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Las luces en el patio iluminaban con una cálida luz el jardín. Las rosas color azul y blanco adornaban el lugar. La mesa de comida y el bar estaban perfectamente distribuidos. Los invitados lucían elegantes, acordes a la ocasión.

La unión entre las familias Malik y Broock era algo digno de celebrarse.

El codiciado hijo de los Malik por fin sentaría cabeza, con nada mas ni nada menos que con la única hija de los Broock; Maya.

No era una unión por amor, todos los sabían, pero se agradaban y eso era suficiente. Sus padres necesitaban unir ambas familias, algo ya común entre los adinerados de Los Ángeles.

-Amigos, hoy estamos aquí, para celebrar la unión de mi mayor orgullo, Zayn -el padre de este se puso de pie y prosiguió- con la preciosa Maya -apuntó su copa en dirección a la rubia.-

Todos elevaron su copa en forma de brindis para luego beber el contenido.

Casi un año de relación llevaban ambos chicos, desde niños sabían que esto pasaría, por lo que en lugar de agotar sus energías contra sus padres, solo aceptaron sus destinos.

Zayn adoraba a Maya, mas no la amaba, y ella tampoco a él.

-Maya, cariño, tu vestido llegará en unos días. ¡Es bellísimo! -chillaba su madre emocionada- Es un blanco pastel, como debe ser.

Y era cierto. Maya se casaría de blanco, para dejar en claro su pureza. A sus 22 años continuaba virgen, sus padres eran religiosos y fieles creyentes de esperar hasta el matrimonio, por lo que su pequeña retoña también lo creía.

-Zayn, es hora del baile -anunció el organizador.-

El morocho se abrió paso hasta su prometida, donde "Give me love" comenzaba a sonar a volumen moderado.

El vals comenzó. Sus pies se movían al ritmo de la música, de un lado a otro, lento.

-El próximo será contigo de novia y yo con traje -susurró en el oído de esta. Maya solo sonrió.-

Desde niña soñaba con ese día. Ella con un vestido tipo princesa, su cabello adornado por una tiara y un largo velo cayendo de su rubia melena. En solo 3 meses ese gran día llegaría.

-Te quiero, Zayn.

-Te quiero, Maya.

El vals continuó. Todos los miraban enternecidos. Todos menos uno.

Shawn miraba desde una mesa en el fondo, aleja de todos. Con un vaso de whisky entre sus dedos. La chica de sus sueños iba a casarse y no por amor, ni mucho menos con él.

Maya y Shawn eran amigos, durante 10 años  la observó, la amó. Jamas dijo nada, él era solo un chico. Sus padres no tenían dinero, empresas ni nada, solo amor para dar, al igual que él.

Durante 1 año observó como el amor de su vida se besaba con alguien más. Con la ilusión que llegaría el momento en que ella lloraría en sus brazos al descubrir la basura que era Zayn. El día en que ella llegó a la heladería con una ancha sonrisa en su boca y un anillo adornando su dedos, su mundo se fue al caño.

-¡Voy a casarme! -recordó sus palabras.-

El vals terminó. Maya se disculpó y corrió hasta el baño con urgencia. Shawn la siguió con la mirada. Sus pasos avanzaron de forma inconsciente siguiéndola.

Avanzó por la inmensa casa de los Malik hasta llegar a la puerta del baño. Tocó dos veces.

-¿Maya? -tocó la puerta para asegurarse si algo andaba mal.-

-Un segundo -es escuchó desde adentro. Luego de unos segundos la puerta se abrió, dejando ver a Maya- ¡Shawn! -se abalanzó sobre este rodeando su cuello con sus brazos.-

-Yo...vine a ver si estabas bien, saliste corriendo hasta aquí 

-Debía orinar -sonrió con timidez mientras se separaba.-

Un silencio incomodo se apoderó del lugar, solo la música se escuchaba a lo lejos.

Una pelea interna se debatía en la cabeza del castaño, era ahora o nunca.

-Lo siento por esto

-A que te...

No pudo terminar. Los labios del chico impactaron contra los suyos, en un beso suave, sin apuro y con dulzura.

El pecho de ambos subía y bajaba con dificultad, no era un beso agresivo, pero si cargado de emociones.

Las manos de Shawn se posicionaron en la cintura de ella, atrayendola hacia él.

Su lengua pidió acceso, y aunque tardó, le fue cedido mientras las manos de la rubia volvían al lugar anterior, profundizando el beso. Sus lenguas jugueteaban en sus bocas, la sensación era exquisita .

Ambos se sentían en las nubes.

A pasos torpes volvieron a entrar al pequeño cuarto cerrando la puerta tras ellos. El gran espejo les daba un reflejo de la espalda descubierta gracias al vestido mostaza de Maya, y a la cabellera color chocolate viéndose sobre la rubia melena de ella.

El aire comenzaba a faltar, por lo que se separaron.

-Maya... -gruñó contra sus labios.-

-Shawn... -susurró.-

-No te cases...

Y entonces, aterrizó. Zayn volvió a su cabeza.

Se separó bruscamente intentando generar espacio entra ambos.

Le dedicó una última mirada, suplicando quien sabe que, y sin más, se fue.

His Wife. |s.m|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora