Prólogo

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Una mansión gigante e imponente se alzaba en ese gran terreno que abarcaba cientos de metros. Frente a la gran entrada de roble se estacionaba un auto del que salió un hombre de edad avanzada en un traje negro y costoso, a sus lados había dos gorilas que lo respaldan con gestos no agradables y musculatura ridícula.

El hombre entró en la mansión como si esta fuese suya, y se dirigió a la gran sala de esta, sus gorilas se quedaron en la entrada, dándole privacidad junto con el otro hombre, dueño de la propiedad, que ya le esperaba de antemano.

-- Cass, tengo las noticias que querías --le tendió unos papeles--. Al parecer la anciana murió, ahora solo quedan la chica y el hermano.

El otro tomó los papeles y lo ojeó unos segundos, sin prestar mayor atención, aunque guardando un único dato.

-- ¿Dices que murió?

-- Así es, era un problema muy molesto. Los chicos se encargaron de ella.

Cass asintió, tomando entre sus gordas manos su copa de vino. Sus ojos estaban fijos en un punto inexistente.

-- Así que Inglaterra... es un bonito lugar para esconderse, querida.

Dangerously attractedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora