ᴇιsoᴘᴛʀoᴘʜoʙιᴀ

02

¿Cuando había comenzado toda su pesadilla?

No tenía fecha, fue y sigue siendo un acontecimiento muy extraño para el. Desde niño Jung lo había acompañado, protegiendolo de cualquier peligro presente, claro, todo desde lejos.

En su adolescencia fue cuando pudo escuchar su voz, eran tan profunda que daba escalofríos, hacia calar sus huesos en sólo escucharla. No comprendía como según él lo cuidaba, jamás estuvo cerca ni para ayudarlo, pero extrañamente sus agresores o cualquier persona que osara a insultarlo desaparecía de la manera más mórbida.
Su familia empezó a tener miedo de Jin, alejándose de él en cualquier momento o oportunidad, su hermanito pequeño era el único que seguía tras Jin, abrazandolo aún si recibía un regaño de sus padres, él lo seguía haciendo. Jin había empezado a comprender que sus padres no lo querían allí, había comprendido el alejamiento repentino de su familia y todo era culpa de los espejos que mostraban a ese ser. Lo odiaba.

Lloro varias veces maldiciendo por tenerlo a su lado, cada vez que pasaba a través de un espejo lo veía ahí, sonriendo como si no estuviera pasando nada. Sonriendo como si no supiera por todo lo que estaba viviendo en carne y hueso. Por los rechazos de sus familiares.

Pero, entendió que el ser espiritual era lo único que le quedaba, después de ser abandonado y tirado fuera de su hogar por temor a tener un monstruo que sólo traía desgracias si te relacionabas con él.

Vago por un tiempo en las calles, siendo presa de cualquier persona, lamentablemente Jin ya tenía a un monstruo detrás suyo.
Las cosas cambiaron al conocer a cierto chico que le dio trabajo y un lugar donde quedarse, que, sin pensarlo tomo en sus manos el corazón de Kim. Haciendo crecer una ira en forma de fuego en el corazón receloso del ser.

Aún lo recuerda, como esa persona había muerto por una trágico “accidente”. Sin embargo, SeokJin ya tenía en mente esa escena, no era como si pudiera vivir en paz con Jeong detrás de su sombra.

Todo era su culpa, todo era culpa de Jung Kook.

Cuánto no lloro y solto maldiciones a los cuatro vientos. Cosa que no funcionó y solo le quedó reírse de su estupidez.

Su vida era tan patética.

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—¿De nuevo distraído?, ¿Que pasa?, Sabes que puedes contar con mi ayuda. —sonrio abrazando sus hombros y Jin salto del susto.

HoSeok lo miró extrañado, no es como si fuese una acción extraña de parte de él, Jung siempre era de aquellos que era pegajoso como un chicle en el zapato.

—¿Estás bien?, Estás bastante extraño desde hace un par de días.

—No, tranquilo, estoy bien, solo cansado.

—Deberias tomarte unas vacaciones, debe ser muy pesado trabajar doble turno.

—Estoy bien, no te preocupes, solo necesito pensar un momento más.

—¿Puedo…acompañar?. —susurro mostrando una de sus sonrisas más sinceras.

Jin asintió y se sentó en el suelo, cruzando las piernas para más comodidad. Paso un rato muy tranquilo y agradable con HoSeok, el cual le hacía reír de cualquier cosa.

—A propósito, ¿Tienes un espejo?. —pregunto buscando en su bolso, Jin dejo de reír lo que le extraño mucho más ¿Habías dicho algo malo?.—Olvida lo que dije, equivocación mía.

Jin asintió y se levantó bajo la mirada curiosa de Jung.

—Necesito ir la baño.

Seok se dirigió lentamente al baño del campus, sin tomarle atención a nada de su alrededor. Entro al baño y se encerró en uno.

—¿Que sucede?, ¿Por que no pudiste decir un simple “no tengo”?.

Salió a mojarse el rostro y evito el espejo a toda costa saliendo rápidamente del baño tal y como entro.

Pero se detuvo al sentir una sombra tras suyo.

—Por suerte no puedes abrir la boca en este momento, enserio que sería un fastidio. —sonrio tranquilo cuando la sombra se cruzó de brazos y desapareció.

—¿Quien no puede abrir la boca?. —pregunto un compañero de clase que andaba cerca de la zonas de los baños.

—O no, mal entiendes, no quise decirlo de esa forma, NamJoon. —contesto inquieto.

Joon sonrió tranquilo, y paso un brazo por sus hombros.

—¡Vamos hombre!, Ni que no tuvieras libertad para decir lo que se te plazca.—exclamo con alegría y sonrió.

Y Jin sintió un cosquilleo en el estómago, no es como si fuera la primera vez que le sucede estando cerca de él.

—Al parecer no le temes a las consecuencias, SeokJin, interesante. Espero que tu nuevo amiguito tampoco le tenga miedo a lo inevitable...