47. Lluvias torrenciales.

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POV Alba. 

El amigo de Natalia me encontró después de varios intentos de llamadas fallidas. No recuerdo nada, todo lo tengo borroso en mi memoria desde que caí al suelo destruida al acabar la llamada con Maria. No recuerdo haber entrado a su coche, no recuerdo el camino, ni haber llegado al lugar en el que me encontraba. Supuse que se trataba de su casa. 

Estaba sentada, con la vista perdida en algún punto de la pared. Escuchaba a Miki lejano, hablando por teléfono mientras se movía inquieto de un lado a otro de la casa. Sentía mientras tanto, una mano sujetando la mía a mi lado y otra acariciando mi espalda. No sabía de quién se trataba pero en es momento tampoco quería descubrirlo. 

Llamaron al timbre, recuerdo que aquel estruendo tan repentino me hizo temblar en mi sitio. La persona que estaba a mi lado me soltó y fue hacia a la puerta. Fue entonces cuando pude ver que se trataba de una chica, más o menos de mi edad, tal vez uno o dos años mayor. Era alta, su pelo era rubio y alocado, vestía una camiseta hawaiana con unos pantalones rotos y unas botas.

 Abrió la puerta y empecé a llorar más al ver de quién se trataba. 

Julia y Marilia irrumpieron junto a Carlos en aquella casa, ambas al verme fueron directas a mí mientras yo escondía mi rostro y me rompía de nuevo. Me abrazaron fuerte, las tenía conmigo. 

Después de un rato, al levantar de nuevo la cabeza. No había rastro de Miki ni de Carlos, la chica rubia nos estaba sirviendo unos té's para relajar el ambiente. Ella, al ver que la miraba por primera vez me sonrío triste y puso su mano en mi hombro. 

''Hola Alba, soy Helena.'' Se presentó. ''Soy la novia de Miki, os estaré cuidando hasta que vuelvan, ¿vale?'' Dijo acariciándome. Me giré hacia Julia, dándome cuenta de que ella también lloraba. 

''¿D-Dónde están?'' Pregunté girándome hacia ellas. Helena apartó la mirada, Julia continuaba llorando y mientras Marilia miraba a un punto fijo en la pared. 

''Están tratando de encontrar a Natalia'' Comunicó finalmente Helena. Me gire de nuevo a mirarla, con el miedo reinando en mi cuerpo. 

''¿Encontrar?'' Pregunté. ''Está en su casa'' Dije como si aquello fuese evidente. Helena suspiró y bebió un sorbo de su té, seguramente ganando tiempo para encontrar las palabras. 

''No, no está'' Comunicó haciendo que frunciese el ceño completamente. ''Maria, Africa y Damion llegaron los primeros y se encontraron con la puerta abierta. Había sido forzada'' Hizo una pausa mirándome. ''Natalia no estaba en el piso, Alba'' Suspiró. 

''N-No'' Dije intentando entender. ¿Escapó?, ¿La cogieron?. ¿Qué estaba ocurriendo?. ''Y-Yo'' Negaba con la cabeza mientras sentía como las lágrimas descendían por mi rostro. ''¿Dónde está?'' Sollocé sin control. Julia me abrazo y yo escondí mi rostro en su pecho.

''Tranquila, la encontrarán'' Lloró Julia conmigo. ''La encontrarán'' Me repitió sorbiendo por la nariz, intentando recomponerse. Ella también estaba temiendo por alguien, Carlos.

Y yo no lo sabía, estaba claro que Helena no me lo iba a decir. Pero habían encontrado sangre en el salón de la morena. 

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POV Natalia

''Maldita hija de perra'' Gruñó por décimo cuarta vez Alejandro. Maikel en cambio se reía cada vez que escuchaba su queja. Le divertía aquello, disfrutaba con el dolor ajeno. Me sobé la cabeza, dolorida por el golpe. 

En la casa, seguramente hacía ya horas atrás todo se había vuelto demasiado tenso, Alejandro se había acercado a mí y al poner su mano sobre mi piel le había realizado una llave policial. Tomándolo de rehén, aunque con la mala suerte de que era yo la que estaba rodeada. Me golpearon y caí reducida. 

Ahora simplemente me dejaba llevar. Maikel, el asesino confeso de Alicia y el líder de toda la red que había estado haciendo sufrir durante tantos años a Alba estaba sentado a mi lado. Totalmente tranquilo, en paz. 

Una paz que a la mínima que tuviese oportunidad le arrancaría de cuajo. Si me iba, tenía claro que me lo iba a llevar conmigo al otro lado. 

''Natalia Lacunza'' Empezó a hablar Maikel. Haciendo que tragase saliva pesadamente. ''La primera vez que escuché hablar de ti pensé que serías un cero a la izquierda. Una poli más intentando encontrarme.'' Le miré mientras él se sacaba un puro del bolsillo y se lo encendía. ''Imagínate mi sorpresa al percatarme de que ibas a conseguirlo. Encima una mujer'' Se carcajeó haciendo que Alejandro se uniese a él. ''Una mujer me iba a dar caza'' Sonrío llenándose los pulmones de humo. 

''Sigo a tiempo de ello, no lo dudes'' Ataqué firme. Él negó con la cabeza y mientras mostraba una sonrisa burlona expulsó el humo de su boca. 

''Ordené que te siguieran y mi sorpresa se volvió mayor entonces. Me iba a encontrar una mujer policía, sí. Pero la guinda el pastel es que era homosexual'' Tensé la mandíbula intentando controlar mis emociones, nervios e impulsos más feroces. No estaba atada pero no podía hacer nada en este momento. No sería inteligente. ''Era muy guapa tu amiguita. La pelirroja, Alicia.'' Apreté mis puños con fuerza sobre el asiento, sintiendo la ira crecer en mi interior. 

''Te voy a matar'' Gruñí. 

''No, tú eres la que va a morir. Pero después de ver cómo lo hace tu nueva amiguita. Con Alicia no pudiste ser testigo pero con mi rubia, sí lo serás'' Me miró con esos ojos, enfermos. De un completo maníaco. El coche paró y Maikel no perdió tiempo en bajarse del vehículo. Alejandro que seguía en el interior me empujó para que saliese también y así lo hice. No tenía ni idea de dónde estábamos. Bueno sí, en medio de la nada en una especie de edificio abandonado. Tragué saliva girándome hacia aquellas personas. 

De nuevo, me rodearon y suspiré pesadamente intentando controlar todos los puntos de visión ciegos. Maikel y Alejandro se pusieron frente a mí, ambos sonriendo con una mirada cínica. 

Sentí unos pasos detrás de mí y actué por acto reflejo, zafándome del golpe que venía desde atrás. Golpeé el hombro del atacante mientras le doblaba la muñeca, rompiéndola en el acto. Lo reducí con éxito pero aquello no pareció gustarle a los jefes del catarro. Mandaron a otros dos con los que ya no pude hacer nada, me atacaron a la vez. Uno de ellos golpeó con fuerza mi abdomen haciendo que durante unos segundos me quedase sin aire, el otro aprovechó aquello para golpear mis piernas con su arma. Haciendo que cayese al suelo de rodillas con mis manos en el abdomen, intentando coger aire. 

''Bien hecho'' Premió Maikel a ambos hombres mientras se alejaban. Levanté la mirada con asco viendo como se acercaba lentamente a mí, poniéndose de cuclillas a mi altura. Su mano se posó con fuerza sobre mi mandíbula e hizo que le mirase. Ojalá las miradas pudiesen matar. ''¿Sabes Inspectora? De todas mis víctimas. La persona a la que más que gusto asesinar fue a tu querida novia. Su cara, su terror, su esperanza hasta el último aliento de que la salvarías'' Se carcajeó. 

Lo miré, lo miré dispuesta a matarlo.

''Eres un...'' Hice el amago de levantarme para golpearle pero un arma llegó antes dándome un golpe con el pomo en la cara.


Caí al suelo aún escuchando sus risas. 

Y empezó la lluvia de golpes. 

Alone in the dark || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora