IV- Beso salvaje

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La presencia que se encontraba al otro lado de la puerta hizo, que mis pelos se pusieran de punta, que mi rostro alegre se volviera uno aterrado mezclado con furia e impotencia, quería lanzarme al suelo y echarme a llorar como una niña de 8 años, pero me mantuve fuerte y firme.

- ¿Qué mierda haces aquí? - digo casi en un susurro -Vete!

-No me iré Alexa, vengo a buscar el dinero que te pedí- dice serio y carente de sentimientos

-No te daré nada, ve a trabajar y consíguete una estúpida vida- me estaba enfadando con el maldito- Estoy ocupada, vete de mí departamento-

- ¿Qué sucede Alex? - León se asoma por detrás de la pared de la cocina- ¿Está todo bien?

-Si si, León, no te preocupes- digo para que no salga a ver al que sería mi estúpido progenitor

-Con que estas de ramera otra vez cierto? - dice desafiante y altanero

-Ya cállate, ¿quieres?, vete de aquí, no me jodas-

-Como vas a negarle dinero a tu padre? - pasa su mano por mi rostro y toma mi cabello de manera fuerte y tirante, mientras me mira de manera malévola. - No te gustaría verme molesto, ¿o sí?-

En ese momento retrocedí a ese día que fue una pesadilla, que viví lo que muchas jóvenes viven y aun así a nadie se lo desearía, intente zafarme de su agarre y no pude; en ese instante sentí que caía en un oscuro abismo donde nadie puede salvarte y eres tú, contra esa persona, contra ese sentimiento arrollador de saber lo que va a pasar si no le das lo que quiere y que podrías pagarlo muy caro. Sentí mis mejillas húmedas y calientes, est... estaba llorando frente a alguien que prometí no mostrarle debilidad nunca más.

-Ya suéltame maldito idiota!!- grito mientras lo empujó hacia atrás - No tienes derecho a hacerme esto, yo trabajo y tu me quitas mi dinero, estas equivocado hijo de...-

Un puño se estrello contra mi rostro, caí al suelo y lo vi abalanzarse sobre mí, estaba hecha una bola, una bola de miedo, vergüenza, tristeza. No quería levantarme más de allí, quería llorar hasta desaparecer, hasta que no se viera mi piel, pelos y huesos, quería que todo esto no estuviera ocurriendo, que todo esto nunca hubiera ocurrido desde un principio.

"Oh no, no, no, no, no quiero volver a vivir esto, por favor, ya no más por favor", mi conciencia pedía lo mismo que yo; que el tipo se fuera y nunca mas volviera, que no me recordara nunca más como su hija.

-Soy tu padre maldita estúpida- estaba borracho y me lanzo otro puñetazo en el rostro -Y harás lo que yo diga-

Iba a arrojarme una patada; cierro los ojos esperando el impacto del golpe, pero un cuerpo enorme lo empujo hacia la otra pared, cuando levanto la mirada, León estaba delante de mi como si de algo precioso que tenía que proteger se tratase, se quedó allí esperando a que mi padre se levantara.

-Maldito hijo de puta, ¿Quién mierda te crees que eres? - Estaban frente a frente

-No tienes el derecho de pegarle a Alexa- dice intentando de que el otro entrara en razón - Es una mujer, y por dinero lo estas haciendo, vete y no regreses nunca más-

- ¿Crees que un imbécil como tú me dirá que tengo que hacer? - dice de manera furiosa - ¿No te das cuenta? Es una puta, que lamentablemente es mi hija y que tiene que darme dinero, nada más. Así que salte del medio y no te metas, niño bonito-

Cuando intenta empujarlo, León le lanza un puñetazo en el rostro que desequilibra a mi progenitor, su labio superior esta hinchado, cuando este intenta levantarse, mi compañero de cena lo agarra de la camiseta, no sabía que podría llegar a tener tanta fuerza.

Mi diario de fantasiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora