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–Adiós, mamá, nos vemos en la tarde.dije dándole un beso en la mejilla.

–Suerte en tu último primer día de prepa, hija.

Sí, era el primer día del último año en el instituto. Estaba muy emocionada porque no había visto a mis amigas en todas las vacaciones, pero también estaba triste porque sería nuestro último año juntas. Aunque, estaba feliz porque ya no vería más a los profesores ni tendría que pisar de nuevo ese asqueroso instituto. Vaya lógica la mía.

En todo el camino al instituto, la pasé pensando en si habría chicos nuevos, profesores nuevos o si le habrían hecho algún cambio al lugar. También me sentía nerviosa porque no había visto a ninguno de mis compañeros en todo este tiempo.

Me estaba bajando del bus escolar intentando no llamar demasiado la atención, porque si hay algo que detesto, es llamar la atención. Me quedé perpleja viendo el asqueroso color azul que le habían colocado a las paredes del instituto, "ahora sí parece una cárcel." –dije en mi mente–; cuando bajando el último escalón del autobús, ¡Me caí! de pronto todas las miradas estaban puestas sobre mí. "Eso sí que es no llamar la atención, felicidades, Marie" –pensé.

–Hey, Marie, ¿qué pasó?, ¿te caíste? –dijo Diego, mi irritante compañero.

–No, idiota, quería darle un abrazo al piso porque lo extrañé. –dije sarcásticamente.

–Venga, salúdame, que yo no dormí contigo.

Como era irritante Diego, pero lo amaba. Después de tantos años estudiando juntos, no tenía otra alternativa más que esa.

Nos acercamos al lugar dónde estaban mis amigos, los saludé a todos con un beso en la mejilla y un abrazo; y me senté en las antiguas mesas del instituto a hablar con las chicas. Esas mesas son una reliquia, algunas hasta están partidas, debido a que son de concreto y están marcadas con nombres y toda clase de dibujos de todos los que se han sentado allí. Deberían cambiarlas un poco, no sé. O solo colocar nuevas mesas.

–¿Qué hiciste en las vacaciones, Marie? –preguntó Juliette.

–Amiga, ya sabes, lo de siempre; cuidar a mis hermanos, arreglar la casa y esas cosas.

Verán, yo no era la chica popular del instituto, ya había mencionado que odio llamar la atención. Era muy apegada a mi familia y, a veces creo que me sobreprotegían, ya que les costaba dejarme salir a cualquier parte. Por eso no hacía gran cosa y casi nunca tenía de qué hablar con mi grupo de amigas. Sip, es bastante triste ser la nerd sin aspecto de nerd del instituto.

–¿Y tú qué hiciste? -preguntó Isabelle a Juliette.

-Pues, vino mi padre a pasar tiempo con mamá y conmigo, ya saben que solo viene en vacaciones y navidad, por su trabajo fuera del país.dijo Juliette un poco desanimada.

-Bueno, nosotras estuvimos en casa todas las vacaciones, no sé cómo sobrevivimos. –dijo Eva, hermana de Emma.

Bueno, les explico. Mi grupo de amigas es un poco grande, pero siempre hemos sido muy unidas; somos Juliette, Isabelle, Annie, Eva y Emma que son gemelas. Creo que no he olvidado a ninguna, bueno, eso espero.

–Claro, ninguna hizo nada, pero son incapaces de ponerse de acuerdo para vernos, sucias. –dijo Annie.

Estaba a punto de darle la razón a Annie cuando una desagradable voz que conocía perfectamente me interrumpe.

–El timbre sonó hace media hora, ¿o es qué no lo escucharon? –dijo el desagradable Barney. Perdón, el profesor de matemáticas.

MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora