Al día siguiente me desperté aun sin saber qué hacer, si les decía que vi a Hiroki besándose con aquel hombre el le diría a mi madre que yo lo bese y aunque negara que eso paso jamás fui bueno mintiendo y sabría que eso de verdad paso, era de verdad confuso, ¿que hacer... que hacer? Me preguntaba una y otra vez, suspire hondo y al fin decidí no decirlo, me decía a mi mismo que era porque la sexualidad de Hiroki era asunto de él, pero en verdad era por mi propia conveniencia, a pesar de tratar de parecer un chico correcto siempre pensaba en mi propia conveniencia, era algo que nunca podía evitar.
Luego de vestirme baje las escaleras y llegue a la cocina esperando no encontrármelo pero al llegar a esta me cruzo con él y su mirada tan... indescifrable, me mira con una sonrisa para decir solamente "buenos días" como si nada hubiera ocurrido, pero yo no pude evitar sonrojarme por completo y mi nerviosismo iba en aumento.
-¿Te ocurre algo Maky?- dice el muy campante como si nada, a lo que yo solo tengo una palabra en mi cabeza "maldito".
-No nada- rio algo nervioso y trato de comportarme como si nada, paso a su lado frio y sin mirarlo pero note su mirada en mi nuca mientras sacaba la leche del refrigerador para prepararme un café con leche, pero trate de no darle importancia, aun así el no dice palabra alguna y solo se dedica a verme mientras hacía todo, ya habiendo tomado el desayuno tomo mis cosas y me marcho de allí más que rápido aliviado de al fin haber podido salir de allí ya que no aguantaba más la tención. Llegue al colegio y mis dos mejores amigos me abordaron:
-¿Maky el mensaje de texto que nos enviaste eran ciertos?- dice uno de ellos.
-¿Es verdad que te mudaste a la casa de tu hermano?- yo lo miro híper molesto.
-Hermanastro, y si...- dije con la cabeza baja -no tuve otra opción, mis padres se fueron del país por un tiempo y era el único familiar que tenia por ello me enviaron con él.
-Como te envidio, vivir con él debe ser increíble, su nombre es conocido en todas partes y todos rumorean que es extremadamente rico solo teniendo 25 en verdad me gustaría estar a su lado para recibir aunque sea un poco de la luz que irradia.
-Hablando así parecería que te gusta- le dijo el primero al otro.
-Claro que no...- dice este algo avergonzado- es solo que lo admiro mucho, es en verdad una persona respetable.
-Ya déjense de payasadas y vamos a clase- digo ya caminado, estaba en extremo molesto, todos lo consideraban el hombre perfecto pero nadie sabía quién era realmente, solamente yo por lo que me estaba tan molesto que sentía que me quedaba sin aire.
El resto del día escolar me la pase interpretando mi papel del chico inteligente que respondía todo correctamente, era una de mis estrategias para ser visto como un chico más que increíble y así ir por el camino para superar a mi hermano lo cual era mi más grande ambición, algún día dirían todas esas cosas increíbles de mi y no de él. Cuando termino la clase Salí hablando con mis amigos cuando al llegar a la puerta del colegio lo vi, el estaba allí con esa sonrisa molesta y de brazos cruzados apoyándose sobre su auto de último modelo, y al notar que me acercaba me clavo la mirada con esa sonrisita, las chicas y los chicos corrían hasta el admirándolo, al parecer no importaba el sexo, impresionaba a todos por igual, al parecer era tan famoso que todos lo conocían y los que no solo les atraía su belleza natural lo cual me exasperaba. Muchos le preguntaron qué hacía allí, pero lo que se limito a decir me enfureció de sobre manera:
-Solo vine a recoger a mi hermanito para llevarlo a casa- todos me miraron con los ojos bien grandes lo cual me hiso avergonzarme en extremo, siempre me gustaba llamar la atención pero no de esta forma, no por él.
Para no causar más revuelo subí al auto sin protestar, al ver como subía así de tranquilo solo sonrió nuevamente y subió a este y arranco, durante todo el camino no dijo palabra alguna solo se limito a conducir y a pesar de que yo me mantenía viendo por la ventanilla sentía su mirada en mí, no sabía por qué razón pero así era.
