Colors of the sky

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Para mejor experiencia, favor de leer en modo nocturno.

Nací con una extraña enfermedad. Sufría de una variación de la discromatopsia, los médicos le llamaban acromatopsia, una versión no tan común del daltonismo. No confundas las cosas querido lector, el daltonismo es un defecto en el cual la persona que lo padece tiene dificultad para distinguir los colores. Yo no podía verlos. Para mí no había más colores que el blanco y el negro. 

Mi familia se enteró de esto cuando tenía cuatro años. Según Fuyumi, estaban mostrándome los colores y dije que todos se veían igual. Era así. En los estudios que me mandaron a hacer desde entonces pudieron ver la enfermedad que poseía.  

Pasé años viviendo solo de esos colores. Mi padre me mandaba a hacer estudios y exámenes caros para curar la dichosa enfermedad. No aceptaba aún que su "hijo perfecto" tuviera alguna anormalidad. Ningún estudio funcionaba en absoluto.

Mamá y mis hermanos eran los únicos que parecían estar de acuerdo con eso. No me presionaban ni molestaban por no ver los colores. Ellos me ayudaban contra mi padre. 

Entonces, dos años después de que me detectaran la enfermedad, pude ver algo nuevo.

Una noche, desperté por un mal presentimiento. Busqué a mi madre entre las sombras del lugar. La oscuridad siempre se me había complicado, no podía diferenciar objetos y lo que tu conoces como luces y sombras para mi no existía.
Cuando la encontré estaba en la cocina. Estaba hablando, supuse que hablaría con la abuela. Cuando estuve a punto de correr a saludar a la abuela escuché a mi madre sollozar y hablar desesperada. Decía que no me quería cerca, porque me parecía a mi padre. 

Por que estaba enfermo. 

La llamé balbuceando, tenía miedo de lo que fuera a pasar. La olla de presión empezó a hacer un ruido similar a un grito y fue cuando vi el miedo en sus ojos. 

Cuando grité del dolor logré despertar al resto de la familia. Mi padre se llevó a mi madre y nunca supe lo que le había pasado. Mis hermanos me llevaron al hospital más cercano, de eso solo recuerdo las cegadoras luces en una habitación totalmente blanca y una venda cubrió el lado izquierdo de mi rostro, limitando mi campo de visión. 

Los días dieron paso a las semanas, estas dieron paso al día de quitarme la venda del ojo. Para esto, Touya me iba a ayudar a hacerlo.
Era quién se veía más afectado por lo sucedido, nuestro padre lo orilló a él a ser ahora el hijo perfecto. Él estaba en esa edad de rebeldía, aveces escapaba pero siempre volvía un par de horas después. 

—Quita esa mirada Sho.— Pidió Touya mientras se deshacía poco a poco de la venda.— Serás un hombre guapo cuando crezcas. Pero no si sigues frunciendo así el ceño. ¿Quieres parecerte al viejo de mayor? ¿Siempre arrugado como pasa? 

Sonreí por esto último. —No— Terminé por balbucear. 

— Perfecto, ahora, dime si te lastimo.— Respondía en un tímido "mhm". Cerré ambos ojos, aún dolía si cerraba el ojo muy fuerte. 

Mientras la venda iba cayendo empecé a tener miedo. No dolía, solo que el peso de lo ocurrido me golpeaba finalmente. "Se un niño fuerte" me habría dicho Natsuo. 

Después de tener nuevamente mi campo de visión normal giré la mirada al espejo de la habitación. No pude reprimir un grito. 

— ¡Lo veo Touya, lo veo!.—  Exclamé emocionado. 

— ¿Al muchacho más guapo del mundo? lo tienes al lado, no es necesario mirar el espejo.— No era el momento para bromas, aunque no podía enojarme. Estaba demasiado feliz como para molestarme.

Colors of the sky • TododekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora