Era una vergüenza que los mortales necesitaran tanta maldita luz para ver. Roman
cerró los ojos para evitar la luz deslumbrante de la lámpara del techo. Él estaba
acostado de espaldas en el consultorio dental con un babero infantil alrededor de su
cuello. Al menos, hasta ahora, el control mental funcionaba. Podía oír a Shanna
moviéndose de un lado a otro con la eficacia de un robot. Mientras él mantuviese todo
en calma y controlado, la intervención sería un éxito. No podía permitir que nada
sacudiese a Shanna sacándola de lo que ella pensaba que era un sueño.
"Abre." Su voz fue baja y monótona.
Él sintió un agudo pinchazo en su encía. Abrió los ojos. Ella extraía una jeringa de
su boca. "¿Qué era eso?"
"Un anestésico local, así no sentirá ningún dolor."
Demasiado tarde. La propia inyección le había provocado dolor. Pero Roman tenía
que admitir que la odontología había avanzado un largo trecho desde su último
encuentro con la profesión. Cuando era un niño, había visto al barbero del pueblo
arrancando a la gente los dientes cariados con alicates oxidados. Roman había hecho
todo lo posible para conservar sus dientes sanos, incluso a pesar de que su cepillo de
dientes había consistido en una ramita deshilachada. Pero había logrado llegar a la
edad treinta años con la dentadura completa.
Así estaba cuando su nueva vida, o muerte, comenzó. Después de la
transformación, su cuerpo permaneció igual en los quinientos catorce años siguientes.
No es que su vida como vampiro hubiese sido pacífica, todo lo contrario. Sufrió cortes,
cuchilladas, huesos rotos, incluso algún disparo ocasional, pero no había nada que no
pudiese cicatrizar por sí mismo con un buen día de sueño. Hasta ahora.
Ahora él estaba a merced de una mujer dentista, y la extensión de su control sobre
ella era desconocida.
Shanna se puso unos guantes de látex en las manos. "Pasaran algunos minutos
antes de que el anestésico haga efecto."
Laszlo se aclaró la voz que para obtener la atención de Roman, luego señaló su
reloj de pulsera. Estaba preocupado porque se agotase el tiempo.
"Ya está muerta." Roman señaló su boca. Caramba, técnicamente su organismo
entero estaba muerto. Él ciertamente se había sentido muerto durante mucho tiempo.
Pero esta noche le había dolido como el demonio cuando ella le había dado un
rodillazo en la ingle. Y casi había fundido un fusible en el coche. Ahora que Shanna
estaba de su vida, parecía haber resucitado. Particularmente debajo del cinturón.
"¿Podemos comenzar ahora?"
"Sí." Ella estaba sentada en una pequeña silla con ruedas y se volvió. Cuando ella se
apoyó sobre él, sus pechos se apretaron contra su brazo. Él ahogó un gemido.
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Como casarce con un vampiro millonario
VampireEsta historia es una de mis favoritas y quiero compartirla con ustedes. La autora de esta historia es Kerrelyn Spark. Este es el primer libro de la saga Amor en juego, espero les guste tanto como a mi.