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El día siguiente no fue muy diferente al anterior, salvo que no me caí del bus esta vez. Bien por ti, Marie. –me dije.

Desde nuestro primer día en el instituto se volvió rutina al llegar, ir a dónde estaban mis compañeros, saludar todos y sentarme con las chicas a hablar de cualquier cosa. A pesar de que yo no tenía muchos temas de conversación, siempre encontrábamos de qué hablar. Sonó el timbre y nos fuimos antes de que alguien desagradable nos obligara como ayer, teníamos clases en el laboratorio de biología, ésta suele ser la clase que más sueño me da; no sé si es la voz de la profesora, no sé si es lo que lee la profesora, no sé si es la profesora la culpable, tal vez lo sea. No escuchaba nada, no veía, no entendía; solo quería que sonara el timbre para salir a comer.

Tres horas más tarde sonó por fin el timbre, okey, solo fue media hora después. Salimos y me dirigí directamente a la cafetería a comprar un jugo, cuando venía de regreso, estaba viendo mi teléfono y en cuestión de segundos; tenía todo el jugo derramado sobre mi limpio y bonito uniforme. "Demonios." pensé. Subí la mirada y ahí estaba John con una cara de no lo sé, tal vez quería reírse, pero le daba pena, o se estaba burlando por dentro, no lo sé. Venía tan distraída que me tropecé con él. Soy un poco torpe, ya lo sé.

Disculpa, John, no te vi. –dije apenada.

Casi no lo noté. –dijo John sarcástico.

Sentía mucha pena en ese momento y fui incapaz de articular palabra alguna. Solo lo miré y fingí una sonrisa. Él siguió caminando y yo me dirigí al lugar dónde estaban sentadas mis amigas.

Por Dios, Marie, el jugo se toma por la boca, no es necesario bañarte con él. –dijo Eva burlándose.

¿Qué diablos te sucedió? –preguntó Juliette.

Venía pendiente del teléfono y me tropecé con John.

AMIGA, EL AMOR DE TU VIDA. –gritó Annie.

Rodé los ojos e ignoré lo que Annie dijo. Ellas saben que John me ha gustado desde que estábamos en primer año de primaria. Sí, me gusta desde hace diez años; a veces ni yo me lo creo, ¿qué tiene que hace me sienta tan atraída hacía él?, ¿Por qué no me ha gustado ningún otro chico? Siempre intento no pens... –mi nube de pensamientos fue interrumpida.

Marie, reacciona. –dijo Isabelle.

Déjala, que está embobada pensando en su amor. –le contestó Annie.

Cállense, idiotas.

Todas se rieron y empezaron a hablar de otras cosas. Tuve que comer mi desayuno sin nada de tomar, excelente, Marie. El día pasó bastante rápido, ya quería llegar a mi casa porque el olor a jugo en mi ropa me hacía sentir mareada y solo quería olvidar ese penoso incidente.

Unas horas más tarde, estando en mi casa a punto de quedarme dormida, recibo una llamada de Juliette.

¿Hola? –dije entre dormida.

¿Qué estás haciendo, amiga?

Me estaba quedando dormida, ¿por?

Vístete, vamos al centro comercial con las chicas.

Mejor vayamos otro día, tengo sueño.

Que te vistas, joder, ¿piensas pasar toda tu adolescencia hibernando como los osos? –dijo Juliette un poco molesta.

Si es posible, sí.

En media hora estoy en tu casa, más te vale estar lista.

MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora