CAPITULO 1 El Regreso

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Siempre es bueno regresar al lugar de origen, volvemos a vivir  lo que nos dañó...

Cuántos años han pasado desde que me fui, no lo sé, quizás 9 o 10 años, no estoy seguro pero de lo que sí estoy es de que es genial regresar a el lugar donde pase mi infancia.

5:00 a.m.

Me despierto como de costumbre, pero con un propósito diferente; ir al lugar donde pase mi infancia, claro que debería de recordar cómo fue, pero no es así no recuerdo mucho de ese lugar.

Recuerdo que mamá tenía un gran jardín lleno de orquídeas, rosas, lirios, violetas y algunas que otra plantas medicinales. También a unas hermosas aves como, palomas, cotorros, pericos y otros animales.

Me levanté de la cama para ir al baño, tome un baño al salir me puse unos pantalones de mezclilla negro, camisa negra y unos Vans negro, ¿Gran conjunto?, ¿Cierto?.

Al bajar las escaleras me espera papá y con él las maletas.

- Bien Jen, es hora de irnos

- Sabes, que puedo ir solo, ¿No?

- Si, pero no lo harás

- ¿Es en serio? - bufé - no es necesario hacer todo esto, aparte de que la central camionera no está lej...- interrumpió-

- Le prometí a tu mamá que te dejaría afuera de su casa, así que vamonos o se nos hará tarde. - salió de casa junto con mis maletas y yo atrás de él -

Era extraño, o tal vez yo era el extraño que no entendía nada absolutamente, es decir, se supone que ellos no tiene una comunicación;o quizás si y no estaba enterado. En el transcurso de él camino había un silencio junto con una gran tensión en el auto, al pasar un par de minutos el silencio, fue interrumpido.

- Hijo -suspiro- espero, que no los busques

- ¿Qué?, Porqué no lo haría - suspiro, indignado y miro por la ventana -

- Entiende, el no, no..., ¿Cómo decirlo? - se dijo así mismo-

- Se a donde quieres llegar papá - lo mire por primera vez, desde que salimos de casa- no te preocupes, no lo haré por el momento no, no soy tan idiota como para no saber las consecuencias que eso tenga. Así que despreocúpate por algunos meses.

No dijo más, y seguimos como hace unos minutos. Después de unas aproximadamente 2 horas llegamos a la ciudad. Si, tal vez yo no nací en esta ciudad pero bien, aquí pase mi infancia. En unos minutos ya estábamos afuera de la casa de mamá, genial me siento como un completo desconocido.

Al tocar la puerta, enseguida la habré.

- Hola mamá - sonríe mientras que ella  asimila la situación-

- ¿Jen?, Hijo - por sus mejillas caían lágrimas, de felicidad o tristeza aún no lo sabía, solo sentí unos brazo rodear mi cuerpo-

- Si, soy yo mamá - y al igual que ella la abracé como si mi vida dependiera de ese abrazo- mientras papá solo mira esa escena que para él es ridícula, mientras para mamá es todo lo contrario.

Nos separamos y me miró por algunos segundo, al igual que yo a ella.

- Se supone que llegarías el fin de semana.- mientras limpiaba sus lágrimas, miraba detrás de mí, tal ves a papá.

- ¿Quieres que me vaya?

- No, no, pasa - dijo apresurada -

Sin más, entramos a casa; antes de eso me despedí de papá quién estaba al otro lado de la calle.

Al entrar vi algunas fotos mías de cuando era un bebé - No me acuerdo de esa - sirio mientras veo cada foto.
Mi madre seguía llorando.

- Vamos a tu habitación - subimos las escaleras, si ahí está aquella habitación que había olvidado, que solo era un recuerdo mas, tenía unos muy buenos recuerdos de esta habitación, cuando mamá jugaba conmigo todas las tarde o papá tratando de mostrar lo mejor de él en los videojuegos, si eran buenos -

- Vaya..., Realmente ha pasado mucho tiempo - suspiro-

- Si, no sabes las ganas que tenía de que este día llegará,de volver a verte, abrazarte, y sobre todo de pedirte perdón - lo decía como si no se perdonará el hecho de alejarme de ella -

- ¿Perdonarte?

- Si, por alejarte de mi

- Siempre has estado perdonada mamá y si te preguntas si te he odiado, la respuesta es no; nunca lo he hecho. -  y era cierto jamás paso por mi mente odiar a mis padres, no lo haría sería como traicionar a las personas que me dieron la vida, me abrazo pero fue un abrazo fuerte, uno que decía  lo mucho que nos extrañamos y queremos.

Al salir mamá de la habitación me quedé acomodando la ropa.
Al pasar las horas me acosté en la cama mirando al techo. - Suspiro - era lo único que sé escucha en la habitación. Tenía esa sensación de que algo me falta, mi otra mitad,no, no debe de ser eso, tal vez un amigo, uno que no se fuera y traicionará como los demás.

Los días han pasado demasiado rápido, y los he aprovechado con mamá hemos visto una gran cantidad de películas, hablamos de los años que no estuvimos. En pocas palabras nos pusimos al corriente con nuestras vidas; no fue nada incómoda hablar con ella después de muchos años, fue agradable - eso creo, no estoy muy seguro- de lo que sí lo estoy es de que es mucho mejor que hablar con papá, en cambio con el nunca hubo una buena plática siempre decía: " Jen, hijo hablamos después estoy ocupado", y así hasta que cumplir los 15 años. Tener la atención de papá era como tratar de tener la luna en la tierra, imposible.

- Jen, baja a cenar

- Si - baje las escaleras, y encontré a mamá hablando por teléfono, se notaba una preocupación como si de sus hijos se tratase-

- Siéntate espero y llegué pronto - musitó una sonrisa -

- ¿Quién? - confuso -

- La hija de una amiga, tiene la misma edad que tú  es nuestra vecina; y espero que sean amigos.

- Oh...

- Por cierto, ¿Para que carrera te inscribiste?

- Arquitectura

Al llegar lo noche, salgo al patio y entre suspiros vuelvo hacer las mismas promesas, aquellas que dije  no volver a hacer, pero que va soy más vulnerable a media noche y vuelve aquel niño que cree en el amor y sueña con volver a sonríe por alguien.

- Soy tan patético - vuelvo a suspirar -
- Es patético creer que vuelvas, que me perdones es, es... Simplemente imposible...

Y cada vez, te extraño más.
Y fingir que todo está bien es aún peor, por qué te extraño y no puedo hacer nada más que ver como tú recuerdo se desvanece poco a poco y muy lentamente.

- Jen, ¿Te encuentres bien?

- Si, solo es un recuerdo pasajero

- ¿Y ese recuerdo pasajero te lastimó?

- No, creo que ambos nos lastimamos... - sentir  la mano de mamá en el hombres, mientras ambos miramos la luna, aquella que mirabamos siempre juntos, esa luna que se quedó con todo nuestro secretos, risas y recuerdos, esa que solo te puede ver.

- Vamos a dentro, todo estará bien ya lo verás - miente, mienten esas dulces pero dolorosas  palabras que salen de sus labios por qué no es así, no estará nada bien - vamos no te quedes ahí parado, hace frío.

- Si, tienes razón mamá

La sigilosa noche seguí, y junto con ella los recuerdos, el adiós y el dolor.

Promesas de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora