Primera subida a plataforma

79 6 4
                                    


Karina esperaba en el muelle la embarcación que la llevaría hacia una plataforma de perforación en el Golfo de México, a las 4 de la tarde. Era primeriza en ese empleo. Le recomendaron tomar una pastilla de dramamine, para que no vomitara cuando abordara el ferri. No estaba acostumbrada a navegar. Tenía puesto su uniforme que constaba de un overol color naranja fluorescente, un casco del mismo color y botas con casquillos (son fierros en la parte delantera del calzado de seguridad, que protegen de los accidentes). Las botas le provocaron ampollas en los pies. Karina era una de las dos mujeres en su guardia de trabajo. Su compañera era Lucrecia la mesera. Karina sería la jefa y tendría a su cargo al equipo de cocina y hotelería de la plataforma.

En la capacitación que le dieron en la compañía, sólo la instruyeron en normas de limpieza. Pemex (Petróleos mexicanos) por primera vez permitió que subieran mujeres de las compañías que le daban servicio. Era un mundo de hombres. Ese ferri llevaría la guardia de 3 plataformas mar adentro.

Anunciaron los nombres, de los destinos donde iría el ferri que estaba listo para partir. Karina escuchó pozo 13. Vio que sus compañeros fueron a la salida de la sala de espera para entregar sus boletos. Se quedó atrás, para no obstaculizar el paso de los demás tripulantes. Llevaba una maleta muy pesada que le dificultó avanzar. Cuando llegó su turno de entregar su boleto no se fijó en cual ferri se subieron sus compañeros. Al ver que era la última fue corriendo arrastrando su maleta, un vigilante del muelle la vio en apuros y le preguntó:

—¿A cuál pozo te diriges?

—Al pozo trece. —contestó nerviosa. Temía equivocarse de embarcación.

—Es aquel ferri. —Le señaló. La ayudó con su maleta para que abordara rápidamente porque era la única persona que faltaba para partir.

Al estar en la cubierta se dio cuenta que el espacio donde guardaban los equipajes estaba lleno. Tuvo que dejar su maleta afuera.

Los integrantes de la guardia de Pemex utilizaban helicópteros. Hacia la misma plataforma se dirigió un médico llamado Robert Taylor. Tenía 34 años cumplidos. Se graduó en Dallas Texas. Su padre era socio de un traficante de drogas y tratante de blancas. Tenía encubierto su negocio como una empresa farmacéutica. Quería que su hijo se involucrara y fuera su sucesor, pero Robert declinó. Tomó la decisión de alejarse de esa vida llena de violencia. Si los descubría la policía antinarcóticos sería encarcelado. Prefirió llevar una vida normal. Consiguió empleo en una compañía que le rentaba plataformas a Pemex (la compañía más grande de Petróleos en México en la sonda de Campeche).

En el ferri, Lucrecia la mesera, fue a buscar a Karina y le dijo: ¡Encargada! venga abajo, con los demás del equipo.

—¡Gracias Lucrecia!

—¿Cuántas veces ha estado a bordo? —le preguntó Lucrecia

—Es mi primera vez.

Lucrecia hizo una mueca y expresó —es decir que no tienes experiencia.

—No tengo experiencia pero haré mi mejor esfuerzo —contestó Karina con optimismo.

Lucrecia se llevó las manos a la cabeza lamentando que la líder del equipo fuera una inexperta.

— ¿Cómo te llamas?

—Karina

—Yo soy Lucrecia, quiero que me pongas como mesera en el turno de día.

—Mucho gusto Lucrecia. Me alegra no ser la única mujer del equipo; te pondré en el día para que me acompañes.

Karina vio que los varones de su equipo estaban dormidos. Lucrecia le sugirió: Es mejor que duermas, tardaremos tres horas en llegar a nuestro destino.

Un amor de plataformaWhere stories live. Discover now