Han pasado 4 años desde la última vez que hablé con ustedes sobre mi madre, y créanme que mucho ha cambiado.
Recién cumplí 21 años, y con el tiempo me he dado cuenta que todo lo que siempre le resentí a mi madre no era culpa de ella, sino culpa de alguien más que me había lastimado y por eso estuve reteniendo enojo y resentimiento y focalizándolo hacia la persona equivocada.
Cada día me doy cuenta de lo afortunada que soy al tener una madre como la mía, ella simplemente era otra chica con miedos e inseguridades, y me gustaría devolver el tiempo y protegerla de todo lo malo que vivió en su vida.
En fin, muchas cosas han cambiado, y todos los días me siento agradecida por la relación que tengo con mi madre. Cada día somos mas amigas y cada día nos parecemos más.
Nunca olvidaré su frase de todas las veces que me hacían bullying o me hacían sentir mal sobre mi aspecto físico: "Brillas con luz propia".