Capítulo V

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Nos montamos en el coche nada más cambiarnos. Me quedé bastante impresionada al ver que era un audi TT morado brillante.

-¡Que cochazo! - dije nada más montarme

-Bailando ganaba mucho dinero. Por eso, quiero que sepas algo. Ese local, Indigo, es ilegal, allí pasan drogas y hacen carreras ilegales, pero sobretodo, si algo va mal, o te matas, o te matan - yo la miré con terror y ella asintió con tristeza.

-Mimi... Si me llegas a decir eso antes no vamos... - dije asustada removiendome en mi sitio.

-Tranquila, hoy solo vamos a hablar con Saydi, Dama, Claudia y Mónica - se encogió de hombros con la mirada fija en la carretera.

-Mimi... - tenía otra pregunta

-¿Que pasa?

-Como has dicho, si algo allí sale mal, o te matas o te matan, entonces... Si tu actuación salió mal... ¿No te habrían matado ya? - se puso blanca completamente y paró el coche.

-No quisieron matarme... Prefiero no tacar más ese tema, por favor Banana - me miró con ojitos de cachorrito.

-Lo siento... No te preocupes, no te haré más preguntas respecto a eso - acaricie su mano que estaba sobre su rodilla.

-No te preocupes. Ya no queda nada para llegar - arrancó el coche de nuevo y seguimos nuestro camino

Tomamos una curva y nos encontramos de frente con un enorme local con unas letras de luces Led que ponían 'Indigo'.

Mimi aparcó el coche y entramos al sitio. La entrada era como una especie de casino pero luego salimos a un patio donde había una pista enorme de carreras y en el centro de esta, un gran escenario.

Se dirigió a una de las chicas que estaba entrenando allí. Era rubia y con un muy buen cuerpo. Rápidamente, esta se enganchó a ella como si fuese un koala abrazandola fuerte. Tres chicas se acercaron después con la misma euforia.

-Bueno Lolas, esta es Ana, Ana estas son Saydi, Dama, Claudia y Mónica - las señaló una a una.

-Encantada de conocerte - me dijo la chica mulata.

-Hemos venido a veros y a enseñarle a Ana todo esto, quería verlo - explicó Mimi.

-Mimi, os habéis arriesgado muchísimo, menos mal que no he visto a Will... - dijo ¿Dama? yo miré a Mimi extrañada.

-Si... Will es... Un gilipollas básicamente - me explico haciendo una mueca de desangrado.

-Vaya... ¿Os ha hecho algo? - les pregunté.

-Romper Lola Indigo - me respondió Claudia.

-Pues que gilipollas, desde luego- ellas asintieron y rieron un poco ante mi respuesta.

-¡Pero bueno a quien tenemos aquí! ¡Si es la grandísima Míriam Doblas! Y no solo ella, ¡Lola Indigo! - exclamó un chico con un gorro negro.

-Will... - el ceño de Mimi se frunció y apretó sus puños con rabia

-¿También has traído a tu novia? ¿O es otra puta de las tuyas? Bueno... Aunque tu siempre te quedabas con Sheila... - mi cabeza iba a explotar, ¿quien era Sheila? ¿Putas? ¿Pero que estaba pasando?

-¡Ella no es ninguna puta! ¡Para que te enteres desgraciado! Se llama Ana y es mi amiga - se encaró con el.

-Relájate Míriam... No queremos más problemas, ¿verdad? - sonrió falsamente.

-Vámonos Ana... Adiós chicas - se despidió de ellas agarrando mi mano.

-Mimi - habló serio el chico - que sea la última vez que entras aquí sin dinero o... Sin un traje de baile que sirva para ganarlo - mi sangre hervía en ese momento ¿quien se ha creído que es para hablarle así?

-Tu, puto imbecil. Como la vuelvas a tratar así, vas a tener problemas conmigo, y no van a gustarte, eso te lo aseguro - dije seria amenazándolo. El levantó las manos.

-Uy, que la novia se pone farruca - rió.

-Ni puta gracia Will, nos vamos - Mimi me agarró del brazo tirando de mi.

El trayecto a casa fue totalmente en silencio, hasta que llegamos a casa

-Yo... Lo siento Ana... - se tapó la cara con las manos y se echó a llorar

-Hey, no llores amor, está bien, no importa - la había llamado amor sin darme cuenta, pero no me arrepentí y la abracé dándole apoyo.

-No merezco que me trates así. Me conoces desde hace dos días y me has demostrado más que muchas personas en años ¿sabes lo que significa eso para mí? - clavó sus ojos verdes ahora tristes en los míos.

-Yo pienso lo mismo Mimi, pienso exactamente igual, es que no es que seas una amiga, es la conexión, es... increíble- besé su frente.

-Yo también te quiero mucho, Ana - me apretó contra su cuerpo.

Y así nos quedamos, abrazadas en el sillón. Noté como la respiración de Mimi poco a poco se tranquilizó y se quedó dormida con la cabeza apoyada en mi pecho y sus brazos rodeando mi cintura.

Comencé a hacerle caricias en el pelo Hasta que yo también caí rendida apoyada encima de su cabeza respirando el olor a vainilla de su pelo.

¿Como en solo dos días has podido revolucionar mi vida Doblas?

Te llevo en mi corazón (Warmi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora