10.

2.1K 111 24
                                    

Tobias.

Tris está sentada en mi sofá mientras yo hago la cena. Ahora mismo odio a Caleb, me ha decepcionado por ser un rebelde, pero le odio por hacerle daño a ella. Hacía dos semanas que no la veía y la echaba de menos casi tanto como respirar.

Tris.

La casa de Tobias huele muy bien, creo que es en lo primero que me he fijado. Mi nueva habitación era la antigua de su madre pero huele a metal y a algo muy masculino, me traslada a mi iniciación osada. Podría acostumbrarme a vivir aquí.

Tobias.

Sirvo la cena que consiste en unas tortillas medio quemadas y dos trozos de tarta que he comprado. A Tris se le ilumina la cara al ver la comida y su sonrisa me calienta el alma.

-Qué aproveche-digo mientras le tiendo el plato.

-Gracias-responde alegre.

-Que conste que no soy un buen cocinero-me siento a su lado y me apoyo en una esquina del sofá.

-Créeme que no me importa, ahora mismo me comería cualquier cosa.

Terminamos de cenar, recogemos los platos y nos preparamos para fregar.

-No me podía imaginar eso de Caleb-comento mientras enjabono un vaso.

-Yo tampoco-se le tensa la voz-Supongo que nadie podía pensarlo.

-Desde luego que no, lo que me preocupa ahora es lo que planean.

-A mí también-nuestras manos se rozan un instante más largo de lo normal mientras le paso un plato, tengo que aguantar la respiración mientras nuestras pieles se tocan-Una rebelión violenta sería lo peor que nos podría pasar.

-Desde luego, tenemos que pararles.

-Anticiparnos a sus movimientos.

Vacíamos la pila de cubiertos, vasos y platos y salimos de la cocina. Me seco las manos a la camisa y sigo a Tris hacia el salón. Me siento en el lado derecho del sofá y ella apoya su espalda en el reposabrazos izquierdo.

Es la misma de siempre pero parece distinta, el tiempo ha hecho efecto en su cuerpo marcado unas ligeras curvas en su cintura y unas finas caderas. Estos tres años han suavizado sus rasgos, los han hecho más bellos, menos intimidantes. No quería fijarme pero su camiseta ajustada me hace darme cuenta de que el tiempo también ha dibujado algo más de pecho en ella.

-Hay que decirle la verdad a la gente-sus ojos brillan y me hipnotizan-Eso evitará que les laven el cerebro y se pongan a su favor.

-Sí, claro, pero hay que encontrar el momento adecuado. Una cosa así puede causarles un shock traumático.

-Siempre cabe esa posibilidad con los grandes descubrimientos, ¿no crees?-tuerce la boca y por un momento creo que me voy a volver loco. Solo quiero tenerla entre mis brazos pero no soy lo suficientemente valiente como para hacer lo que deseo.

Tris.

Hablar con Tobias siempre es interesante. No será divergente pero desde luego que es inteligente. Me quedo mirando sus manos unos segundos y descubro algo nuevo en su muñeca.

-¿Qué es esto?-pregunto mientras extiendo mi mano para alcanzar la suya.

Lo miro mejor y veo de qué se trata: un tatuaje de color negro en el que se lee "VI".

-Un tatuaje-responde riendo.

-Eso ya lo veo, me refiero a su significado-le miro a los ojos sin soltar su mano-¿Qué quiere decir?

Más viva que nunca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora