VIII. Ojos azules

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El optimismo es la fe que conduce al logro. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza. Helen Keller


-Itachi ¿me estás escuchando?

-Sí Kisame, te escuché - dijo Itachi mientras leía uno documentos.

-Bueno... como te contaba, la pequeña presidenta de las empresas Rasengan debe estar queriendo matar a alguien, tras enterarse que su contrato no se completo y fue robado por nosotros - comentó con una voz burlona - y no bastando con eso me enteré que también su pequeño negocio oscuro no le funciono como esperaba. Pobre niña, debe estar que el diablo se la lleva- dijo Kisame para terminar con una gran carcajada.

- Se merece eso y más. Creer que porque su familia es poderosa podía conquistar cualquier negocios y arruinar a otros estaba muy equivocada. Se ha ganado varios enemigos tras querer tener más territorio. Aunque me pregunto cuál es el grupo que ha estropeado sus negocios - menciona Itachi, dejando los papeles a un lado y dirigiendo si mirada a una foto que tiene es su escritorio de un pequeño niño rubio.

-A mi también me interesa saber quienes son, serían grandes aliados. Pero por ahora, Pain nos pidió ir a Konoha por unos negocios. Puedes aprovechar esta oportunidad he ir a visitarlo, tienes tiempo que no has ido. Mientras yo me entretengo en algún bar, tengo ganas de sacar el estrés y la mejor forma es con una buena bebida y sexys mujeres-

-Tomaré tu consejo y tal vez te acompañe un rato - responde Itachi con una voz seca, cansado de tanto trabajo. Desde que comenzó a vivir en Amegakure y ser parte de los Akatsuki ha llevado una vida de trabajo y buscando sexo sin compromiso. No importa su género y sentimientos de las personas, solo busca placer. Este comportamiento inicio a partir de enterarse de la muerte de Naruto y con el juramento que hizo no deja de pensar en arruina a aquellas personas que contaminaron a su ángel. Sin embargo, no tuvo que hacer mucho ya que las principales personas se mentieron al territorio de los Akatsuki, secuestrando a Donceles (intentando llevarse a uno de los integrantes) y vendiendo droga. Ahora los corporativos Resengan y Sharingan son sus enemigos los cuales han intentado destruir desde diversa perspectivas. Itachi se divierte en robarles importantes contratos sin que ellos se den cuenta. Saben que gracias a su trabajo las dos empresas se encuentra en problemas económicos, cada vez que logra un nuevo contrato se imagina la horrible cara que hace la estúpida Mito y su tarado hermanito menor.

-Buenos, es mejor que empieces a empacar e irnos preparados. Uno nunca sabe que sorpresas podemos encontrar. También deberías de dormir más o decidir tomar algunas vacaciones después del viaje. Tienes una ojeras y piel pálida que pareces son zombie. Si quieres la recomendación de ir a un lugar puedes ir con Deidara o yo, ya que te podemos recomendar alguno sitió - menciona Kisame levantándose de su a ciento para salir de la oficina. A pesar de tener varios años laborando para el corporativo Akatsuki, él prefiere el trabajo de campo. Dice que el nació para ser libre y no trabajando en un oficina y utilizando los estúpidos trajes.

Itachi, solo se despide de el con la mano. Tras escuchar que la puerta se cerro se levanta, dirige su vista a la gran ventana que se sitúa atrás de su escritorio. Todo se ve diferente desde su oficina situado en el piso 30. Se dedica a observa a las personas que caminan en las calles para finalmente ver el cielo y recordando aquel chico de ojos azules tan similares a los de Naruto. Haces 2 años, tras una misión de asesinar a un traficante de niños para pornografía infantil tuvo un encuentro con ese chico. Esto sucedió cuando intentaba esconderse de la policía que lo estaba persiguiendo, esta persona lo ayudó a esconderse en un callejón. Ni siquiera se dio cuenta cuando fue tomado y callado por las manos de aquella persona situada atrás de él. Tras unos minutos, y viendo que la policía ya se había ido. Aquella persona lo soltó e Itachi quería agradecerle, pero cuando giro y vio esos ojos, se quedo sin palabras. Se parecía tanto a Naruto sino fuera por el cabellos y por no tener aquellas marquitas en forma de bigote. No podía creer lo que veía, su cuerpo se había congelado de la impresión tras la murada que le dedicaba el joven. El chico se le quedo viendo con una cara de rencor y odio por pocos segundos, se dio la vuelta y salió corriendo. Cuando por fin Itachi había racionado fue tras él. Corrió por varias calles para alcanzarlo, pero tras dar la vuelta de una esquina lo perdió de vista. Se sentía perdido, no sabía si lo que había visto era real o un producto de su mente para atormentarlo. Esa persona se parecía tanto a su ángel que desde que lo vio no había dejando de buscarlo. Revisó las cintas de seguridad de las calles donde estuvo corriendo, más nunca lo captaron, solo se veía a él corriendo como loco. Llegó a pensar que se estaba perdiendo la cordura, pero un día escucho decir a Deidad a que había tenido un encuentro con un chico similar al que Itachi buscaba. Deidad a le dijo que esa persona le había ganado el trabajo de matar un tipo. Menciono que el chico se mueve tan rápido que es difícil seguirlo, una astucia de un zorro junto con una gran fuerza.


Desde esa platica se había dedicando a buscarlo, pero parecía un fantasma porque no encontraba nada. Su corazón decía no buscara, pero su mente era lo contrario, debido a que traicionaba la memoria de Naruto por querer buscar un remplazo.

Ahora tenía el presentimiento que en su viaje a Konoha podía encontrarlo y resolver algunas dudas. Porque muy dentro de él creía que ese chico era Naruto y que no había muerto. Que todo había sido un engaño de la estúpida Mito. Sabía que esa chiquilla haría eso para salvar la imagen de su familia tras la desaparición de su hermano. Itachi quería creer eso, ya que su corazón lo decía y esta vez le haría caso. Hubo una vez que no hizo caso a su corazón y como consecuencia había dejado a su ángel con aquellas personas que creían que lo cuidarían y no fue así. Esta vez no lo dejaría y se lo llevaría con él, claro que también no dejaría su venganza, porque quería hacer sufría a esas personas que cada día se comportaba peor que un monstruo, ahora eran demonios que tenía que destruir.

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora