Un día antes del aniversario de muerte del padre de Grecia.
Grecia y su madre cenaban en la gran mansión Windsor.
— Esta deliciosa la cena, ¿no lo crees Grace?
Nada, la niña no contestaba, tenia un año sin dirigirle una sola palabra a su madre, y esta se estaba cansando.
Grecia sin embargo, seguía muy calmada comiendo su carne, y en su pequeña mente imaginaba que estaba cortando la garganta de su madre en lugar de ese pedazo de carne.
— Señorita, ya estoy harta de esto, tu padre esta muerto, Grecia, entiendelo, el no va a volver. — Grecia seguía degustando su cena, odiaba cuando su madre nombraba a su padre, ella no tenia ningún derecho.
— Eres una asquerosa niña mimada, malcriada, egocéntrica, debiste haber muerto con tu padre también, ¿sabes Grecia? el murió pero yo sigo aquí, SOY TU MALDITA MADRE, JODER, DEBES RESPETARME.
— No malas palabras en la mesa — dijo la niña, por primera vez en un año le dirigía la palabra a su madre.
— ¿Eso es todo lo que dirás? ¿Solo eso? — París se levanto de su silla y al ver que la niña no contesto, la rabia comenzó a llenarla, y se acercó a ella y la cacheteó — Eres una asquerosa falta de respeto, si no fuera por mi, estarías muerta, maldita mal agradecida.