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Una hora

Una maldita y larga hora

¡Y aún tengo como mínimo diez personas delante!

Y sigo siendo la última, creo que eso es lo peor: soy la que mas tardo para hacer todo.

- Okey, aun hay tiempo Emma, tranquila – susurre para mí misma mirando la hora en mi celular, 9:35, genial.

-Siguiente – anunció la vieja secretaria y un chico, por cierto muy guapo, o como yo diría, que esta re bueno, pasó. Su cabello era castaño, y su cuerpo estaba demasiado bien. Todo un papi chulo.

- Gray, Jayden Gray – dijo el chico mientras la mujer lo miraba a punto de relamerse los labios .

Vieja asquerosa

- ¿Segundo año?- él asintió.

- ¿Fraternidad?

- Delta Gamma Épsilon – contestó el castaño.

- De acuerdo – la secretaria buscó unos papeles y se los entregó al chico, que solo asintió y se fue.

- Siguiente – gritó la vieja.

Después de esperar por unos cuantos minutos, solo quedaba una persona delante de mí, una chica.

- Riley Morgan – dijo la chica y la mujer asintió – Kappa Phi Chi

- ¿Se te perdió tu maleta con maquillaje niña?- pregunto la secretaria graciosa y la chica la fulmino con la mirada.

- Mire señora, no soy una zorrita como las de mi fraternidad así que hágame el favor de darme el maldito horario antes de que explote y rompa su hermoso escritorio – respondió y la mujer rápidamente le estrego unos papeles –Mugre vieja – dijo mientras se iba y mi cara se iluminó.

- ¿Latina?- pregunte y la chica rápidamente giro su cabeza.

- ¿Argentina?- Me pregunto la chica sonriendo y yo asentí.

- ¿México?- pregunte y ella asintió. Ambas gritamos como fangirls.

- Soy Riley Morgan – me dijo.

- Emma, Emma Smith – respondí y ella se sorprendió.

- ¿La hermana de Luke Smith?- preguntó.

- La misma 

- Mi hermano está en la misma fraternidad que el tuyo – comentó.

 - ¿Va a pasar o no?- me pregunto a lo que yo asentí.

- Chau riley, te busco en instagram – le dije y ella asintió, me saludó con la mano y se fue. – Mi nombre es Emma Smith – le dije a la señora viéndola.

- ¿Primer año?- asentí-¿Hermandad o residencia?

- Todavía ninguna – ella se encogió de hombros y me miro.

- ¿carrera?- preguntó.

- Derecho – respondí.

- Aquí tienes – me extendió unos papeles, los tomé, le di las gracias y me fui.

Al llegar al gimnasio, casi me desmayo.

No había nadie

Literalmente, solo estaban las personas encargadas de las mesas para las fraternidades y hermandades.

¡Y se estaban yendo!

-Nono se vayan – suplique viendo a todos.

- No hay más cupos – respondió una chica y se fue.

Chica DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora