Introducción

433 21 4
                                    

Hace poco más de siete años le hice dos promesas a mi madre en su habitación de hospital.

- mama te prometo que llevare este escudo - dije señalando el escudo de mi camiseta del real Madrid - y todos los goles que marque te los dedicare - en estos momentos toda la familia nos despedíamos de ella, no le quedaba mucho con nosotros.

- mi Marquitos, estoy segura que lo harás - dijo acariciandome mi mejilla - conseguirás todo lo que quieras, pero me tienes que prometer otra cosa más - asentí - debes encontrar a alguien que te haga feliz - dijo con una cálida sonrisa.

- eres tu mami - dije con un tono más infantil de mis 15 años.

- cariño, ya lo hemos hablado, yo no podré estar - dijo con lágrimas - por eso tienes que ser fuerte y cumplir estas promesas, pase lo que pase lucharas por jugar al fútbol y encontrar a esa persona ¿vale? - asentí con lágrimas y me abrace a ella.

Días después de esa conversación mi madre falleció y nos dejó solos a mi padre, a mi hermano y a mi.

Pese a que quise renunciar al fútbol, mi padre me convenció para seguir aunque sea una temporada más, y es que jugar me recordaba a ella, esa temporada le dedique cada uno de mis goles.

La sensación de marcar y dedicárselo a ella me hacía sentir conectado y mantenerla viva en mí y me enganché a esa sensación y continúe jugando por ella y las promesas.

Seguir jugando no fue fácil, tarde más tiempo en crecer y sufrí de grandes dolores en las rodillas que me dejaban incluso sin poder andar después del partido, las cremas y el frío eran mis mejores amigos en esa época. No obstante, ese dolor me parecía poco, la pérdida de mi madre y su sufrimiento fueron más dolorosos y yo me tenía que mantener fuerte por ella y por mi.

De mi madre herede el ser cabezota y dio resultado tanto dolor y tanto sufrimiento mereció la pena, las categorías inferiores de equipos de primera división me querían, sin embargo, todavía no era el momento de irse de la isla y continúe jugando en las categorías inferiores del Mallorca e incluso con su primer equipo.

Una llamada cambiaría mi destino, el real Madrid me quería, estaba más cerca de cumplir mi promesa.

Un viaje en avión privado con mi padre y mi hermano nos llevaría a la capital española.

En Madrid nos encontramos con mi representante y negociaríamos mi contrato, lo único que pedí fue acabar la temporada con el Mallorca y me lo concedieron.

Ese verano conocí a una chica, Marina, me hacía feliz y llegue a pensar que sería esa persona, pero las cosas se complicaron a la vuelta de la pretemporada con el Madrid.

El real Madrid me cedió al Espanyol, allí jugaría una temporada para tomar contacto con la primera división. El estar viviendo en la península hizo que Marina y yo tuviéramos mucha distancia de por medio y al final lo nuestro no resultó, tanto por la distancia como la falta de tiempo de ambos.

16 de agosto de 2016 una fecha que nunca olvidaría, mi presentación como jugador del real Madrid. Tras hablar en presidente y recordar la anécdota de hace 13 años, donde mi madre le dijo que yo jugaría en el Madrid, cosa que nos emocionó a los tres; me toco hablar a mi, termine agradeciendo a mi representante, a mi padre, a mi hermano y entre lágrimas furtivas, a mi madre. Al fin y al cabo había seguido por ella.

Oficialmente iba a defender mi escudo, oficialmente había cumplido esa promesa y oficialmente estaba cumpliendo el sueño de ambos, el mío que era jugar en mi equipo y el de mi madre que era verme jugar de forma profesional y aunque no esté presente, se que está conmigo.

Agosto 2017

Empezaba mi segunda temporada como jugador blanco, tras quedar segundos en el europeo sub 21.

La pretemporada fue nefasta, ganamos un único partido y en penaltis.

Este mal comienzo hizo que la prensa hablase de una crisis en el fútbol blanco, pero se equivocaban y así lo demostramos ganándole al Manchester United, en la supercopa de Europa y al Barça en la final de la supercopa de España, siendo yo el protagonista de los partidos contra el equipo catalán con dos goles, uno en el Camp Nou y otro en el Bernabéu.

Mis goles y jugadas en los partidos contra el Barça hicieron, que la misma prensa que criticaba al Madrid, me pusieran como el futuro del fútbol español y una gran promesa que se dejaba entre ver.

Tantos halagos podría dar a entender que estaba pasando por mi mejor momento, pero no era así. No estaba feliz, pese a que lo aparentara, y es que me había quedado atascado, la gente se acercaba a mí por interés y las personas que llevan conmigo desde siempre están lejos de mi, a excepción de mi padre.

Los interesados me hicieron tener miedo en conocer a nuevas personas, no sabia diferenciar entre los que se acercaban a mí en busca de algo y los que no les importaba quién fuera. Sin embargo, esto no tardaría en cambiar.

Heeey!
Traigo una nueva historia, esta vez con Marco. Espero que os guste mucho y que me tengáis paciencia subiendo🙈

❤️💜

Promesas - Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora