Dangerously attracted

II

Me giré y abrí los ojos mientras escuchaba a mi madre hablar con alguien, seguramente exagerando sobre lo que pasó. Esta bien, me dispararon y termine en el hospital, pero no era para tanto, no creo necesario armar tanto alboroto, tampoco es como si me fueran a amputar la pierna.

-- Hey... --una voz suave me hizo voltear y vi a la chica de cabello negro-- Al fin despiertas --murmuró--, lo siento tanto... no he sabido disculparme con tu madre yo...

-- No lo sientas, estoy bien, tu estas bien, no tienes de que disculparte --le sonreí.

-- Te dispararon por mi culpa --aclaró --, creo que tengo que disculparme, ni siquiera supe cómo reaccionar al ver toda esa sangre y..

-- Por cierto, mi nombre es Nathaniel Hamilton --me presenté, y ella finalmente hizo un amago de sonrisa.

-- Lo sé, tu madre me lo dijo una de las veces que me rogó que dejara de disculparme, soy Hayleen.

-- Bueno, Hayleen, ¿Sabes a qué hora podré salir de aquí? --con un poco de esfuerzo me senté en la camilla y miré mi pierna vendada.

-- Tengo entendido que dentro de unas horas, estaban esperando a que despiertes, escuche que había sospechas de que la bala estuviera infectada con algo...

-- No me digas que ahora tengo alguna de esas enfermedades de..

-- No, solo parecía tener sedante, aunque no estoy completamente segura, solo he escuchado retazos de conversaciones, prácticamente no me he movido de aquí, quería asegurarme de que estabas bien.

-- Yo creo que ya estoy bien --traté de levantarme de la camilla para confirmar lo que había dicho, pero sentí un dolor punzante en la cabeza que me hizo caer de vuelta a la comodidad de la almohada-- Tal vez, solo tal vez, no tan bien...

Cuando la escuché reír me sentí bien, al menos ya no estaba preocupada o asustada, eso era algo, me recosté de nuevo observándola con cuidado. La miré intentando buscar algo que la delatara, algo en ella que dijera que estaba metida en cosas malas, algo que me explicara por qué la estaban persiguiendo y por qué alguien querría hacerle daño, pero nada aparecía, al menos, nada evidente.

La puerta se abrió distrayéndome y vi entrar a mi madre y a un doctor, como de costumbre, miré primero al doctor, no lucía preocupado o apenado en absoluto, así que eso era una buena señal, mi madre por otro lado, me miraba como si quisiera darle a los doctores más motivos para dejarme aquí.

-- Joven Hamilton, supe que finalmente comenzó a estudiar --se acercó a mí para revisar las máquinas y anotar algunas cosas-- creí que con esa distracción no lo veríamos aquí en un tiempo --quise reír, o hacer un comentario sarcástico, pero sabía que lo más seguro para mí era guardar silencio-- esta vez es un poco más grave, te recomiendo no moverte demasiado.

-- No te preocupes, me voy a encargar personalmente de eso --se adelantó mi madre antes de que yo tuviera la oportunidad de abrir la boca.

-- No creo que sea tan grave, nadie muere por un balazo en la pierna ¿No? --traté de moverla, pero el dolor me recorrió desde la pantorrilla hacia arriba abarcando toda mi pierna-- probablemente sea el primero.

-- Sigue así y haré que un disparo en la pierna sea la menor de tus preocupaciones --sabía que hablaba en serio, así que opté por la opción segura.

-- Yo... --la voz de Hayleen llamó nuestra atención, por un momento había olvidado que estaba ahí, parecía un poco nerviosa-- puedo ayudarla a cuidar de Nathaniel, señora Hamilton.

-- Oh, pero eso no hace falta, no es la primera vez que esto pasa, no hay necesidad...

-- Lo dices como si yo me cruzara con las balas todo el tiempo, mujer ¿Qué te sucede? no recuerdo haber accedido al disparo.