3.Estupida verguenza

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Enseguida me fui corriendo a la cocina, necesitaba beber algo muy refrescante y lo primero que encuentro son unas latas de coca cola, tomo una de ellas y la bebo con mucha rapidez.

—No creo que lo que acabo de ver sea verdad, necesito hablarle, ella es demasiado hermosa, ya sé que haré, iré a su casa y me presentaré como su nuevo vecino, solo para hacer nuevas amistades claro. (Dice James de modo sarcástico).

Me visto rápido me coloco unos jeans negros y una franela Nike azul, lo más cómodo, abro la puerta del departamento y salgo camino hacia la puerta de al lado.

Ya enfrente de la puerta me pongo súper nervioso, paso mis manos por mi cabello una y otra vez.

¡No puede ser! me sudan las manos , acerco mi mano hacia el timbre, pero no deja de temblar cuando me dispongo a tocarlo, escucho una voz del otro lado de la puerta y salgo corriendo, ¿será que descubrió lo del agujero?, o escuchó mis pasos fuera de su casa, lo primero que hago es entrar de nuevo a la casa, voy al baño, tengo la cara roja de vergüenza como si estuviese caminando desnudo en la ciudad.
—Que me está pasando (dice mirando al espejo)

Me quiero morir, se que no podré controlar mi timidez de siempre, tengo la tentación de seguír viéndola, ¡dios! sus piernas son tan largas y delicadas.
—Basta James tú no eres así (digo en voz alta)

¿Y si me la encuentro y no puedo hablarle?, lo que hago es pensar en ella y al tenerla al frente no me saldrán las palabras, ¡pero ya! haré que esté tonto pecado de verla se me quite, iré a la ferretería por un poco de yeso , repararé esa grieta con ese hoyo que se ve en mi pared, y así no la espiare.

Prohibida obsesión. Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora