Cuarto Anochecer

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A medida que profundizaba mi andar por aquel oscuro y desolado lugar, podía sentir como mi corazón latía cada vez más rápido al notar qué estaba siendo seguido. No era algo grande, a decir verdad, era bastante pequeño.

Cuando finalmente tome valor a fijarme en aquellas criaturas me sorprendí al ver de que se trataban.

Aquellas pequeñas criaturas de alas se trataban de hadas.

Todo me parecía confuso, ya no sabía que clase de infierno era el que me perseguía, pero a su vez no le daba importancia puesto que al final nada de lo que veía podría ser totalmente cierto... Verdad?

Aquellos seres comenzaron a volar alrededor mio como inspeccionandome, eso me incomodaba y molestaba; por ello, como si fueran insectos intente apartarlas moviendo mis manos rápidamente buscando qué se fueran y me abandonaran en mis pensamientos.

Pude oír como se quejaban y se murmuraban cosas nada comprensibles para los humanos.

Aquello me dio igual y retome mi andar, esta vez más rápido e irritado.

Para mi mala suerte, aquellas criaturas me comenzaron a seguir soltando risas y cánticos extraños qué solo hacían qué mi atormentada mente suplicara por un momento de soledad nuevamente.

Tras continuar con la travesía llegamos a lo que parecía ser un lago totalmente congelado donde lo único que había en toda aquella extensión de agua, no era nada más que un gran espejo justo en medio de aquella superficie.

Mire a los alrededores y probé con la punta de mi zapato la dureza del hielo, claramente no era muy resistente.

Dudando un poco me disponía a dar media vuelta para tomar otro camino, topandome con una escena algo desagradable, inquietante y a su ver particularmente intrigante.

Se trataba qué un nuevo ser había dado luz a su aparición, y que mejor que era devorar a aquellas fastidiosas hadas qué no paraban de estresar mi alma.

Aquella nueva Criatura era una especie de ciervo, el mismo era bastante repulsivo, parte de lo que algunas vez formó sus facciones ahora estaban totalmente expuestas hasta los huesos con gusanos aun devorando la carne podrida, sus cuernos eran sumamente afilados y pude notar a algunos animales pequeños empalados en ellos.

El hedor era tan asqueroso qué opte por cubrir mi nariz un momento y dar un leve paso hacia atrás, claramente también evitando la débil superficie helada qué ahora se hallaba a mis espaldas.

Asqueado trate de buscar algún modo de evitar el siquiera tocar al animal por lo que trate de rodearle, entonces aquella bestia habló.

???: ¿No darás muestra de respeto a la deidad de la vida salvaje?

Robert: Depende de que deidad estemos hablando...

Aquel ciervo se giro hacia mi acercándose un poco aun con trozos de carne de las hadas entre sus dientes podridos y su aroma tan nauseabundo.

Cemunnos: Yo soy Cemunnos, la deidad de la fertilidad, la regeneración, la abundancia y amo de los animales salvajes.

Robert: Pues mucho gusto, yo soy Pancho Gutierrez, soberano del reino de "no importa quien seas" y heredero al trono de "púdrete y fuera de mi camino"

Aquel ser claramente se mostró molesto y de un movimiento rápido me empujó directamente al hielo, notando como el mismo se agrietaba una vez al caer yo en él.

Cemunnos: ¡Humanos! Son todos iguales, la misma basura irrespetuosa qué cree que el mundo debe besarle los pies...

Robert: Yo preferiría un masaje qué un beso...

Dicho eso trate de levantarme con cuidado para no romper más la delicada estructura helada qué estaba pisando.

Cemunnos: No creas que no se quien eres humano insolente, jamás podrás salir de aquí porque tu eres el único que se ha condenado a este lugar, ¡Y ahora por tus pecados y maldades, te sentencio al olvido!

Dicho eso, aquel ciervo golpeó con una inimaginable fuerza la delicada capa de hielo, haciendo que la misma se rompiera y por consecuente qué yo cayera al agua.

Una vez en aquel helado cuerpo de agua, trate de nadar a la orilla; sin embargo, el frío, la desesperanza y el miedo se apoderaban de mi y me dejaban sin fuerzas.

Poco a poco pude sentir como los latidos de mi corazón se iban calmando, mi cuerpo era liviano y a la vez tieso, mi respiración se acortaba y como el agua me trataba de arrastrar a sus profundidades.

Solo pude ver como aquel ciervo se perdia adentrandose a aquel bosque nuevamente.

Eso era...

El fin...

Mi final...

Mi horrida travesía había acabado súbitamente...

...

???: ¿No querrás decir, NUESTRA travesía? ...

Entonces abro los ojos, por me encuentro acotado justo al medio de la capa de hielo, miro a los alrededores confundido, hasta que me topo con otro fenómeno.

Pero... Es distinto...

??? : ¿De verdad? No usarás tu "peculiar" lenguaje para describirme?

Robert: ¿De qué demonios estas hablando?

??? : Puedo oír lo que piensas cabeza hueca... Después de todo... Por ti finalmente estoy aquí...

Robert:... ¿Que?... ¿Quién demonios eres?...

X: No creo que entiendas mi neandertal amigo... Para ti puedo ser algo pasajero... Algo "X" como menciona la expresión...

Robert : ¿Y que demonios eres?

X: No creo poder explicarlo tan fácilmente colega... Solo ten ojo... Porque presiento qué nuestros problemas recién empiezan...

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2020 ⏰

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El día que los sueños se acabaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora