24 de diciembre

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Día veinticuatro: la pesadilla antes de Navidad.

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En realidad nunca me importaste.

¿Qué?

¿Estás sorda?le lanzó una mirada de odio y después le dio la espalda—. Me largo de aquí, y no me sigas, solo eres una gran molestialuego de esas palabras frías salió de la casa.

¡Espera! ¡Detente! ¡Sasuke!lo llamó alterada, las lágrimas ya corrían por sus mejillas—. ¡No te vayas!

Se removió en la cama, luchando por despertar, las sábanas se movían por todos lados, debido al movimiento de su cuerpo.

—¡No! ¡Sasuke! —gritó con dolor mientras respiraba agitadamente y abría los ojos, parpadeó repetidamente y miró en todas las direcciones, asustada.

Había sido una pesadilla.

Pasos acelerados se escucharon por el pasillo, éstos se escuchaban cada vez más cerca de la habitación, la puerta se abrió rápidamente y un pálido azabache apareció.

—Sakura —la llamó mientras se acercaba a ella—. ¿Estás bien? Qué sucede? —preguntó preocupado. Tomó asiento en la cama y ella de inmediato se acurrucó en su pecho, sollozando.

—¡Sasuke! ¡No te vayas, por favor!

Él la miró desconcertado, pero enseguida entendió la situación, estaba durmiendo y los recuerdos volvieron a su mente, tal como le ocurría también.

—Tranquila, preciosa —dijo en voz baja, mientras acariciaba sus cabellos delicadamente—, estoy aquí y no me iré nunca.

—Parecía tan real, fue horrible —se alejó lo suficiente para mirar su rostro, sus ojos estaban hinchados y las lágrimas no paraban.

Sasuke sintió doler su corazón, la había visto tantas veces así de frágil y se prometió que lo evitaría.

—Sakura, no estás, ni nunca estarás sola, estaré junto a ti siempre, te amo —besó su frente y la abrazó efusivamente, quería que estuviera segura. Él había cambiado, jamás volvería a hacerle daño.

—Te amo, Sasuke —cerró sus ojos y respiró hondo para tratar de tranquilizarse. Esta era la realidad, tenía que olvidarse de esos horribles recuerdos que aún la atormentaban.

—Es hora de dormir.

El azabache la soltó para poder subir a la cama, junto a ella, Sakura se acurrucó en su pecho, mientras que Sasuke posó una de sus manos sobre la cintura de la chica.

—No me moveré, Sakura, me quedaré toda la noche junto a ti. Quiero que descanses, ¿de acuerdo? —la miró a los ojos y pellizco sin fuerza su mejilla, logrando que ella sonriera tiernamente—. Tenemos una navidad que celebrar.

—Muchas navidades —corrigió ahora contenta.

—Tienes razón, Saku —sonrió ladinamente y la apretó contra su cuerpo—. Nos esperan muchas.

Sakura | Mes de Sakura 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora