Prólogo

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 El cielo, reino donde las criaturas más hermosas en manos de una fuerza divina desconocida, habitan en armonía, en un lugar pacífico, donde aquellas figuras humanoides aladas con una belleza sobrenatural se unen para impartir el bien, la justicia y la paz por todos los rincones del universo. Todo parecía mantener un orden adecuado, hasta que....

  Lucifer: Yo soy la obra más grandiosa de todas; yo estoy en la cima de todos ustedes y nadie podrá negarme

 Lucifer, logró convencer a un grupo de ángeles se levantaran en armas y que la soberbia lo lleve a gobernar en su totalidad al cielo. Estos comenzaron en zonas bajas del reino hasta que poco a poco el ejército se volviera numeroso y así dejar a los demás arcángeles fieles a la fuerza divina sin defensa alguna.

  Lucifer: ¡Unamos nuestra fuerza y el cielo será perfecto!

 Todos después de la orden volaron para así llegar al templo sagrado, pero justo en la entrada de oro reluciente, salieron arcángeles con trompetas anunciando a las tropas que se preparen para salir y combatir a las fuerzas malvadas que surgieron ahí.

 Al término de la llamada el ejército dentro del templo voló en defensa del cielo, una imponente  guerra se había desatado, los chillidos de las espadas eran cada vez más fuertes y los gritos de guerra aún más. Todo parecía muy equilibrado, pero Lucifer con esas enormes alas en par se abrían paso dejando muerte y destrucción.

  Lucifer: ¡El cielo es mío!

  Miguel: ¡Lucifer!

  Lucifer: -voltea a ver al arcángel dueño de aquel llamado con malicia- Vamos Miguel, sírveme y comparte mi triunfo, os saborea la derrota eterna

  Miguel: No te tengo miedo Lucifer, porque yo sirvo al bien, hasta el fin de los siglos y más

  Lucifer: ¡Lástima!

 Lucifer se abalanza en contra del arcángel, para asesinar al gran guardián, con un ataque directo al abdomen, Miguel lo logra esquivar y responder la agresión.

 Este encuentro no duró demasiado, a causa de que Lucifer logró clavar su espada en el costado izquierdo de Miguel dejándolo gravemente herido.

  Lucifer: Miguel, tu eterna bondad y debilidad, te llevó a este punto, de los dos sabemos que soy el mejor por ser la primera creación perfecta y así será

  Miguel: Y yo te dije, que no tengo miedo, has pecado contra toda ley pura, por esto serás derrotado

  Lucifer: ¿Y cómo planeas hacerlo?

  Miguel: Tal vez tengas fuerza bruta, pero la luz de la divinidad me acompaña

 Miguel se levanta y extiende sus brazos de par en par y justo detrás de él un enorme rayo de luz dorada se dispara alejando a Lucifer, posteriormente esta luz comienza a herir las alas de Lucifer dejándolas huecas y sin fuerza para volar, este sale disparado y cae en un barranco, este se logra sujetar e intenta escalar y Miguel vuela a su encuentro. Lucifer levanta su mano para pedir ayuda asustado.

  Lucifer: Ayúdame, t-tengo el poder de recompensarte como nunca soñaste

  Miguel lo mira con desprecio y asco, levanta su espada y la entierra justo delante de Lucifer, haciendo que este se incline hacia atrás y pierda el equilibrio

  Miguel: Tú has caído Lucifer hijo de la mañana –desclava la espada para romper la tierra y hacer que Lucifer caiga-

 Durante la caída, Lucifer comienza a transformarse. De una figura que vislumbraba belleza de cabellera rubia y facciones finas y alargadas a una con aspecto negro cual cuero negro, con unos cuernos de carnero y garras afiladas, aquellas alas perfectas y emplumadas, se quemaron quedando unas estructuras de alas de dragón.

Alas venenosasWhere stories live. Discover now