Capítulo 2: "Soledad".

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Él cumplió su promesa, nada extraño en el panorama del castaño, pues YoonGi siempre lo hacía. Estuvo ahí para susurrar palabras de alivio y repartir más de aquellas caricias por toda su cabeza, esas caricias que hacían que él olvidara todas sus pesadillas y pudiese dormir nuevamente. Sin embargo, durante la madrugada del día siguiente, había vuelto a caer.

Un día eres capaz de sobre llevarlo, de tener todo bajo control y ser lo suficientemente fuerte para hacer de lado todo aquello y al siguiente, estás hundido en tu propia cama, envolviendote en la soledad que abruma tu cuerpo, tu corazón, presionando tu propio pecho en una de tus manos, intentado disminuir el dolor, intentado cesar tus lágrimas, las cuales caen frenéticas por tus mejillas, sin intención de detener su paso, dándose el lujo de empapar tu rostro.

Ese era el pensamiento de aquel chico de hebras castañas, quién en un arranque de frustración había puesto sus habilidades en prueba, tomando un lienzo y aquellas usuales pinturas que bajo su mando suele tomar, la paleta de mezclas, el caballete y un buen pincel. Está de más decir que no era su mejor momento, en absoluto.

El retrato lo defraudo, sintiéndose incapaz, sintiéndose terriblemente mal al deshonrar la belleza de sus flores en un retrato tan deplorable; un ataque de irá contenida, al sentirse insuficiente, fue la causante de que la pintura callera al suelo, machando su pulcra e incorrupta limpieza, el lienzo fuese destruido y el pincel perdido en la noción del espacio tiempo. TaeHyung no se hallaba en su mejor momento, creyendo que la pintura lo calmaría y consolaría intentó liberar su ser entre pintura y trazos irregulares, pero no fue de ese modo; había corrompido la belleza y perfección de aquello que lo emanaba hasta en los poros, de eso que más amaba, gracias a un retrato tan decepcionante.

En ese momento no deseaba conocer algo sobre nada, no podía abrazarse a sí mismo en la estabilidad de su cama, por el simple hecho de sentir tanta repulsión de sí para no intentar consolarse. Lo merecía y ese sería su castigo, hipar, sollozar y llorar hasta que su garganta se cercara, hasta que se quedase dormido.

Su recaída alcanzo refugio, al indagar sobre sus viejos y recientes pensamientos, pues todos ellos vinieron de regreso a él, incrustándolo de malos recuerdos, incapaz siquiera de escuchar los que le indagaban algo que el pudiese hacer para alejarlos, para intentarlo, salió de su habitación, encontrándose con su deplorable reflejo en las esquinas de su hogar, no podía mirarlo, era incapaz; por lo que regreso a su habitación lo más pronto posible, huyendo de él mismo, aquel sujeto que se posicionaba como su reflejo en tal superficie.

Él no quería esto, dolía, lo hacía enormemente, quería arrancar su destrozado, amargado y feo corazón, y arrojarlo a las entrañas del mar, osadía sobraba para hacerlo, pero el miedo renacía al pensar en YoonGi, ¿qué sucedería con él?, no podía hacerlo, no por él, no por Min YoonGi. Y nuevamente se sentía impotente, atrapado en su propio yo, enclaustrado con un enemigo que intenta asesinarle cada vez que quiere y odia ser tan susceptible a él.

En un intento por disipar toda voz de su mente, se dirige a su ventana, con el objetivo de encontrar la imagen que sanara un poco su corazón. Su jardín de flores.

Sonríe débilmente en la lejanía al verle, pasea su cansada y ardiente mirada por cada una de las secciones de aquel bello jardín, llenándose de aquel único sentimiento que logra consolarle, sintiendo que su corazón punza con menos dolor y que el temblor de sus manos se detiene poco a poco.

Una de sus manos alcanza una almohada, a la cual se aferra para el momento de colocarla en su regazo, limpia algunas lágrimas que siguen rodando por sus mejillas sin ningún pudor y de un momento a otro, ya no se siente tan sólo.

El tiempo trascurre, las horas oscuras pasan, para ocultarse a la sobra de un tiempo pasado, pero que se siente tan viviente, para abrir paso a una nueva mañana. Un color tenuemente oscuro por debajo de sus ojos, delata que el príncipe Kim no ha dormido como debería, color que acompaña a lo demacrado que se encuentra el delgado rostro del castaño. Sin embargo, no parece importarle, todo lo que tiene relación a su ser individual dejó de importarle hace un tiempo.

Continúa analizando las flores, estático, con atención, sin anhelo de moverse un solo centímetro de ese lugar. Sonríe nuevamente, está vez sin lágrimas frescas de por medio, sus ojos levemente hinchados por el llanto nocturno; sin embargo, no parece importar, nada de eso lo hace.

Un movimiento inusual lo saca sorpresivamente de su ensueño, forzando su visión entro los detalles más imperceptibles de su jardín y es entonces cuando nota, en la periferia de sus rosales, dos manos pequeñas, tomando una de sus rosas por el ramo, pasando sus dedos gentilmente por los pétalos, para después ser terriblemente mutilada de su lugar de origen.

TaeHyung siente su corazón punzar; sin embargo aquellas pequeñas manos no se detienen y continúan cortando, el príncipe presencia a sus rosas ser mutiladas y duele más de lo que le gustaría, un sentimiento de impotencia se enclaustra en su corazón y se pregunta:

¿Qué ser en éste mundo se atreve a arrebatar la vida a otro ser, plagado de belleza en su extensión?

No está seguro, pero le hará pagar por arrebatarle la vida aquéllas fuentes de la más pura belleza y pulcritud.

park leaves








Holaa, perdonen la enorme tardanza y lo feo que es esté capítulo, no lo compensa, pero bueno, tengo mil excusas; sin embargo que no desean escucharlas.

No si exista alguien esperando por esto o leyéndolo, pero si lo hay, perdonen por la baja calidad de todo esto, ustedes merecen algo mejor.

Gracias de antemano si hay alguien.

Bai.

the truth untold | kth & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora