◣ siռ v∆ረፀ|૨ ◢ • KatsuDeku - Reescribiendo

Sensación

Y la nena nació.
Si, resultó ser niña... Y era muy linda.

Cuando Izuku la tuvo en brazos supo que esa, era su razón de vida.

Amarla y protegerla.

Cuando Katsuki la vió, Izuku notó sus ojos centelleando y pensó, en su frágil, débil y rota mente, que él cambiaría por ella. Al menos por ella.

Pero no. A veces en la vida, ni aunque te pongan oro delante, cambias de ideología, tu ser o tu carácter de mierda. Aunque digas lo contrario.

Katsuki seguía siendo el mismo con él, pero cuando lloraba la nena o la veía y quería mimarla, parecía otra persona.
Al menos los malos tratos disminuyeron cuando la pequeña estaba.

浪馬
(Rōma)

Así decidieron llamarla.
Bakugō Rōma... Sonaba muy lindo.

Y ella era una de las razón de seguir esa pequeña historia. Que con uñas, dientes y celos, trataba de mantener el cansado Izuku.

Katsuki se mantenía reacio a que, su ahora esposo, hiciera 'vida social'.

╼ ¿A dónde piensas ir? ╾ preguntó asomándose por la colinda entre el pasillo principal y la sala, al ver cómo Izuku se acercaba muy contento a la entrada de aquella enorme casa. Bueno, ni tan lujosa, pero lo suficientemente amueblada como para que una familia (su ahora familia) viviera cómodamente.

Iba muy bien vestido y eso le cabreaba, y empezó a gruñir al ver su atuendo casual.

╼ ¡A-ah ehhh! Tenía pensado ir a ver a una amiga aquí en la esquina de la casa. ╾ dijo tímidamente, girando un cuarto de vuelta, su rostro.

Involuntariamente sonrió al darse cuenta de que esta vez no había tartamudeado al hablar con el cenizo.
A pesar de ya haberse casado hace unos meses, no hubo mucho cambio.
Ya había pasado casi un año desde que la pequeña Rōma nació.

Izuku dió una ligera reverencia aún en esa posición y trato de tomar la perilla. Pero fue en vano...

╼ Alto ahí maldito, ¿Te creías que ibas a lograr engañarme? ╾ en menos de un paso, llegó y plantó una de sus manos en la puerta, evitando de esta manera que el pequeño lograra su cometido. ╼ Ni creas que te dejaré ir con ese maldito dos caras, a mi no me engañas maldita zorra, sé que te encuentras con él cuando estoy en el trabajo. ╾ con su mano libre le dió la vuelta haciendo que estuvieran cara a cara. ╼ ¿Y qué hacen Deku? Cuéntame un poco de cómo es que te revuelcas con él en el hospital. ╾ sus palabras estaban llenas de veneno. Y sabiendo o no sabiendo, Katsuki estaba usando su voz por lo que el pecoso se sintió intimidado.

No podía decir palabra alguna, parpadear o siquiera chillar por el miedo. Estaba inmóvil. Tieso y mirándolo fijamente con los ojos agrandados.

Mirada de sorpresa. Pero... ¿Porqué se sorprende? Siempre fue tratado así. Como una zorra... Como un inútil.

Sus ojos se normalizaron pero su mirada era apagada. Como un muerto en vida.

Se dió cuenta...

╼ ¡¡RESPONDE!! ╾ fue tan fuerte el grito que despertó a la pequeña Rōma que se encontraba al lado del sillón en la sala, dormida. Y empezó a llorar.

Fue su oportunidad de olvidar esto, de evitar este problema y recibir más golpes.
Corrió cual desesperado hacia la nena para tratar de calmarla. Le partió el alma verla apretando sus pequeños puñitos y pataleando. Cada vez su carita se volvía más roja y cerraba fuerte sus ojos.

╼ Ya bebé, mamá está aquí, no te pasará nada mi amor. ╾ con voz cálida se acercó lentamente a su pequeña alivianando sus facciones y relajando su cuerpo. ╼~Mi niña, mi niña linda, tesoro de mi corazón...~

Katsuki estaba en el marco observando a su fastidioso e inútil esposo. Se le quedó mirando con una mirada tranquila. Su lobo gruñía cual bestia al escuchar el dulce cantar de su Omega. El que supuestamente reclamó sin consentimiento ni deseo.

Izuku recordó la canción que le cantaba su madre cuando los cielos se teñian de un gris oscuro y truenos sonaban por lo alto. Esa canción que aprendió y cantaba en la soledad de su casa cuando mamá se iba a trabajar por horas. Incluso días.

╼ ~Yo quiero, que tú me digas, te quiero... Te quiero mamá...~ ╾ Katsuki chasqueó la lengua y se dirigió a la cocina a prepararle un delicioso biberón a su hija.

Hija...

No dejaba de removerse su estómago al pronunciar esa palabra. Era como... Era...

╼ Cariño. ╾ una suave voz lo llamó desde la sala. ╼ Llevaré de compras a la nena ahora que está despierta. ╾ volteó a verle cuando escuchó su voz y olor más cerca. Tenía a su pequeñita en brazos y está le miraba con ojitos rojitos e hinchados pero con una carita claramente de súplica por ir con su mami.

No se resistió a eso...

╼ ¿Qué comprarás? ╾ preguntó volviendo a mirar el biberón en mano.

No necesitó voltear a ver a Deku para saber que estaba sonriendo a más no poder. Esa cara de idiota le jodía. No quería verla ni muerto.

╼ ¡Iré a comprar un nuevo babero! El que tiene ya le queda pequeño. ╾ miró tiernamente a su pequeña en brazos y pegó sus mejillas haciendo que la nena se riera.

No lo pensó ni dos veces...

╼ Yo también iré. ╾

Era ese sentimiento y sensación en el estómago cuando lo conoció...

Y su voz... Era como una relajante brisa primaveral. Tan suave y efímera.

De la que no quería separarse.