Pasaron los meses y aun seguíamos juntos, continuábamos con la rutina diaria de desayunar juntos, me llevaba y recogía del colegio, me llevaba a cenar y a diferentes partes, a pesar de llegar cansado del trabajo no afectaba su humor y trataba de dar lo mejor de si para que yo fuera feliz, cosa que no entendía ya que en verdad se preocupaba por mi felicidad. Pero esa paz tan maravillosa no duro mucho.
Una tarde como cualquier otra estaba feliz, el había ido a comprar un postre para comer juntos, siempre me consentía con esas cosas, pero al escuchar el timbre de la puerta fui corriendo a abrir todo emocionado, pero me quede helado al ver que se trataba de mis padres, sin decir nada entraron a casa y se sentaron, solo los veía extrañado.
-¿Qué hacen aquí? Se suponía que regresarían en seis meses- los miraba extrañado, a lo que sorprendidos me contestaron.
-Pero Maky, ya han pasado los seis meses –me quede helado, me había estado divirtiendo tanto que ni siquiera note el paso del tiempo, cuando Hiroki entra en la casa viéndolos con la misma sorpresa que yo.
Ellos lo saludan muy cariñosamente, para luego su padre decir:
-Espero que el quedarte cuidando de tu hermanito no haya sido una molestia, pero descuida, ya volvimos así que puede regresar a vivir con nosotros.
-Q… que –dijo con los ojos grandes, parecía sorprendido como yo –no fue una molestia el tenerlo aquí, en verdad fue agradable su compañía así que no es necesario que regrese con ustedes.
Ellos lo miran sorprendidos para luego mirarse entre ellos, tal vez porque yo antes de irse le había contado a mi madre que detestaba a Hiroki pero eso fue el pasado, como decir que ahora lo amaba y éramos amantes y novios, era algo vergonzoso que confesar a mi madre.
Me ordenaron ir por mis cosas para irnos ya mismo, a lo que asentí como si no significara nada cuando por dentro parecía que iba a llorar, mientras subía las escaleras Hiroki me miraba con una suma tristeza, ninguno de los dos quería separarse pero como decirle a nuestros padres de nuestra relación, jamás lo permitirían, eran sumamente estrictos.
Recogí mis cosas con suma tristeza en mi corazón, no quería irme, pero no tenía el valor de decir la verdad. Una vez que recogí todo baje las escaleras con mi equipaje y ellos ya me hicieron despedirse, al parecer estaban cansados y querían volver a casa, mire a Hiroki pero solo le pude dirigir una sonrisita y un “nos vemos luego” a lo que él solo me vio con una expresión que denotaba tristeza, tuve que contenerme para no llorar, lo podría ver cuando quisiera pero aun así quería quedarme con él, hacer todas las cosas que hacíamos a diario, se que son cosas tontas pero en verdad apreciaba esas pequeñas cosas.
Llegamos al auto y mire por última vez a Hiroki sin poder articular palabras, se notaba que ninguno quería sepárese pero no nos quedaba de otra, pero sabia en mi corazón que no desistiría de mi amor por él, a pesar de tener que enfrentar a mis padres, no desistiría.
Continuara…
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