Hina

158 15 1
                                    

Podía sentirla. La lluvia empapando mi pelo, la mano tapando mi cara, y el inolvidable sonido de la carne siendo desgarrada. 

Todas las noches la veía a ella, arrodillada en el callejón, su rostro nada más que una figura borrosa, erosionada por el paso del tiempo. Todas las noches corría a abrazarla, despertando siempre antes de llegar. Sintiendo el frío de la habitación, y los ojos de algún guardia apostado en su centro de control, con su presencia incesante transmitida por los lentes de alguna cámara. 

Ya no tenía percepción alguna del tiempo. Podría haber estado días, meses e incluso años en ese lugar, aguantando tortura tras tortura, seguida de interrogaciones interminables y experimentos humillantes, mis ganas de vivir yéndose cada vez más por el drenaje. Pero en mis momentos más oscuros, siempre los encontraba a ellos. Mamá, papá, Touka y Kaneki. Ellos me entregaban la voluntad para sobrevivir. 

Y repentinamente, ya no sentía la mirada de mi cruel carcelero. Ahora, ante mi, se paraba una persona que no había visto en años.

- Hola, Hinami. Ya es hora de que salgas de este lugar.


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Escribí esta cosa más cortita porque quería lanzar esta idea antes de que se me fuera, después vendran capítulos más largos. 


Deseo de venganza (Tokyo Ghoul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora