Prólogo

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Prólogo:

El sol estaba cayendo suavemente sobre la decoración. El cielo estaba pintado de colores naranjas, rojos, violetas, y rosados, haciendo del mismo un hermoso espectaculo. El lugar estaba decorado de luces de hadas que parecian pequeñas luciernagas alumbrando levemente el lugar. Toques blancos y grises adornaban las mesas y las sillas donde los invitados se encontraban esperando a la novia. Darien ya se encontraba en su lugar, mirando alrededor a la gente que ya estaba allí. Michiru junto a Haruka recién llegan, saludandolo desde lejos mientras Setsuna las guiaba hasta donde ella misma se había encontrado sentada hacia algunos minutos. También vio a Chibiusa, quien hablaba animadamente con Hotaru mientras ambas admiraban el bello atardecer desde su lugar. Buscó a Seiya Kou, pero no lo encontró, cosa que no sabía si lo aliviaba o lo preocupaba. Tal vez ninguna. De la misma forma se sintió al pensar en Rei Hino.

No era la única persona que faltaba. Darien paseo su vista hasta ver a Ami Mizuno, quien hizo su entrada junto a Lita y Mina. La peliazul llevaba un hermoso traje azulado haya sus rodillas, sin magillos y en un corte de corazón. Su cabello iba suelto, y llevaba muy poco maquillaje. Lita, quien estaba al lado de la otra chica, llevaba un traje largo que la hacía ver incluso más alta. Su cabello iba en hermosas ondas, y iba maquillada de forma sutil. Mina, por su lado, iba con un traje corto y amarillo que la hacía resaltar no solo su cabello, pero su maquillaje. Esta última iba feliz, buscando a su pareja en cuanto llegó.

Finalmente la música que avisaba que entraría la novia comenzó. Estaban todos los invitados esperados, excepto algunos que no querían estar allí, o sentían que no debían. Darien giro su vista hacía el camino que recorreria su futura esposa. Vió como todos se levantaban para tener una mejor vista de la rubia que empezaba a caminar al lado de las hermosas luces. El atardecer y estas últimas hacian que su cabello rubio se viera dorado. El traje era de un hermoso corte V, y su falda iba hasta el suelo con una cola que la seguia. Blanco como la nieve, de la misma forma que el velo que cubria su rostro sonriente. Darien sonrió en respuesta, esperando lo que le pareció una eternidad. Serena, en su lugar, observó los invitados buscando una cabellera oscura que no encontró. Por unos segundos se sintió...decepcionada, pero luego recordo que había esperado ese momento por muchos años y que debía seguir sonriendo.

Los ojos profundos de Darien se posaron en los ojos llenos de amor de Serena. Él sabia. Ella sabía. Solo era cuestión de tiempo, tal vez de años, a que lo aceptaran alguna vez. Él la conocía mejor que nadie, o al menos muy bien, y sabia de aquella sonrisa que levantaba sus mejillas y la hacia cerrar los ojos. Ella llevaba unas rosas en sus manos. Rosas del rojo del cielo en ese instante. La música, suave y delicada, se detuvo cuando ambos estuvieron frente al otro y el pelinegro estiró su mano para tomar la de la rubia.

"¿Estás segura?" Quiso preguntarle, pero sus palabras fueron otras.

— Te ves hermosa.

"¿De verdad quieres hacer esto?" Quería preguntar ella, pero tampoco habló lo que su mente quería.

— Gracias. Tú también estás muy guapo.

— Estamos aqui para unir a Darien Chiba y a Serena Tsukino...

(...)

Serena tenía los ojos puestos en Darien, quien la miraba fijamente. Todos los invitados estaban en silencio, incluso los últimos que llegaron y se sentaron en las últimas sillas decoradas de plata. La luna ya era levemente visible, y los rayos del sol estaban acariciando suavemente todo el cesped mientras el mismo desaparecia en el cielo dejando tonos morados y azules en su lugar. Ambos sentian, sinceramente, lo que habían dicho...pero algo faltaba. Algo. Y con la ida del sol, ambos se daban cuenta.

— Antes de declarar a esta pareja esposos, ¿alguien se opone a este sagrado matrimonio?

Todo el lugar se hizo más silencioso de lo que antes había estado. Serena miró hacía el público, y por acto reflejo Darien también. Ambos esperaron en silencio. La tensión era grande, ¿alguien se opondria? No era que ninguno de ellos...esperara, aquello. No estaban contando con alguien que entrara dramáticamente y se llevara al novio, o la novia, y ambos se fueran de la iglesia corriendo llenos de complicidad. Primero, nisiquiera estaban en una iglesia, y segundo no creían que su vida fuera tan dramática en primer lugar. Al menos, ya no.

— Hable ahora, o calle para siempre. — el corazón de ambos novios latía fuertemente; no debia haber nadie que acabara con esa boda...no era lo que ellos habían planeado, obviamente. Pero el silencio, la insertidumbre y los nervios llenaban el ambiente. pareja se volvió a mirar, aun de las manos, con anillos en sus dedos y sonrisas leves en sus labios.

— Entonces, yo los...

—¡Yo me opongo!

La interrupción fue repentina. Los ojos de Darien fueron hasta la voz de la persona, y Serena abrió los labios en una perfecta forma circular; sin poder creerlo. La persona dueña de aquella cabellera negra se levantó de su silla; se había colocado atrás pues había llegado tarde, y por esa razón los novios no habían logrado verle llegar. Todos los incitados posaron los ojos en su dirección, sin poder creer lo que veían. Aun asi, en una pequeña esquina, otra persona agradecia aquella valentía.

El corazón de Serena parecía haberse detenido en su pecho...¿qué estaba pasando? ¿Qué hacía allí, deteniendo la boda?

— No puedes casarte. — soltó luego de unos segundos, acercandose al altar. — Yo sé que te sentiste como yo...no puedes unirte para siempre a alguien más. Todos los momentos que compartimos... ¿quieres hecharlos a la basura? ¿De verdad?

Los novios se miraron entre sí. Que ironía. Y tan solo recordar como todo había empezado...

Tragedia AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora