Prólogo

981 84 1
                                    

¡Oh, dichoso destino! No haces más que cambiar los rumbos de mi vida, manteniéndome en una constante montaña rusa de emociones. 

Por momentos eres modesta. Otras veces, caprichosa como ninguna. 

Cada una de las aventuras que me has ofrecido, las he vivido con locura. Pero no te equivoques. No quiero decir con esto que te estimo. Simplemente acepto lo que tú deparas en mi camino. Aún soy joven y tengo mucho por vivir. 

Sin embargo, últimamente estás muy juguetona conmigo. 

Durante bastante tiempo llevo observando a quien se ha convertido prontamente en la musa de mis más profundos escritos. Sabes que gusto de la lectura, y que escribir me apasiona con creces. Entonces, ¿porqué no me dejas conocerle? Eres cruel, ¿sabes?

Es un ser tan celestial y mágico, que me cautiva con su sola presencia. Tú lo conoces, por eso está frente a mí. Lo pusiste a metros de distancia para que no pudiera alcanzarlo. Sólo me permites observar desde lejos. 

Desde mi pequeño balcón. En un tranquilo vecindario, de una bella ciudad neoyorquina.  

Seré paciente. Lo prometo. Esperaré hasta que sea el momento...



Un Balcón - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora