Pasos hacia ti |ChanBaek|

Último paso.

Miedo era exactamente lo que Baekhyun estaba sintiendo, esa molestia que empañaba su completa felicidad. Lo odiaba porque pese a que Chanyeol estaba actuando de lo mejor, cuidándolos a ambos y siendo la clase de padre y pareja que siempre quiso seguía temiendo que en algún momento se marchara para siempre.

No era celoso tampoco, no le importaba con quien o cuantos había estado Chanyeol en ese tiempo separados, pero no le gustaba nada la idea que Chanyeol lo engañara ahora que había decido estar juntos, era algo que podía pasar, no eran tan jóvenes y su hijo se llevaba casi toda la atención, cualquier otra persona ya se habría cansado ¿cómo podía estar tan seguro de que Chanyeol no sería de los mismos? Todo podría tonarse incómodo y eso era lo que menos quería.

Su hijo era muy feliz con su padre, esos días en Hawái su hijo había sido solo sonrisas y risitas. Volver a Corea con la rutina de siempre no le sentó muy bien a Minji, era claro que su hijo deseaba estar con ellos todo el tiempo, pero ambos trabajaban y debía seguir con su rutina. Eso implicaba que su hijo necesitaba regresar a la guardería lo que significó muchos llantos y pataletas.

Chanyeol se encargaba de ir por Minji en las tardes y regresaban juntos a casa. Él en cambio había tomado otro caso de un artista en problemas pero no era tan grave así que disponía de más tiempo para dedicarse a sí mismo. Ahora que no estaba solo en la crianza de Minji ya no era tan pesado, a veces incluso podía dormir seis horas seguidas y eso era un milagro cuando apenas si lograba dormir tres horas de corrió sin que su hijo se pusiera a llorar y obligándolo a dejar su agradable sueño.

Era agradable también tener un poco de tiempo de pareja. A veces cuando Minji se dormía temprano Chanyeol se le acercaba con mucha suavidad para besar sus cabellos. Era algo suave y reconfortante, una caricia bien agradecida. Otras Chanyeol era más brusco y simplemente estrellaba sus labios con los suyos robándole todo el oxígeno y cualquier queja que pudiera tener. Adoraba con locura esos momentos de pasión que le recordaba otra época, cuando era un poco más joven y sin una gran y hermosa responsabilidad como lo era su hijo. Se sentía revitalizado y lleno de energía después de una noche de aquellas.

Pero a veces no eran solo noches, a veces cuando ambos despertaban antes que Minji lo hiciera se miraban a los ojos con sonrisas cómplices, provocándose para forzar al otro a dar el primer paso. Como ahora que estaba llevando uno de sus pies a la entrepierna vestida de Chanyeol, estimulándolo con mucha suavidad, parecía a punto de dejarse ir, solo necesitaba un poco más de esfuerzo.

Y fue así exactamente, mandando todo a la mierda Chanyeol se le abalanzó con esa sonrisa de depredador en su lindo rostro. Ya lo tenía encima con todo su peso aplastándolo. Chanyeol besó sus mejillas, su frente y nariz para luego ir por su boca, devorándola con ahínco. Ni siquiera podía gemir demasiado fuerte porque eso significaría despertar a Minji y acabar con toda la diversión que acababa de empezar.

―Eres tan hermoso. – murmuró Chanyeol después de un beso que le hinchó los labios, dejándolos rojos y sensibles, cualquier brisa se sentía dolorosa frente a su afiebrada boca que no se cansaba de buscar los besos del más alto. ―Pero estás tan loco, creo que eso fue lo que me enamoró de ti, nunca sé qué harás y eso mantiene la expectativa.

Algo molesto mordió el labio inferior de Chanyeol, no tenía necesidad de llamarlo de esa forma ya estaba mejorando sus problemas, ―Y tú eres un patán, no creo que eso me haya enamorado de ti, pero sí que lo eres. Un irresponsable, busca problemas, egocéntrico y burlesco ¿me falta algo más? – preguntó mientras apresaba la cadera de Chanyeol con sus piernas, aumentando el contacto entre sus entrepiernas ya despiertas.

―Lo de guapo, alto y bronceado ¿no? – Chanyeol dijo eso como una broma, pero podía ver en sus ojos que sus palabras no le habían sentado tan bien, pero eso no era problema, nadie debería molestarse con la verdad.