que por cierto ya se le estaba rompiendo la tapa de tanto usarla y no cuidarla.
  
   Siempre hay algo en mi mente, no se si eso será normal pero nunca puedo estar sin pensar alguna rima o cualquier frase. Es como funciono yo y nada lo va a cambiar. Tampoco es que me importa mucho la opinión de los demás, pero bueno es una opinión.

- ¡Pero fijate por donde vas!- auchh, me choqué contra una señora- pendeja del ort* ¿que no ves?

- Discúlpeme es que tengo problemas en la vista, el oculista me dijo dentro de poco me quedaría ciega- mentiraa, vieja amarrete. Pensaba mientras me hacia la que no veía casi nada-. Pero pensé que llegaría a la pastelería para comprarle la torta a mi mamá. Que por cierto, hoy es su cumpleaños.

- ¡Ohhh perdón por ser tan grosera, niña dios te bendiga! ¿Necesitas ayuda?- estaba riéndome mentalmente.

- No, estoy bien- ya no me aguantaba más la risa.

    La señora me estaba diciendo algo pero no alcancé a oírla porque me escapé rápidamente. Di vuelta a la esquina y empecé a reírme como una loca. Sola en el medio de la vereda, acordándome de la cara de la señora en cuanto le dije que no veía casi nada. Definitivamente iba a irme al infierno, pero bueno ella fue la que me insultó y nadie me ve la cara de idiota.

  - Eso fue gracioso, me hiciste reír un buen rato- se escuchó detrás de mi.

    Me di vuelta y había un chico que aparentaba unos quince años. Pelo castaño oscuro, ojos canela y hoyuelos que le sentaban bastante bien. No voy a mentir, si que es muy lindo.

- ¿Qué?- le dije, por si había entendido mal. Porque no creía que nadie haya prestado atención.

- Dije que fue gracioso lo que hiciste. Me causó gracia la reacción de esa señora, después de todo se lo merecía por haberte tratado así ¿Sos así de distraída siempre?- lamentablemente sí, siempre soy muy distraída.

- Emm... no soy distraída, solo que venía con un montón de cosas en la cabeza y no estaba prestando atención por donde caminaba- mentí, aunque en realidad si venía con un montón de rimas en la cabeza para mi nueva canción. Pero no quería caerle mal a este chico, que por cierto me hipnotizaba con su mirada. No soy religiosa pero ¡Dioooos, mirar a este chico es como mirar a un mismísimo dios griego!

- Soy Manuel por cierto...- dijo para que le diga mi nombre.

- Soy Olivia y me gusta tu remera ¿Dónde la compraste?- en la remera negra tenía estampado un logo con cinco escalones blancos y me pareció espectacular. Quería una, por lo menos para usarla de pijama.

- Es mi remera del quinto escalón. Es una edición especial. De echo es de una competición en la que participo en la plaza que está a dos cuadras.

- ¿Competición? ¿De qué?- Seguro era una competición de dioses griegos porque la verdad es que no podía parar de mirarlo. No es que estuviera todo marcado y con brazos musculosos, como todo dios griego. De hecho era delgado y un poco alto, pero como dicen: de gustos no hay nada escrito.

- Es una competencia de freestyle, le llamamos batallas de gallos. Todos tenemos un nombre artístico y usamos rimas para competir. Yo me anoté como Replik, pensé que iba a ser gracioso pero al final me di cuenta que termino siendo una boludés. Aunque ahora todos me llaman así.

Mi Mundo {Replik}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora