Capítulo único

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Universo alternativo en donde no existen Kosei's, por lo que Toga no fue villana. Ella no va tener tan marcado su personalidad yandere.

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Estaba sentado en el sillón más grande de la sala de estar. Estaba aburriéndose de esperar.

Había acordado con su novia que iban a salir a cenar afuera por ser el tan odioso día de san Valentín. Muy a su pesar, a Himiko los adoraba, y aún más pasarlo con él.

Katsuki disfrutaba pasar el día con su pareja pero no con la excusas baratas e idiotas por ser un tonto día festivo que hay que celebrar con las demás personas estúpidas. En las calles, va estar llena de gente y eso no era una buena manera pasársela bien.

Ahora estaba esperando a Toga que terminara de alistarse, ya llevaba sentado como una hora y media esperándola. Él le había dicho desde la mañana que estuviera preparada para su salida pero sabía perfectamente que se iba a demorar en ponerse "guapa".

Aun así se vería la mujer más hermosa de este puto mundo como lo es en todas las mañanas que recién se levantaba, por lo que creía que era innecesario que se arreglara. Pero siempre lo contradecía y lo terminaba ignorado.

Ya estaba por irse a la habitación a decirle que si no terminaba pronto, cancelaría la reservación del sencillo restaurante que solían comer, ya que por ser día festivo, iba a estar lleno en establecimiento para enojarla y vengarse por hacerlo esperar.

Pero sintió algo en su cuello. Un leve dolor en su cuello.

—Mierda —se levantó rápido a ver a la rubia con el ceño fruncido, cubriendo la zona del cuello que fue mordida por la chica —. ¿Pero que demon...?

No termino de hablar ya que se quedó observando cada detalle de la vestimenta de su novia.

Traía un vestido rojo que le llegaba más de la rodilla, ajustaba el cuerpo delgado de la chica, resaltando sus pechos en abertura en forma de triángulo de la prenda y sujetándola con una tira que le rodeaba el cuello. Una chaqueta de cuero negro que hacía juego a una de las suyas que suele usar, que el mismo le había regalado en uno de sus anteriores cumpleaños.

Por un momento, olvido el dolor en su cuello por la espectacular vista que presenciaba.

Se impulso del sillón para llegar a lado de su pareja, quien no quitaba la atenta mirada juguetona hacia el chico. Con un tirón de la muñeca de la rubia, la atrajo hacia él y acerco su labios a la oreja de ella.

—¿Quién te crees que eres para morderme sin previo visto? —murmuro, causándole risas a la chica.

—Tu novia —le respondió con tono burlona en su voz.

—Esa no es excusa válida —siguió el juego haciendo un camino de besos húmedos de la oreja y el cuello hasta que quedó en la curva antes de llegar al hombro para empezar a morder.

Un juego que sólo eran de ellos dos. De dar y recibir dulces mordidas.

Ya le valía mierda que la maldita reservación se perdiera. Ya no quería salir ni del departamento.

Y fue así que en la mañana siguiente, tenían nuevas marcas de mordidas en sus cuerpo.

Dulces mordidas || Bakutoga || DrabbleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora