[•1•]

24 2 0
                                    

Una mujer se encontraba en el hospital dando a luz a mellizas. Los doctores le decían que siguiera empujando que ya venía uno. Minutos después se escuchó unos llantos, nació Laura, una enfermera la tomo para limpiarla, pero aún faltaba una. Siguió el proceso de antes por que ya se aproximaba el siguiente. Después nació la siguiente, Lizy, también a ella la tomaron para limpiarla junto con su hermana. Las dos lloraban y la madre también lo hacía por haber dado a luz a sus hijas.

Margaret: mis niñas... Las quiero ver.—hablo jadeando por dar tanto esfuerzo en dar a luz.

Enfermera: esperé un momento señora, la están limpiando —afirmó y miro hacía la puerta —iré a llamar a su esposo—sonrió y se fue.

Después de unos minutos le dieron a las niñas y las cargo con mucha delicadeza. Las dos dormían plácidamente, la mujer dirigió su mirada a Lizy lo cual la miro con algo de desagrado.

«Está bebe seguro va a hacer fea...»

Luego miro a Laura la cual se le hizo una sonrisa en los labios, le acarició con dificultad su cabello rubio igual que el de ella, en cambio Lizy tenía el cabello negro de su padre.

«Pero Laura es más hermosa que Lizy. Creo que encontré a mi consentida»
   
De pronto llegó el padre de las niñas con una cara de felicidad al ver a sus hijas y a su amada juntas, era el hombre más feliz del mundo.

Carlos: ¿cómo están nuestras niñas?—le pregunto a la madre.

Margaret: bien, Laura está bien—respondió con una sonrisa.—ah y... También Lizy—cambio su tono por una de desagrado.

El hombre miro a la peli-negro y por alguna razón también se le formo una cara de desagrado, pero volvió a sonreír cuando vio a la pequeña rubia.

Carlos: esperaré hasta que te den de alta —sonrió y le dio un beso en la mejilla y le acaricio el hombro.

[Al día siguiente]

La mujer llevo a las bebes a la cuna mientras que el padre llevaba las cosas de las niñas. Después de que las acostara vio que estaban por abrir los ojos.

Margaret: ¡amor, amor! ¡Van a abrir los ojos!—lo llamo y este se acercó rápidamente.

La primera en abrir los ojos fue Laura, tenía ojos verdes como su padre. La siguiente fue Lizy, los dos la miraron con los ojos bien abierto por el color de sus ojos. Tenía un ojo verde en el lado derecho y en el otro lado era de color avellanas. Los dos pusieron una cara de asco y hablaron al mismo tiempo.

Carlos/Margaret: ¡qué feo! ¡Es un fenómeno!—hablaron al unísono y Lizy empezó a llorar.

Margaret: ¡ash! ¡Mejor sacaré a Laura de aquí antes de que la contamine!—dijo y cargó a la bebe.

6 años después.

Laura: ¡Mamá ya llegue!—dijo la rubia corriendo hacia ella.

Margaret: ¡Hola hija! ¿Cómo te fue en la escuela?.

Laura: ¡muy bien mamá!—respondió con una gran sonrisa. Y atrás venía Lizy con un parche en el ojo y una cara de pocos amigos y sonrió con dificultad.

Lizy: a mi también me fue bien ma.—dijo con la intención de que le respondiera bien.

Margaret: yo no te pregunté error, yo se lo dije fue a tu hermana —dijo con molestia y Laura río con malicia.—Laura ve a cambiarte para comer.—le sonrió y ella asintió.

Las dos fueron a la habitación de cada una. La de Laura estaba lleno de muñecas y con muchos vestidos, era la consentida. Mientras que la de Lizy, era opaca casi sin color y ni siquiera tenía un juguete. Ella se sintió triste por que no la trataban igual que su hermana. Lizy se vistió y se arregló el cabello para luego hacer su labor de todos los días.

Limpiar la casa.

Salió de su habitación y se vio que su hermana la estaba esperando en la puerta.

Laura: ¡Error! ¡Peiname!—le ordenó.

Lizy: s-si princesa...—acepto y le comenzó a arreglar el cabello con dificultad, ya que no sabía muy bien como peinar.

Después de que acabo Laura se miro al espejo para luego darle un golpe en la cara a Lizy.

Laura: ¡esta horrible! ¡Eres una buena para nada!—Grito y le dio una patada— ¡¡Mama!!.

Margaret: ¿que pasa hija?.—pregunto llegando a la habitación.

Laura: ¡el error me peino horrible a propósito!—respondió señalandola. Margaret se molesto bastante.

Margaret: hija tu comida está servida, ve por ella mientras castigo al error.—dijo sonriendo y Laura río por debajo antes de irse.

La mujer tomo a Lizy de los pelos sin importar sus quejas y la llevo a su habitación, ahí la soltó y se acercó a un cajón y sacó un látigo que cuando Lizy la vio se asustó y trato de alejarse.

Lizy: m-mami no lo hagas, p-por favor.—suplicó entre sollozos y alejándose cosa que hizo que la madre se enojara aún mas.

Margaret: ¡¡tu no me dices que hacer error!!—dijo y se acercó y le comenzó a pegar con el látigo.

Abajo estaba Laura comiendo y de vez en cuando soltaba una risita al escuchar los gritos de su hermana y sollozos. Después de un rato los gritos pararon para convertirse en sollozos. Luego la puerta de abrió viendo a su padre.

Lizy: ¡papa!—se levantó de la silla y corrió hacia el para abrazarlo.

Carlos: Hola hija—le respondió el abrazo —¿y tu mama?

Lizy: le está dando un castigo al error por no peinarme bien —dijo con una sonrisa.

Carlos: que bueno que tu madre la castigue, es un error después de todo —dijo con algo de desagrado y Laura río.

Luego venía la madre bajando por las escaleras y al ver a su esposo de acercó y le dio un beso corto en los labios.

Margaret: perdón, por no tener tu comida servida. Estaba castigando al error—dijo y le dio otro beso para en la mejilla.— Nunca debí darla a luz, con ese defecto en el ojo. Es un fenómeno y a los fenómenos nadie los quiere —hablo con tranquilidad y sin importancia.

Lo que no sabía es que la niña escucho todo lo que dijo. Bajo para disculparse con su mamá por lo hace rato pero se encontró con la declaración de su madre. Al escucharla se le salió las lágrimas y se sentó en el suelo abrazando sus piernas marcadas por los latigazos que le dio su madre.

«¿porqué no me quieren? ¿Qué hice mal? ¿No estuvieron felices cuando nací?»

Se le vino muchas preguntas en su mente tratando de entender el por qué sus padres no la quieren. Se quito el parche que cubría su ojo de color avellana y se miro aún espejo roto que estaba frente de ella.

De pronto escucho voces de donde estaba, asustandola al instante, ella se levantó y salió corriendo a su habitación para encerrarse. Desde los 2 años ella empezó a escuchar voces en la casa. Trataba de decírselo a sus padres pero sabía que no la iban a creer. También se en vez en cuando veía sombras que rondaban por su habitación, se puso nerviosa tan sólo recordarlo.

Luego empezó a escuchar voces que la empezaron a asustar, decían cosas como: "vas a hacer nuestra" "jamás te alejaras de nosotros" "tu nos perteneces", entre otras cosas. Lizy llevo sus manos a sus orejas con el objetivo de no escuchar la voces que le daban mucho miedo al oirlas. La habitación se llenó de sollozos de parte de la niña.

«Por favor... Ya paren... Ya quiero que se detenga esta pesadilla...»

ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora