Primer amanecer

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Era una mañana fría, nada particular, en el aire se sentía el pesar de aquel oxigeno lleno de suciedad y tristeza, como el respirar el suspiro de millones adoloridos, sintiendo como la muerte los acompañaba día con día.
Para mi no era muy particular, era la misma decepción de todos los días, ese momento lleno de dolor y arrepentimiento que inundaba mi existencia; era como si todo perdiera significado.
-(¿Que está pasando hoy?... ¿A que debo esta mañana tan triste?...)
Pensé un tanto somnoliento; podía sentir como mis ojos me pesaban; aquel sentimiento de cansancio me acompañaba desde siempre, o eso esperaba; era como morir y luego revivir; las noches pesaban, pero ya se había hecho cotidiano.
Esa mañana no era muy usual, recién había pasado un suceso que llenaba de orgullo a mi familia, a pesar de a mi dejarme vacío, aun con ese honor no podía llenarme de alegría, solo parecía hacerme sentir mas miserable de lo que ya era.
Hace unos días me había llegado la noticia de que finalmente me habían aceptado para ir a una de las mejores preparatorias del país, ese suceso dejo sin aliento a mi familia, no se podía decir lo mismo de mí, eso me emocionaba, pero a la vez me ahogaba en un dolor callado, como si millones de voces de juicio llena tan mi cabeza, solo gritandome y exigiendome cosas que no podía cumplir, como si lo único que quisieran era matarme de estrés.
-(Primer día... Vaya inicio...)
La mañana era gris y decolorada, se sentía el aire de tristeza por toda la casa; al final decidí comprobarlo en carne propia; caminé a una de aquellas ventanas del edificio, en las afueras se veían montones de nubes grises llenas de tristeza y dolor que se disponían a llorar; me traía muchos recuerdos.
El tiempo pasaba, pero mi mente y alma se sentían totalmente estáticos, era como si yo fuera una pieza que no correspondía en aquel gigantesco rompecabezas, me sentía adolorido por dentro, el mismo dolor que sofoca a un alma perdida he incompleta.
Tan pronto como aquel momento pasó decidí que era hora de prepararme para una nueva etapa, una que me marcaría por el resto de mis días. Tan pronto como logré despertarme opté por caminar por aquel pasillo donde mis sueños y deseos pasaban cuando era niño; al llegar a aquella cocina podía ver las sombras de aquellos momentos sido casos por el tiempo que contaban la historia de un chico con grandes aspiraciones, tal vez, demasiado grandes para lo que el quería; el andar era pesado y lento, como cargar varias toneladas de metales fríos y viejos.
Dolor, era lo que había aquella fría mañana, sólo ese sufrimiento que me atormentaba y ahogaba en un baño de llanto y desesperación. oro... De eso era lo que se trataba, una oportunidad de oro que se había pasmado frente a mi; lo anhelaba, pero sabia que aquella oportunidad no era mía, solo se la había robado a algun pobre diablo cercano a mí, retregandole en el rostro mi posición y como lo destrozaba al aprovecharla para abusar de esos anhelos ajenos

El día que los sueños se acabaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora