capitulo 9

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Era una vergüenza que los mortales necesitaran tanta maldita luz para ver. Roman

cerró los ojos para evitar la luz deslumbrante de la lámpara del techo. Él estaba

acostado de espaldas en el consultorio dental con un babero infantil alrededor de su

cuello. Al menos, hasta ahora, el control mental funcionaba. Podía oír a Shanna

moviéndose de un lado a otro con la eficacia de un robot. Mientras él mantuviese todo

en calma y controlado, la intervención sería un éxito. No podía permitir que nada

sacudiese a Shanna sacándola de lo que ella pensaba que era un sueño.

"Abre." Su voz fue baja y monótona.

Él sintió un agudo pinchazo en su encía. Abrió los ojos. Ella extraía una jeringa de

su boca. "¿Qué era eso?"

"Un anestésico local, así no sentirá ningún dolor."

Demasiado tarde. La propia inyección le había provocado dolor. Pero Roman tenía

que admitir que la odontología había avanzado un largo trecho desde su último

encuentro con la profesión. Cuando era un niño, había visto al barbero del pueblo

arrancando a la gente los dientes cariados con alicates oxidados. Roman había hecho

todo lo posible para conservar sus dientes sanos, incluso a pesar de que su cepillo de

dientes había consistido en una ramita deshilachada. Pero había logrado llegar a la

edad treinta años con la dentadura completa.

Así estaba cuando su nueva vida, o muerte, comenzó. Después de la

transformación, su cuerpo permaneció igual en los quinientos catorce años siguientes.

No es que su vida como vampiro hubiese sido pacífica, todo lo contrario. Sufrió cortes,

cuchilladas, huesos rotos, incluso algún disparo ocasional, pero no había nada que no

pudiese cicatrizar por sí mismo con un buen día de sueño. Hasta ahora.

Ahora él estaba a merced de una mujer dentista, y la extensión de su control sobre

ella era desconocida.

Shanna se puso unos guantes de látex en las manos. "Pasaran algunos minutos

antes de que el anestésico haga efecto."

Laszlo se aclaró la voz que para obtener la atención de Roman, luego señaló su

reloj de pulsera. Estaba preocupado porque se agotase el tiempo.

"Ya está muerta." Roman señaló su boca. Caramba, técnicamente su organismo

entero estaba muerto. Él ciertamente se había sentido muerto durante mucho tiempo.

Pero esta noche le había dolido como el demonio cuando ella le había dado un

rodillazo en la ingle. Y casi había fundido un fusible en el coche. Ahora que Shanna

estaba de su vida, parecía haber resucitado. Particularmente debajo del cinturón.

"¿Podemos comenzar ahora?"

"Sí." Ella estaba sentada en una pequeña silla con ruedas y se volvió. Cuando ella se

apoyó sobre él, sus pechos se apretaron contra su brazo. Él ahogó un gemido.

Como casarce con un vampiro millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora