capitulo 24

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¿Está segura de que quieres entrar allí sola?" preguntó Phil mientras estacionaba

en la calle de la casa de Petrovsky.

"no estaré sola durante mucho tiempo" Shanna comprobó su bolso. Estaba

abarrotado con pedazos de cuerda para atar prisioneros. Sacó el teléfono móvil que

había pedido prestado a Howard Barr y marcó el número de teléfono recientemente

memorizado de la casa de Roman.

"Barr" contestó el jefe de seguridad de día de Roman.

"Hemos llegado. Voy a entrar"

"Bien. Mantén la comunicación" le advirtió Howard con su voz nasal. "Vale. Roman

quiere hablar con usted"

"Ten cuidado" le advirtió Roman.

"Estaré bien. Phil estará aquí si le necesito" Shanna abrió la puerta del coche. "Voy

a guardar el teléfono en el bolso. Hasta ahora" Colocó el teléfono abierto encima de

todo lo que había en su bolso.

Phil le dio ánimos con un movimiento de cabeza. Ella salió del coche y se encaminó

hacia la casa de Petrovsky.

En Romatech, le había dado al Roman otra dosis de la fórmula antes de

teletransportarse a la casa. Allí, con la asesoría de Howard Barr, habían planeado el

rescate de Laszlo. Ella se había opuesto al teoría de Roman de simplemente llamar a la

casa de Petrovsky y teletransportarse allí. Él podría llegar accidentalmente a un

cuarto lleno de luz solar. Así que, con la ayuda de Howard, había convencido a Roman

de que la dejara participar.

Se detuvo delante del dúplex y miró hacia atrás. Phil estaba todavía en el sedán

negro, vigilando. Otro vehículo atrajo su atención, un SUV negro estacionado enfrente.

Se parecía al que la había seguido antes. Pero todos se parecían. La ciudad estaba llena

de ellos.

Abrazó el bolso contra su pecho. El teléfono estaba cerca, con Roman escuchando.

Subió los escalones hasta la puerta principal y l amó al timbre.

La puerta se abrió. Un hombre corpulento con la cabeza afeitada y barba de chivo

gris la miró enfurecido. "¿qué quiere?

"Soy Shanna Whelan. ¿ Creo que me han estado buscando?"

Sus ojos se abrieron como platos. Le agarró el brazo y la atrajo a la casa. "Debes ser

una estúpida perra" gruñó con marcado acento cuando cerró la puerta.

Ella se echó hacia atrás. Había demasiada luz entrando desde una ventana encima

de la puerta. Vio una puerta abierta a un lado y se introdujo dentro de una sala

pequeña. La alfombra estaba raída, el mobiliario viejo y combado. La luz se filtraba a

través de unas persianas polvorientas y amarillentas.

El ruso la siguió al cuarto. "Esto es muy raro. O deseas morir o es alguna clase de

Como casarce con un vampiro millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora