El partido de basquetbol que había mencionado SeungCheol estaba planeado para el sábado al medio día, lo que significaba levantarse temprano. Hoseok recuerda perfectamente haber preparado el uniforme de SeokMin para ahorrarse una tarea en la mañana, lo que estaba agradeciendo internamente, pues el sueño todavía reinaba en tres de sus cinco sentidos. Despacio, giró sobre la cama y atrapó entre sus brazos el cuerpo semidesnudo de su esposo Yoongi. Una de las actividades preferidas de Hoseok al despertar es admirar por un rato el pacífico rostro de su amado esposo, abrazar su delgado y suave cuerpo mientras lo invadía de pequeños besos en todo su rostro. Yoongi suele molestarse porque odia que lo despierten tan temprano, sobretodo que Hoseok sea consciente y aún así haga de las suyas.
—Yoongi... —musita melodiosamente su nombre sobre su frente y deposita un beso ahí—. Eres tan lindo cuando duermes. —Hoseok comienza besando sus mejillas, dos delicados roses en cada una, luego sobre la nariz, ojos y mentón. Yoongi no le da una respuesta, ni siquiera se mueve, por lo que termina besando su cuello. Ya no son roses suaves o dulces, su lengua recorría cada centímetro de su piel y al pegar sus belfos terminaba por humedecerle el área.
Yoongi se mueve, incomodo, sintiéndose invadido de repente. No reacciona hasta que siente la mano de Hoseok acariciar la parte interna de sus muslos, es entonces cuando despierta y quita las manos invasoras de su cuerpo.
—¡Hoseok! ¡No molestes! —espeta Yoongi, envolviéndose en las cobijas como un gusanito y dándole la espalda a su esposo— ¿Por qué me despiertas a esta hora en sábado? Eres un demonio.
—¿Ya lo olvidaste? SeokMin tiene partido hoy —Yoongi abre demasiado los ojos. Hoseok continúa hablando, ahora para sí mismo—: Que raro, parece que todavía no despierta.
Entonces, se oyen claramente las pequeñas y rápidas pisadas de SeokMin por todo el pasillo, exclamando con sus pies descalzos lo muy emocionado que se sentía el día de hoy. Hoseok, sin evitarlo, sonríe inconscientemente mientras niega con la cabeza ante la semejante energía de su pequeño. Ya estaba preparado para levantarse de la cama.
—No iré.
Hoseok se detuvo a medio camino, en dirección al baño, cuando Yoongi pronunció aquellas palabras. Giró sobre sus talones.
—SeokMin se pondrá muy triste, Yoonie.
—No lo creo. Ni siquiera intentó mencionármelo. Lo supe por boca de Cheol.
Hoseok frunce los labios, algo decepcionado por el comportamiento de SeokMin. Suspira sin más remedio, adentrándose al baño.
Por una parte entendía a SeokMin, su padre tenía la cara de un perro rabioso, y su forma lenta y profunda de hablar no le auxiliaba en lo absoluto. Pero desde que SeokMin nació, ese ceño fruncido y su seca manera de expresarse habían sido revocadas por unos ojos llenos de amor. Yoongi ama infinitamente a su pequeño, siempre fue un entusiasta de los niños, cuando supieron de la existencia de SeokMin a Yoongi no le cabía la felicidad.
Hoseok atesora aquellos días con mucho amor.
—¡Voy a saltar tan alto como Michael Jordán! —gritaba un efusivo SeokMin con su pelota de basquetbol arriba de su cabeza y de pie sobre el sofá de la sala.
Hoseok de vez en cuando le echaba un vistazo desde la puerta de la cocina y le sermoneaba cuando lo atrapaba saltando en los sillones.
—¡SeokMin, vas a caerte!
—¡Appa Hobi, voy a volar en el partido!
—Sí, mi amor, pero baja de ahí —pidió por cuarta vez, volviéndose a la estufa.
SeokMin no escuchó a su padre y prosiguió brincando en los sofás de la sala. Saltaba de uno en uno, imaginándose a sí mismo encestando todos los pases y con el trofeo en sus manos mientras sus compañeros lo idolatran. SeokMin no había dejado de pensar en aquello desde que despertó.
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Papá es aterrador [YoonSeok/Sope] 《BTS ft. Seventeen》
FanficLuego de un proceso legal, un viaje a Rusia y la larga espera, Min Yoongi se convirtió en papá junto a su esposo, Jung Hoseok, de un niño de nombre SeokMin. El matrimonio se veía renacido desde la llegada de su primogénito, lo cual era de esperarse...