Sentir sus labios en los míos fue muy excitante me moví hasta posicionarme justo encima de ella, quería hacerle el amor pero recordando la noche anterior también quería hacérselo más duramente, dejaría que ella escogiera el ritmo de nuestra noche juntos, el beso se fue tornando más agresivo y eso me puso mucho más, me arrodillé en el centro de la cama y la tome por las piernas para arrastrarla al medio de la cama, ella no se resistió al contrario jadeo y se mordió el labio, ese simple gesto me hacía querer entrar en ella violentamente. Respire un poco mientras me decidía a mi siguiente movimiento: la besé lentamente torturandola mientras bajaba a su cuello y dejaba suaves chupetes en la blanca piel. La ayude a reincorporarse para desabotonar un poco la camisa y quitársela por la cabeza, volví a recostarla y me deleité con su cuerpo sin pensarlo más lleve mi boca a su pecho derecho mientras que mi mano se encargaba de amasar, apretar y jugar con el izquierdo. Sus pezones estaban completamente erectos y me deleitaba tremendamente jugando con ellos en mi bocaElla me tomaba por el cabello, tenía enredado los dedos en el y me apretaba contra ella como queriendo que no me separara, si en sus pechos causaba esa reacción no quería imaginarme si le ponía cuidado a cierta parte de su anatomía que llamaba a gritos por atención, cambié de pecho y le di el mismo tratamiento al otro, mi mano recorrió su pecho con delicadeza mientras la deslizaba mucho más al sur cuando toque su pelvis se estremeció, la mire a los ojos pidiendo permiso y ella lo concedió "puedes pedirme que pare cuando no te sientas cómoda, ¿está bien?"
"No pares Aarón" su voz estaba tomada levemente por la lujuria "pero si tú quieres parar, hazlo ahora" estaba muy equivocada si creía que iba a parar apenas estaba comenzando y era realmente exquisito debía estar loco si paraba.
Esa fue la señal que necesité para acariciar su vagina de arriba hacia abajo, la sentí aguantar un gemido y sabía que iba por buen camino me lleve la mano a la boca y escupí en ella para volver al sitio que requería atención, me sentía como un pervertido pero no quería parar quería hacerle el amor hasta que me suplicara que me detuviera, Emily me llevaba a limites que jamás imagine, nunca me sentí así con ninguna otra mujer, mi mente se paseaba por terrenos extremadamente lujuriosos cuando estaba cerca de ella, pero de imaginármela desnuda debajo o encima de mi mientras trabajaba era totalmente distinto a realmente tenerla en mi cama completamente desnuda y dispuesta a aceptar todo lo que quisiera hacerle.
Deje un reguero de besos húmedos a través de su pecho abdomen y pelvis para finalmente prestarle atención a su centro caliente y húmedo, ella contuvo la respiración esperando mi siguiente movimiento, tenía sus ojos cerrados se veía hermosa mientras la veía entre sus piernas respirando muy cerca de su intimidad, no le di más larga al momento que sabía que ella también quería y hundí mi cara en ese pozo de perdición, mi lengua se movía traviesa por todo su centro haciendo círculos, y de vez en cuando daba pequeños mordiscos a sus labios, ella me tomó del cabello con sus manos y me apretó en ella, no quería dejar de hacer eso en todo el día, sin que se lo esperara y mientras estaba disfrutando de lo que mi lengua le hacía mi dedo medio se coló dentro de ella, su respiración se pausó, decía cosas en susurros en cuando la sentí relajarse agregué un segundo dedo y comencé a bombear mientras chupaba su clitoris con fuerza, me lengua giraba alrededor de este mis dedos cada vez se movían con más fuerza su respiración era tan irregular que me embriagaba, al cabo de unos minutos dándole plena atención a ese delicioso punto de su anatomía ella tuvo su primer orgasmo en mi boca su sabor dulce casi embriagante me lleno completo y yo como un buen amante lo tome todo, cautivante, esto apenas había iniciado y ya ella había tenido su primer orgasmo del encuentro, subí por su cuerpo dejando besos en su abdomen pecho cuello y devoré su labios ella saboreandose en mi boca fue lo más fantástico que pude experimentar.
"Aarón" me llamo algo nerviosa ya para este momento no se veía arrepentimiento, ni una pizca de ello, eso que vislumbraba en sus ojos era nerviosismo quizás pena? "Puedes recostarte?" No quise preguntar pero obedecí y me acosté boca arriba para ella, yo aun tenía mis pantaloncillos de algodón poco ajustados para dormir, la vi tantear un poco por el elástico del short, por la abertura de este metió su mano para acariciar mi ereccion ya bastante dura y en este punto ya no podía parar por mas que quisiera, ella al igual que había hecho yo me miro pidiendo permiso junto aun débil "¿puedo?". De verdad me estaba pidiendo permiso para hacer lo que creo que iba a hacer, asentí y espere, ella tímidamente bajo los short y acarició mi longitud con su mano antes de introducir mi pene en su boca, la vista se me nubló por unos segundos cuando sentí como daba pequeños círculos con su lengua por la punta mientras con sus manos masajeaba mis bolas esto superaba todos mis sueños húmedos con ella, la dejé hacerme por un rato su boca subía y bajaba a lo largo de mi eje sus manos acariciando las partes que no eran atendidas por su boca era una locura, tuve que controlarme para no acabar en ese momento en su boca, eso lo dejaría para otra sesión, lo colocaría en mi lista definitivamente, apartir de hoy no la iba a dejar ir jamás, deseaba tenerla así todos los días y cada vez que pudiera, la tome del rostro para separarla de mi ereccion a punto de explotar y la bese, nada era mas excitante que tener ese momento tan intimo sin tabus, nunca había sido un hombre de tabúes pero eso no importaba ahora Prentiss era muy abierta en el sexo me lo demostraba en lo que estábamos haciendo, eso me motivaba para seguir, volví a recostarla sobre su espalda, me quite los pantalones antes de arrodillarme frente a ella, sus ojos con un brillo de maldad, la roce con mi miembro tentándola, lo pase por toda su entrada jugando con ella, Emily mordía su labio inferior a la espera de mi siguiente movimiento.
ESTÁS LEYENDO
Un limón, Medio limón
ФанфикUna noche de tragos puede terminar en confesiones muy placenteras