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Me encontraba camino a la casa de mi madre junto a Shawn, nadie decía nada, solo nos dedicábamos a mirar el camino, vivía a casi 30 minutos de mi madre, ya íbamos por la mitad cuando el incómodo silencio fue roto.

-Debo admitir que me sorprendió el llamado de Zayn anoche –No me miró, su vista seguía fija en la carretera.-

-Lo siento, no pude detenerlo –respondí de igual forma.-

-Te ha dejado en la boca del lobo –Touche.-

-¿De que hablaron? –La intriga me estaba matando y no me atreví a preguntárselo a Zayn.-

-Cosas de hombre –Se encogió de hombros. Lo mire enfadada- Tranquila, no dije nada de, bueno, nosotros.

-No hay un "nosotros" –hice comillas con mis dedos.-

-Bueno, lo que sea que sea esto, no se lo dije, cree que no te veía hace días, tal parece no supo que si fui a su grandiosa fiesta de compromiso –Los nudillos de sus manos en el volante se estaban tornando de un color blanco, a señal de que estaba enfadado.-

-Dijiste que no irías, a mí también me sorprendió pero me gusto verte en un día tan importante para mí –Dije restándole importancia, porque en realidad no la tenía.-

-Si, como sea.

Ninguno dijo nada, el silencia reinaba y solo el sonido del motor se escuchaba. Luego de 10 minutos estábamos en casa de mi madre, ella nos esperaba afuera con una gran sonrisa y Lina jugando entre sus piernas.

-Cuando quieras volver a tu casa me llamas y acá estaré –Me aviso antes de cerrar la puerta de su coche.-

-¡Claro que no! Eres el mejor amigo de Maya, Shawn, tienes que ver su vestido –Mierda, madre, tan imprudente como siempre.-

-Yo debo hacer unas cosas, señora Broock, yo... -Mi madre lo interrumpió.-

-¡Patrañas! Anda, deja tu auto en el garaje, Dan no está –Sonrió-. Hice muffins, querido -¿Sobornarlo con tus muffins, madre? Que bajo has caído, Marta Broock.-

-Como negarme a sus muffins, señora Broock –Su sonrisa dejo ver los leves hoyuelos de sus cachetes.-

Su auto volvió a estar en marcha para dirigirse hasta el lugar indicado, en pocos minutos estábamos en la cocina con mi madre.

-Maya, hija, tu vestido es precioso, lo amaras –La ilusión en sus ojos era inmensa, tenían un brillo como su fuera su propia boda- Ten, Lina –dijo mientras ofrecía una galleta canina a la Golden Retriever.-

-Si... -Susurre mientras miraba a Shawn con un muffin entre sus dedos intentando parecer ajeno a la conversación.-

Shawn comía con entusiasmo aquel muffin mientras mi madre hablaba de la boda, los invitados, la comida, la decoración y demás, ha trabajado tanto en esto. Luego de un rato fuimos hasta la que era mi habitación hasta antes de mudarme con Zayn, seguía tal como la deje, a excepción que ahora estaba llena de cajas con algunas decoraciones, y en el centro, un maniquí vestido con un precioso vestido de corte princesa con escote de corazón y hombros caídos color blanco crema con detalles de piedras plateadas.

-Es...

-Precioso –terminó el castaño por mí. Su voz no contenía emoción, más bien transmitía tristeza.-

-Te ayudare a ponértelo –hablo mi madre con entusiasmo mientras Shawn salía de la habitación.-

Quite mi ropa hasta quedar en ropa interior, luego con ayuda el vestido entro en mí. Camine hasta el espejo y me mire con mi madre atrás, acomodaba el cinturón de piedras brillantes con un lindo moño. Por primera vez me vi, en un gran vestido blanco, por una milésima de segundo me vi, en un altar tomando la mano de Zayn mientras sonreíamos, felices.

-¡Shawn! –El grito de mi madre rompió mi leve ilusión.-

La puerta se abrió despacio para dar paso al nombrado, con la mayor rapidez que el vestido me lo permitió, me gire sobre mi eje para mirarlo. Su mirada fue desde mi cabeza hasta el final del vestido, su boca se abrió levemente e intento sonreír, mas solo logro esbozar una sonrisa torcida. Sus ojos no tenían aquel brillo que lo caracterizaba, ahora estaban semi gris con tonos color miel. Estaba triste, lo notaba.

-Es lindo, Maya –Dijo luego de un silencio. Sonreí.-

-¿Lindo? Es precioso, hija.

-Me gusta. –No tenía nada más que decir, en realidad me gustaba, era aquello que siempre soñé, pero no era cómodo ni mucho menos agradable estar así frente a Shawn.

-Te queda un tanto largo, pero con los tacones se arreglará.

Pasamos un rato admirando aquel precioso vestido, al menos mi madre y yo, Shawn se excusó con que iría por otro muffin mas no volvió. Quite mi atuendo y lo volví a su lugar anterior con cuidado, mi ropa volvió a su lugar y caminamos hasta la sala. Ahí estaba él, con un muffin entre sus manos y migajas adornando sus mejillas. Se miraba tan adorable, como un niño pequeño.

-¿Nos vamos? –Pregunte.-

-Si, si, vamos

-Oh, Shawn, te guarde unos pocos –Dijo mi madre refiriéndose a los pastelillos mientras avanzaba a paso apresurado hasta la cocina.-

Ella volvió con una canasta entre sus manos, repleta con unos 10 muffins.

-Señora Broock, no debía molestarse. –Sus mejillas tomaron un leve color rosado, acompañadas de una leve sonrisa.-

-Sé que te fascinan, no es molestia.

Salimos de mi antigua casa con una canasta llena de muffins entre las manos y los ladridos de Lina, era la mejor compañía de mi madre mientras papá estaba en la empresa. Subimos al auto con intención de irnos, pero la voz de mi madre llamó nuestra atención.

-Maya, cariño, dile a Zayn que vengan a almorzar antes de la boda –Asentí- Fue un gusto verte, Shawn. Siempre lo es. –Sonrió en respuesta al igual que ella.- Adiós, chicos.

-Adiós –Respondimos al unísono.-

His Wife. |s.m|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora