Demacrado

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Sus dedos tamborilearon sobre la madera, al ritmo de la suave música que lo envolvía. Sentía el dolor de cabeza amainar, poco a poco, mientras arrastraba la palma a través de los dibujos en relieve, golpeando los copos de nieve con sus largas y cuidadas uñas. Aquel día las llevaba de color negro. Hubiese sido de muy mal gusto haberlas llevado de cualquier otro color.

La sala continuaba vacía. La familia y el cura habían decidido dejar que se despidiera a solas. Acercó una silla al ataúd y se sentó frente a él mientras aumentaba el volumen de sus auriculares al máximo. No podía permitir que el dolor desapareciera, últimamente era su ocupación más segura. Pataleó un poco sin llegar al suelo, las patas de la silla eran muy largas, y él demasiado pequeño para estar sentado ahí.

No recordaba bien todo lo ocurrido, pero sabía que algo tenía que ver con su padre. Por eso no se había presentado, probablemente ya estaba encerrado. No lo sabía seguro, no podía, su familia no le había hablado del tema. Suponía que, como siempre, lo hacían para protegerlo, seguramente de sí mismo.


Sus dedos tamborilearon sobre sus rodillas, a ritmo de Metallica, suave y triste. Los pantalones vaqueros, rasgados, dejaban una porción de su piel al aire. Ahí se concentraba el frío. El dolor volvía a amainar mientras arañaba la rotura en sus pantalones, rompiendo algunos hilos más y ensanchando la entrada. El frío lo recorrió en forma de estremecimiento, desde la rodilla hasta el cuello.

Deslizó la mano y se deshizo de uno de los auriculares, luego del otro. La sala quedó en total silencio en cuanto pausó la canción. Recorrió la pared del fondo con la mirada, sin pararse a observar los cuadros y estatuillas, sino simplemente observando el blanco del interior de la iglesia. Parecía representar algo. Se acercó, rodeando la caja, y posó su palma sobre la pared. Sonrió. Ya estaba en casa.

No pasó mucho tiempo hasta que levantó la tapa y se asomó al ataúd. Era hora de despedirse. Lo recibieron un interior de terciopelo burdeos, y su propio rostro maquillado, escondiendo las heridas que su padre había marcado en él.

Entonces comprendió por qué su familia lo había protegido tanto.

No estaba preparado para esto.




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Feel free to stand my work. Well, guess what: it's an order.

(ノ∇≦*)


R. Smut.


https://www.youtube.com/watch?v=bm117uI96lE



SinnekbiWhere stories live. Discover now